lunes, 3 de febrero de 2025

Orbital. Samantha Harvey


     "Girando en torno a la Tierra en su nave espacial se sienten tan unidos, y tan solos, que incluso sus pensamientos, sus mitologías íntimas, confluyen a veces. Tienen de vez en cuando los mismos sueños. Sueñan con fractales y esferas azules, y con rostros conocidos abismados en la oscuridad, y con el negro brillante y energético del espacio que azota sus sentidos. El espacio en crudo es una pantera, indómita y primaria; en sus sueños se les aparece merodeando por sus aposentos. Están suspendidos en sus sacos de dormir. A un palmo de distancia, al otro lado de la piel de metal, se extiende el universo en sencillas eternidades".

      El Booker tiene la mala costumbre de dejarme grandes lecturas, como La historia de Shuggie Bain, así que, pese a las opiniones encontradas, al final no he podido resistirme. Hoy traigo a mi estantería virtual, Orbital.

     Conocemos a Pietro, Chie, Shaun, Nell, Roman y Anton. Todos ellos son astronautas y cada uno tiene su misión particular, además de las rutinas propias de la nave como anotar sus cefaleas. Se encuentran en una órbita cercana, en la que van a pasar 6 meses. Y en esa órbita, en la estación espacial, dan 16 vueltas diarias al planeta Tierra. La novela nos acercará uno de esos días.

     Y básicamente, eso es todo. 16 vueltas, 16 capítulos, 6 tripulantes y una gran capacidad de observación y reflexión es lo que ha ganado este año el Booker. Si me sorprendió pensar que había ganado una novela de género, realmente no debería de haberlo hecho ya que no es tal. La Tierra es fascinante, la miran mucho, nos explican lo que ven... con un tono de extasiada maravilla. Los astronautas se cuidan, no solo observan, también hacen ejercicios, hablan y tienen sus propias historias. Pero sobre todo, lo que a la autora parece importarle, es que tienen ojos y por dónde mirar. Las nacionalidades no dan tanto juego como yo esperaba, seamos sinceros, uno ve que hay dos rusos y espera una trama que sea más que mirar por una ventana u otra, pero parece que esto es lo único que le importa a la autora. Si esperabas conocer más a los personajes, no has elegido la novela correcta.

     La novela, cortita para lo que estamos acostumbrados, está trabajada hasta tener una prosa con brillo, casi poética, hasta cierto punto agotadora. Cuando uno lleva la mitad del libro ya tiene claro que lo que ven es bonito, que les gusta, que hay barcos, líneas de luces, fenómenos que se aprecian desde la distancia e incluso ondas de radio. Lo que cuesta es aceptar que todos sean tan elevados. Por eso el libro me ha resultado agotador.

     Orbital me ha resultado agotador.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 27 de enero de 2025

El libro de las puertas. Gareth Brown


      "En Kellner Books, en el Upper East Side de Nueva York, pocos minutos antes de su muerte, John Webber estaba leyendo El conde de Montecristo. Se encontraba sentado a su mesa de siempre, en el centro de la librería, con el abrigo bien doblado sobre el respaldo de la silla y la novela apoyada en la mesa que tenía delante. Se detuvo un momento para beber un sorbo de café, cerró el libro y colocó un suave marcapáginas de cuero en el lugar correspondiente. 
     —¿Cómo está, señor Webber? —preguntó Cassie mientras se movía por la tienda con una pila de libros bajo el brazo. 
     Era tarde y el señor Webber era el único cliente. 
     —Viejo, cansado y cayéndome a pedazos —respondió como hacía cada vez que la joven le preguntaba cómo le iba—. Pero, por lo demás, no puedo quejarme".

     Creo que he visto este libro durante semanas en las librerías sin terminar de animarme a comprarlo, pero al final caí. Hoy traigo a mi estantería virtual, El libro de las puertas.

     Conocemos a Cassie, quien trabaja en una librería bastante tranquila donde tiene trato con los clientes habituales. Uno de estos clientes, un peculiar anciano, fallece y le deja un libro muy especial, uno con el que cualquier puerta que uno recuerde, puede ser abierta. Y así, Cassie y su amiga Izzy, emprenden una aventura que hubiera sido algo maravilloso de no ser porque existen más libros mágicos, con poderes distintos en el mundo y, como no, alguien quiere tenerlos todos. Así que la aventura se vuelve peligrosa y las chicas tienen que buscar a una persona que las ayude.

     Sí, yo también vi The Lost Room y este libro me la ha recordado en muchos momentos, pero con libros. Supongo que eso le ha quitado encanto. El caso es que el autor nos presenta a Cassie y la convierte en el personaje perfecto para enamorar; huérfana, simpática, empática y un poco imperfecta para no pasarse, pero de la forma adecuada "dejemos que se equivoque por egoísta, ¿quién no lo haría?"... vamos, el pack completo. Y, puestos a concebir un libro, coloquemos a un viejo excéntrico y bibliotecario que sepa mucho y se esconda porque sabe precisamente mucho. Y ahora añadamos unos malos, algunos malos malísimos, viajes en el tiempo, un poco de fantasía y algo de sentimentalismo, y ya tenemos el libro en las manos. Con estos ingredientes Brown escribe una novela en la que no todo terminó de cuajarme, pero a la que reconozco su punto de originalidad. Hay, además, que tener en cuenta que es su debut, lo que hace que todo esto gane mérito pese a que una empieza a estar un tanto cansada de libros sobre libros que no siempre son lo que parecen. En este caso, me hubiera gustado que desarrollase el origen de estos libros mágicos, que se mojara más en la parte original y menos en lo típico de "cuidado si vas al pasado no vayas a cambiar el presente", porque eso ya me lo sé y, sobre todo, si no terminas de dominar el tema. 
En cuanto a los personajes, he sentido que les faltaba vida, o al libro la capacidad de dársela con el pulso de escritura. Veo las escenas de acción, veo la intriga, veo sentimientos, pero no he notado nada. Es como leer con un cristal que no te permite sentir a los personajes, y eso en un libro es una gran falta para mi ya que me cuesta mucho perdonar la indiferencia. Si me paro a pensarlo, supongo que ese es uno de los motivos por los que sentí que la lectura iba de más a menos, como si llegase con las miras altas y no estuviera a la altura de lo esperado.... solo que yo no sabía qué esperar cuando lo empecé.

     El libro de las puertas es una novela entretenida que casi he sentido como juvenil de una forma candorosa. No he conectado con esta lectura, pero, como siempre digo, lo mío es una simple opinión y este seguro que es el libro perfecto para muchos lectores.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 22 de enero de 2025

La gárgola. Andrew Davidson

 


     Hoy es el día correcto para decir que soy una lectora superficial que compra libros por su cubierta. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La gárgola.

     En la novela que hoy traigo un narrador sin nombre nos cuenta su historia. Este hombre, con varios defectos más que nada un tanto vicioso, sufre un terrible accidente que le provoca quemaduras y lo lleva a la unidad de quemados de un hospital. Allí descubre que ha sido desfigurado para siempre, su vida, tal y como la conocía, ha terminado. Decidido a suicidarse cuando reciba el alta, este hombre se cruza en el hospital con una mujer llamada Marianne Engel, una mujer que dice haber nacido en Alemania en el s XIV. La mujer le dirá que estuvieron enamorados en ese momento y que lo ha estado esperando desde entonces. Marianne le irá contando la historia de sus vidas, sus ocupaciones, la forma en que se conocieron y enamoraron... El narrador cree que está posiblemente loca, él no comprende bien qué sucede pero no puede ser cierto. Y aún así se siente bien con ella. Se enamora.

     Esta novela me tuvo desorientada durante gran parte de su camino. Imaginad, un pornógrafo que se emborracha y se despecha de una forma cinematográfica que parece totalmente teatralizada. Y entonces comienza la vida hospitalaria, los tratamientos, la recuperación, la angustia y la novela arranca. El futuro suicida se cruza con una mujer cuyo embrujo de Sherezade contando historias abarca épocas, viajes y criaturas llevándole a una historia de amor entre una monja y un soldado con el que el narrador tiene un curioso paralelismo. Todo un tanto esquizofrénico para una novela que venden como una gran historia de amor. ¿Lo hay? Por supuesto que lo hay, aunque tal vez no como el que alguien esperaría de una historia que se vende bajo ese epígrafe. Y sin embargo es apasionante, a ratos absurda y otros tremendamente detallada. 

      Es una novela de la que cuesta despegarse. Uno se ve absorbido por su rocambolesca historia tanto como el protagonista lo hace por la extraña mujer. Es fascinante en su composición, tiene un sentido del humor no siempre comprensible y busca la complicidad del lector curioso que se deja llevar. Por supuesto tiene un punto de ese terror que se cuela bajo la piel cuando uno piensa en la vida que le espera a un narrador condenado, pero es más el absurdo de lo inabarcable convertido en texto lúdico lo que hace que la lectura de La Gárgola sea inolvidable. Porque, esto no lo he dicho aún, pero Marianne talla gárgolas que saca de la piedra que las tenía cautivas.

    He disfrutado mucho de la lectura de La Gárgola, como solo se hace con los libros diferentes que aportan algo nuevo que no se encuentra en ningún otro. Y solo por eso, ya os lo recomiendo.

      Decidme una cosa, ¿sois de los que hoy buscaréis Alas de Onix?

     Gracias.


lunes, 20 de enero de 2025

La cartera. Francesca Giannone


     "—¡La cartera ha muerto! 
     La noticia se propagó como un relámpago a través de cada calle y callejón del pueblo. 
     —Pues al final sí que ha estirado la pata —comentó doña Carmela, asomando la cabeza por la puerta con aspecto somnoliento. 
     El cerco negruzco de rímel del día anterior se le había quedado pegado en las arrugas de debajo de los ojos. 
     —¡Descanse en paz! —replicó la vecina de enfrente vestida con una bata, y se santiguó".

     Tras haber leído esta novela en V.O. fue un gusto ver que llegaba a nuestro país. Hoy traigo a mi estantería virtual, La cartera.

     Conocemos a Anna, inspirada muy en el fondo en la primera cartera de Salento y bisabuela de la autora, cuando llega a Lizzanello con su marido, Carlo. en realidad para Carlo es una vuelta a casa pero Anna es del norte y, en los años 30, las diferencias norte y sur y los prejuicios hacia el que será su nuevo hogar, eran algo bastante común, y la joven se siente fuera de casa. Anna es decididamente diferente, incluso comienza a trabajar como cartera, algo inaudito en una mujer, y eso llama la atención de todos. Pero sobre todo de Antonio, hermano de Carlo que, pese a tener su propia familia, no puede evitar enamorarse de Anna incluso sabiendo que no tiene ninguna oportunidad.

     La novela sigue varios clichés de la época que dejan una novela amable con ciertos extremos que realmente no son muy novedosos. Anna es perfecta y particularmente hermosa, eso unido a que apenas entiende el dialecto que se habla en esta zona perdida del sur, la convierten en "la extranjera" sin fecha de adaptación. Un lugar en el que las mujeres son amas de casa y viven del chisme, pone la diana en la espalda de la forastera que, además, se postula para un puesto de trabajo de hombres escandalizando a todos al hacerlo. Ella siguió a su marido que, además, la aisló, y saca en ese gesto todo su carácter revolucionario y sus ansias de libertad, convirtiéndose en una heroína no reconocida en un país que se revuelve con una guerra a puertas. Porque el escenario vital es importante, solo así se comprende como un gesto olvidado, que fue el de muchas mujeres al romper convencionalismos y barreras, se convierte en algo vital en un momento en el que ni siquiera las de su género entendían la importancia que tuvo.

     Anna no es particularmente simpática, y eso es algo que me ha gustado particularmente. La novela no está escrita en un tono que busque convertirla en un ser maravilloso. El afán de la autora en ensalzarla la coloca en un punto de mira similar al que relata en el pueblo y eso hace a su vez que Anna trascienda las páginas de la novela. Juzgamos duramente a los malos, pero muchas veces tampoco se persona a quien es diferente, quien sobresale. Anna lee, solo Antonio la comprende, pero quizás él solo lo haga por esos sentimientos que se manifiestan sin exhibirse. Y entonces algo pasa y la empezamos a adorar.

     La cartera es la historia de los caminos que recorre la protagonista de forma literal y figurada en un mundo cambiante bajo sus pies. Una novela que me ha gustado leer.

     Y vosotros, ¿Con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 15 de enero de 2025

La Herencia. Helene Flood

 


     "Justo antes de que lleguen, enciendo todas las velas. Las de la mesa del comedor, las del aparador, las del estante. Me tomo mi tiempo. Supongo que quiero mostrarles algo, con tanta vela encendida, aunque estemos en junio y fuera todavía haya claridad. Que no tengo miedo, tal vez".

     Vamos con un poquito de best seller para cuando solo queremos desconectar del mundo. Hoy traigo a mi estantería virtual, La Herencia.

     Conocemos a Evy cuando vive en su casa, viuda. La historia aquí es la casa, siempre un eje central de su vida con Erling, su marido. Ella se casó enamorada y la casa es una herencia familiar que le ha hecho sentir una intrusa durante muchos años. Ahora un infarto la ha convertido en viuda y sus problemas de memoria en una vieja desorientada, aunque no tanto como para ser tratada como una niña por sus hijos. En realidad, el problema es que algo no termina de encajar, es como una sombra que se le escapa pero está segura de ello.

     En un momento en el que los narradores poco fiables ya no son una sorpresa, Helene Flood nos regala una historia articulada en torno a uno que juega con el miedo a la demencia y el olvido de una forma que hace que el lector no sepa si tener recelo o pena de su protagonista. Y eso hacía mucho que no me pasaba, porque los lectores nos vamos resabiando. En La herencia, Evy se descubre viuda pero, peor, aún, descubre que no conoce realmente a sus hijos. Todos parecen haberle ocultado cosas importantes "por su bien", todos se amparan en no preocuparla para hacer lo que les viene en gana o hablar con su padre sin ella delante. Y su marido tampoco le contaba las cosas. Por si fuera poco ahora ha aparecido un compañero de su marido al que apenas recuerda.  Y es que Evy tiene un problema con su memoria que debería de empezar a preocuparle, salvo que no lo hace. Muchas veces olvidar nos salva del recuerdo y Flood sabe llevar este punto con un buen pulso para entretener al lector.

     Es evidente, la novela empieza con olor a humo, que pasa algo más allá de una viuda que vive en casa cuyos hijos parecen pensar que está mejor en una residencia. Y es bastante evidente en alguno de sus puntos lo que está sucediendo, pero Flood no naufraga a la hora de llevar la historia a término y tengo que decir que me divertí mucho con ella. No es una novela policiaca, no hay un crimen o una desaparición, en realidad es una historia en la que la niebla de Evy empieza a disiparse y vamos descubriendo, o anticipándonos, lo que le ha sucedido. Y no voy a decir más, porque cualquier mínimo detalle os puede poner sobre aviso.

     Decir que hay que dar un margen para que la historia arranque, para entender que es una historia sobre la cabeza de Evy y dejarse llevar por ella. Si esperáis otra cosa, aquí no es. Pero si os animáis puedo confirmar que La Herencia es muy entretenido.

     Y vosotros, ¿os acercáis a este tipo de libros de puro entretenimiento?

     Gracias.

lunes, 13 de enero de 2025

La librería perdida. Evie Woods

 


     "Un buen cuento siempre comienza con una taza de té".

     Y aquí estamos, con otro libro que tiene como eje una librería. Pero bien podría ser una biblioteca, un secreto entre libros o un escritor o lector. No tenemos remedio y nos sentimos atraídos por libros sobre libros. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La librería perdida.

     Conocemos a una joven que escapa de los planes trazados por su hermano, que incluyen la consabida boda, huyendo a París, donde trabaja en una librería. En otro hilo, esta vez presente, será Martha quien escape de un matrimonio encontrando empleo en una casa junto a una librería, lo que la lleva a conocer a Henry, que está buscando un libro.

     La sinopsis nos habla de una librería en Dublín que está esperando a ser encontrada para hacerte descubrir que eres el protagonista de tu historia. O algo así. Pongo esta vez ese punto porque ahí se ve que la magia va a formar parte de la historia, y también va a ser uno de sus fallos puesto que no está bien desarrollado. Aún así estamos ante una novela que es un homenaje a los títulos que aparecen representados de forma directa o escondidos como si fueran una nota al margen, en pequeños detalles. No puede dejar de aludir a la famosa librera, Sylvia Beach, ni a tantos escritores como aparecen citados a los que llegamos a conocer mejor que a los propios protagonistas de la novela, que muchas veces quedan opacados por el brillo literario del entorno que se les creó pese a que la autora realiza un buen trabajo de voces. Sin embargo, lo que podría haber sido una gran historia, se siente poco trabajado. Henry no parece corresponderse con el papel que representa y es que, para ser un estudiante de doctorado que busca un manuscrito de Emily Brönte, carece de comportamientos básicos y se siente en él un desfase temporal que irá arrastrando toda la novela. No es el único problema en una historia en la que se siente un peso excesivo del romance, unos personajes marcados por líneas demasiado rígidas y un tono general que hace que parezca una historia escrita a mediados del siglo pasado.

     Supongo que a estas alturas muchos estaréis pensando que no aprendo y que vuelvo una y otra vez a caer en este tipo de temáticas, pero es que en el fondo siempre encuentro un punto que disfrutar, aunque sea el amor compartido por los libros con sus protagonistas o el ver asomar algún detalle literario aunque sea en una esquina.

     La librería perdida es una novela amable a la que se le podía haber sacado mucho más partido.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 23 de diciembre de 2024

La hora azul. Paula Hawkins

 


     "En el severo frío de una resplandeciente mañana de octubre, James Becker se detiene en el puente peatonal y, apoyando la cadera en la barandilla, se lía un cigarrillo. Bajo él, la corriente avanza negra y lenta, con el agua ya próxima a la congelación deslizándose cual melaza sobre piedras de un herrumbroso color anaranjado. El puente se encuentra a medio camino de su trayecto diario de casa al trabajo, que le lleva doce minutos desde la antigua caseta del guarda en la que vive hasta la Casa Fairburn, donde trabaja. Quince minutos si se detiene a fumarse un cigarrillo".
  
     Dicen que hay escritores que son comidos por el éxito de una novela, y puede ser en el caso de Drácula, ya que a muchos les costaría decir otro título del mismo autor. Pero también sucede otro caso y es que cuando un escritor tiene mucho éxito con su primera novela, o la primera que nos llega en el caso de las traducciones, con las siguientes se tiene que enfrentar a una de las palabras más temidas: expectativas. Hoy traigo a mi estantería virtual, La hora azul.

     Conocemos a James, que es conservador de la colección Fairburn. Ahora agarrémonos porque la esposa de James, Helen, fue prometida de Sebastian, son grandes amigos y aquí no ha pasado nada. Bueno, sí, que la madre de Sebastian es un dolor de muelas, pero nada más. El caso es que hay una mujer, Vanessa Capman, bellísima, hermosísima y artista, que cuando estaba en la cumbre se retiró a la isla de Eris, con la que James está un poco obsesionado, cuya obra es muy valorada. Y ahora se descubre que en una de sus esculturas hay un hueso aparentemente humano. James quiere evitar el escándalo, pero investiga mucho, tanto que sabremos que esta mujer fue amante del padre de Sebastian al que puso en su testamento en lugar de a Grace, que la cuidó hasta el final. Y ahora esta mujer se niega a dar documentos sobre la artista y eso lleva a que todos viajemos a la isla de Eris a ver qué pasó allí. Y es que en el camino hay quien desapareció, cosas que no se dijeron y algunos secretos que, como hemos visto en esta sinopsis mínima, pueden involucrar a cualquiera de los participantes.

     Una cosa que no le voy a perdonar a Hawkins es que escribiera La chica del tren. No por la novela en sí, esta te podía gustar o no gustar y no pasaba nada. Pero dio el pistoletazo de salida a un montón de gente que optó por seguir su estela barriendo como una ola salvaje mi interés. Dicho esto, vamos con la novela de hoy. 
     Cuando uno se enfrenta a una lectura de Hawkins ni busca alta literatura ni la espera. Es más bien la búsqueda de entretenimiento por entretenimiento. El bestseller que parece fácil pero detrás del cual están todos los escritores del mundo, lo reconozcan o no. Y es que aquí todos quieren escribir como Shakespeare pero aspiran a vender como Rowling. Y nadie me apea de ese burro.
En esta novela Hawkins repite formulismo de narrador poco fiable, aunque tal vez quede más camuflado al utilizar el recurso de los recuerdos, no hace falta que sea el alcohol ya que la propia memoria es traicionera, y se enfrenta con bastante éxito a un lector ya acostumbrado que recela hasta del nombre de la protagonista. Sin embargo tiene bastantes diferencias con ella, las suficientes como para no parecerse en absoluto, algo que agradezo. Hawkins escribe una novela con una cadencia pausada en la que va dejando pistas que son recogidas por el lector poco a poco, o incluso una vez resuelto el enigma las recordará identificándolas como tales. Muestra la naturaleza de Eris, la inspiración que provocó en la artista y deja que se sienta como parte de la novela mientras se van desarrollando una serie de acontecimientos que mantienen la atención entre lo personal (lo que vienen a ser triángulos amorosos) y lo formal de la trama de misterio. Es evidente que no estamos ante una novela policíaca, ni siquiera se aproxima, y hablo del misterio porque es realmente de lo que trata: un misterio. Pero estaría más cerca de Evelyn Hugo que de Perdida, si tengo que ser sincera. 
     Es verdad que no perdona las sorpresas y revelaciones finales, pero estamos ante una historia concebida para ser leída en más de un rato y creo que, sobre todo, para despegarse de estar ligada siempre al mismo tipo de novelas.

     En lo personal me ha gustado más La hora azul que La chica del tren. Me lo he pasado mejor. Pero es una novela a la que hay que llegar sabiendo qué no es, porque, como decía al comienzo, las expectativas son un arma peligrosa. Y no solo para el autor.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.