José Luis Trullo.- Escribe Karmelo C. Iribarren en la página 53 de este libro: "Los diarios que más me gustan están llenos de filosofía de bolsillo, también llamada de la vida. Una filosofía de tamaño humano, trufada de intrascendencias engañosas, pues no lo son, y que es la única que me interesa ya". Pues bien, Diario de K. es, exactamente, eso. Una pléyade de aforismos, notas, apuntes y pensamientos dispersos que, tras su apariencia inocua, nos transmiten una pequeña sabiduría vital, algo encogida tal vez, escéptica y desengañana, pero que deja amplios espacios a la ternura, la emoción fugitiva y la efímera promesa de una alegría que desaparece, siempre, tras girar la primera esquina.
A lo largo de las 200 páginas de Diario de K., uno acompaña al autor durante sus morosos paseos por su Donosti natal, una ciudad que consigue elevar a la categoría de mítica con su mirada distante y melancólica. No nos resulta nada difícil imaginarle con su abrigo oscuro deambulando junto al río, o asomándose a la barandilla de la playa de la Concha para ver atardecer, mientras toma notas mentales acerca de lo que ve, oye de forma casual o permite que le impacte íntimamente: "Lo que veo me habla, y lo escribo". Este carácter itinerante que imprime el autor a sus notas confiere al libro un raro carácter móvil, para desenvolverse en el marco de una ciudad relativamente pequeña, y nos hace pensar en la sentencia de Jules Renard, con cuyo diario tantas similitudes guarda el de K.: "Mi pueblo es el centro del mundo, porque el centro del mundo está en todas partes".
Lejos de aburrir, Iribarren consigue organizar sus apuntes de un modo tan inteligente, que al final tenemos la impresión de hallarnos ante una novela, eso sí, sin argumento, con un solo personaje pero con infinidad de personajes secundarios, esbozados a lo lejos desde una perspectiva irónica. Esta ironía, esta distancia permanente, consigue no incurrir en los excesos de la amargura, quizás porque la realidad no es tan ingrata como a uno le gustaría creer, y nos obsequia (a todos) con ocasionales golosinas que nos invitan a seguir en pie, a continuar paseando. Palo y zanahoria: esa es la táctica de la vieja zorrita astuta.
Diario de K. es un buen libro, un excelente libro, que consigue enternecernos e irritarnos a partes iguales. Su pesimismo recalcitrante, casi mecánico, en ocasiones puede llegar a exasperar. Pero, cuando la lectura está a punto de despeñarse por la ladera de la autocomplaciente constatación de lo insustancial que es, al final, todo, surge una visión, aparece un consuelo, nos reanima una impresión, aunque fugaz, a su modo perpetua. "Todavía suelo ser víctima de pequeños entusiasmos", escribe Iribarren. Esta es la grandeza de este pequeño libro: que aúna a un tiempo lo peor y lo mejor de la vida misma, que es avara y ubérrima casi al mismo tiempo. Por eso seguimos leyéndolo hasta el final, por eso continuamos sonriendo hasta la muerte.
Karmelo C. Iribarren, Diario de K. Renacimiento, Sevilla, 2014. 200 páginas.
Los cuadernos de Fritz Koech
La poética de Robert Walser (del Walser más iniciático) apunta en esta obra lo que más tarde se desarrollaría adquiriendo una altura deslumbrante. El secreto consiste en que esa altura nunca parece impostada ni buscada ni autoanunciada. Es el resultado natural de su pensamiento y la traslación minuciosa y alegre a su escritura. Asistir al espectáculo del mundo con los ojos de un niño es algo que no se puede fingir. Para que el texto resulte convincente, uno tiene que serlo y mostrar una mirada pura, inteligente y nítida de todo cuanto le rodea.
La ventana invertida, de Miguel Catalán
La ventana invertida es el tercer volumen de aforismos paradójicos de Catalán. Aquí conocemos a un autor distinto del seudológico; nuevo no por desviarse de sus intereses intelectuales bajo un prisma siempre serio, profundo y meditado, sino más bien por lo delicado de sus agudas observaciones cotidianas. En estos libros de aforismos y paradojas descubrimos la asombrosa realidad que nos envuelve a diario sin darnos cuenta, una realidad que él va apuntando minuciosamente para hacernos luego sentir en la singularidad de cada uno de sus momentos. Haciendo uso de una característica ironía, el libro no ahorra críticas bienhumoradas al Rey, al gobierno, al ejército, a la Iglesia entre otras instituciones que nos rodean desde arriba.
Al hilo de los días: tres diarios de escritor
Algo que perder, de Elías Moro, tras su apariencia de recopilación de aforismos, es un diario en toda regla, un rosario de apuntes trazados al paso, con la sensibilidad -la emocional, pero también la intelectual- a flor de piel; Oscura lucidez, de Mario Pérez Antolín, por su parte, es un volumen que, sin perder su aroma a diario de navegación, discurre por otro tipo de aguas más... oceánicas, por así decir. En él se suceden microrrelatos, aforismos, apuntes y poemas sin orden aparente, más allá de obedecer al impulso creativo del autor, que es mucho, y muy estimable. Perros en la playa, de Jordi Doce, es un libro misceláneo como la vida misma, la cual se complace en obsequiarnos con una fluida sucesión de materiales heterogéneos a los que uno mismo debe encontrar -o quién sabe si inventar- cierta hilazón.
Felix Trull nació en una ciudad a orillas del Mediterráneo, aunque desde hace años reside en otra al borde de un río. Trabaja desde siempre en tareas editoriales, desde las más divertidas hasta las más tediosas. Ha publicado algunos textos (casi todos, con otro nombre), pero guarda en el cajón muchos más. Espera no ser reconocido nunca por la calle, por ninguna razón (ni buena, ni mala). También practica la fotografía. Viaja poquísimo. Habla solo lo justo. Come decentemente. Duerme bien.
Once aforismos sobre el aforismo
Karlos Linazasoro (Tolosa, 1962) es licenciado en filología vasca y bibliotecario de profesión. Ha cultivado, en euskera, casi todos los géneros literarios: literatura infantil y juvenil, narrativa, teatro, poesía y periodismo. Traducidas al castellano tiene: Depósito ilegal (Alberdania, 2006) y Itoko dira berriak. Ménsula que el cielo sostiene (Atenea, 2005). En el ámbito aforístico, ha publicado Lo que no está escrito (Eclipsados, Zaragoza, 2010). Los aforismos que presenta Microfilias proceden de su último libro, Nunca mejor dicho, recién publicado por la editorial Trea, de Gijón.
Las chiribitas de Miguel Floriano
Miguel Floriano Traseira (Oviedo, 1992) ha publicado los libros de poemas Diablos y virtudes (2013) y Tratado de identidad (2015). Poemas suyos han aparecido en la revista digital 'Círculo de poesía', dirigida por el poeta y crítico literario Alí Calderón, y en la I Antología Internacional de Poesía Contemporánea, promovida por la Asociación de Estudios Universitarios. Además, es irreductible púgil en las filas del Patarrealismo Salvaje, una secta oculta fundada por varios poetas y narradores ovetenses. También ejerce la crítica literaria.
Los aforismos de Emilio López Medina
Emilio López Medina es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia y Doctor por la de Granada. Actualmente ejerce como profesor titular de la Universidad de Jaén. Se ha adentrado en el campo de la literatura y el periodismo, publicando obras como la pieza teatral Faustino. Dentro del género aforístico, se encuentra realizando un ciclo compuesto por siete obras acerca de otros tantas fuerzas motrices de la conducta humana; hasta ahora, ha publicado El dolor (Octaedro) y La ambición (Universidad de Jaén). Los aforismos aquí publicados pertenecen a este libro.
Las salpicaduras de Fernando Menéndez
La sabiduría hecha materia, de Rubén Casado
Rubén Casado Murcia (Ceuta, 1984) es diplomado en Relaciones Laborales por la Universidad de Granada. Ha publicado la plaquette Cacagénesis (Serie Vavosa de la Editorial Alea Blanca, Granada), el poemario digital Urbe desta Historia (Editorial Groenlandia, Córdoba) y el libro de ensayo-ficción Le dépaysé (Editorial Alhulia. Salobreña, Granada). Dirige Poesía en el Subterráneo, jam session mensual celebrada en la ciudad de Ceuta. Los aforismos que presentamos han sido seleccionados por el propio autor para su publicación en Microfilias.