Comer, comer y más comer. Es lo que se hace estos días, aunque no hay reunión que se precie sin una buena comida y/o bebida. Quedas con alguna amiga, y vas a tomar algo o a merendar, quedas con alguna pareja que hace tiempo que no ves (o no) y vas a cenar, la cuestión que siempre la comida está presente.
Y sin ir más lejos, después de la cena de nochebuena, que por cierto además de todo el menú, hice una tarta de turrón buenísima, que saqué de "Bocados dulces y salados", pero la base la modifiqué y le puse galletas "maría" con mantequilla, la comida de navidad y la de Sant Esteve (en Catalunya es fiesta, y también se celebra, Sant Esteve el día 26), el domingo por la noche, quedamos con unos amigos y ¡¡claro está!! nos fuimos cenar a un restaurante libanés en Barcelona, la verdad es que no había probado la cocina libanesa y me gustó bastante.
Como los nombres eran muy "raros", pedimos un plato combinado que se llamaba "Shawarma", había un poco de todo, hummus, unas albóndigas que parecían estar hechas de garbanzos, ensalada con una salsa de yogurt, una especie de bistec finito, pero era de carne de hamburguesa, otro puré de berengena, todo aderezado con bastante cilantro y pan de pita.
Hasta aquí bien, pero a la hora de los postres... nos vienen con un carrito y unos pastelítos de masa de hojaldre y miel... ¡¡SIN PALABRAS!! Son unos de los dulces más exquisítos que he probado, de coco, chocolate con avellana, con almendras, de pistachos, cabello de ángel. ¡¡a ver cuál más bueno!!
Ya sé que es un pecado, pero nos llevamos una bandejíta a casa y así he podido hacer unas fotos para que los veáis, ¡supongo que quién los ha probado, sabrá de qué hablo!
¡¡Prometo, como cada año y supongo, muchas personas, que el 7 de enero me pongo a régimen!!, jejeje
¡¡FELIZ AÑO!!