Canteloube: Cantos de Auvernia, 1
Pronunciar el pasado es convertirlo
en presente;
pronunciar el presente es escribir
el futuro.
¿Somos como una antena que al nacer
percibe la señal de la conciencia
y al morir la perdemos para siempre?
Todo aquello que sueña el corazón
existe en algún sitio
o acaba por crearse.
No existe laberinto más oscuro
que el de tu propio yo:
escríbelo para salir de él.