Cita del día

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CITA DEL DÍA: «A más de uno que dice que la vida es breve, le parece el día demasiado largo» (Friedrich Hebbel).

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domingo, 11 de octubre de 2015

Cuento modelo






Agradeceré al lector puntilloso que no venga a decirme que él sabe de un cuento en el que es una niña la que tiene que vérselas con un lobo y que además no se casa con nadie por cuestión de edad. Yo también lo conozco. Apelo a su comprensión. Las conclusiones que saco a continuación sobre mi lectura de cuentos infantiles tradicionales, como generalidades que son, no se cumplen a rajatabla.



La historia tiene que haber sucedido hace muchísimos años y en un lejano país, por aquello de que nadie pueda sentirse señalado y resulte más sencillo darle credibilidad a la cosa. Si el protagonista no es un frágil animal ha de ser un niño, porque los destinatarios son personas de corta edad que deben sentirse identificadas con él. Pongámonos en este segundo caso.

Si el chico es varón, conviene que sea el pequeño de siete hermanos. El padre a poder ser labrador e inevitablemente más pobre que las ratas. Por supuesto el lugar donde habitan es una choza inmunda, ubicada en medio de un bosque donde vive un lobo malísimo o un gigantesco ogro todavía peor, al que le ha dado por la antropofagia infantil. En la primera de las situaciones el chaval cuenta con la ayuda de bondadosas personas adultas para poder deshacerse del animal y salvar la vida. Cuando se trata de un ogro resuelve la papeleta por su cuenta. Como es más listo que Ramón y Cajal juntos, no solo logra evitar caer en sus manos, sino que además se lo cepilla y le levanta toda la pasta, que es tanta que le permite vivir a él y su familia para los restos sin dar un palo al agua. Todo ello contando con el beneplácito de la guardia civil de la época y del lugar, la cual tiene que hacer la vista gorda al crimen para que no se nos fastidie la gracia del cuento.

Como el machismo campa por sus respetos, si la protagonista es chica las cosas cambian radicalmente. Para empezar nos hemos cargado a su madre, con objeto de que el calzonazos de su padre haya podido casarse con una mala pécora que solo quiere a sus hijas naturales, que son tan malas y envidiosas como ella y mucho más feas que nuestra heroína. A la muchacha no hace falta que le adorne la inteligencia, porque (para qué vamos a engañarnos) lo importante es emparejarla bien. Quizá tengamos que dejarla durmiendo unos días o hasta cien años, pero merece la pena la espera porque al final la matrimoniamos nada menos que con un príncipe. ¿Se puede pedir más?

Con algunos matices, por ahí tienen que andar los tiros de la narración. Es condición indispensable que termine bien, por lo que hay que concluir diciendo que vivieron felices, comieron perdices y a mí no me dieron porque no quisieron.

Y con estas enriquecedoras lecturas fuimos cultivando nuestras mentes infantiles. Luego dicen que pasan cosas.


49 comentarios:

  1. No es baladí la reflexión . En tono jocoso, pero acertado, nos acercas a los cuentos de nunca empezar. :-)

    Un abrazo

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    1. La verdad es que te pones a pensar en nuestras primeras lecturas y casi te sorprendes de que hayamos podido salir medio normales.
      Un abrazo.

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  2. Da que pensar, la verdad. Ahora, también te digo una cosa: entre que me pongan a matar gigantes o que traten de casarme con una princesa y vivir feliz y comer aves rellenas por el resto de mi vida, casi que lo segundo no suena tan mal.

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    1. De princesa nada, que tú eres chico. Solo es para las chicas el objetivo de hacer una buena boda.

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  3. Cuando estos cuentos los consideras infames para narrar a los pequeños de casa te inventas los propios. Cierto si si si, son muy largos pero los puedes contar en tres o cuatro sesiones o darles fin cuando escuches las palabras mágicas: Abuela, ¿ya va a acabar? es que ya me aburrí. ¡Toing! Niños que llaman al pan pan y al vino vino.

    Niños pensantes que saben que las princesas no existen.

    Buen texto querido Chema.

    Un beso de Sta. Flor de María virgen y mártir. Tú no vendes piñas eh ;)
    Ora pronobis (o como se escriba). Aquí decimos cuando vamos cantando las letanías: ¿Ora por dónde? Con eso de que nada nos tomamos en serio. Incluímos a Sta. María la Redonda (una avenida famosa) Santo Ángel de la Independencia (monumento emblemàtido de mi querido DF), Santa Cachucha (virgen de las sorpresas) y así. Este año incluiré a La virgen del Chongo Parado (recuerdo imborrable de mi amigo Pepe).
    Caray tu texto me hizo recordar muchas cosas, debería de contar eso en mi blog y no andar desmenuzando penas :D

    Buen domingo José María ( ¿ora por dónde?)

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    1. No todos los niños tienen la suerte de contar con una abuela con la imaginación que tiene la de la Bella. Con sus cuentos disfrutamos también los menos niños.
      Contigo enriquezco hasta el vocabulario. Lo de "tú no vendes piñas" he tenido que mirarlo.
      Tu Virgen del Chongo Parado (recuerdo de tu amigo Pepe) siempre me ha hecho mucha gracia. Deberían subirla a los altares.
      Cualquier cosa que cuentes en tu blog (penas o recuerdos) nos hacen disfrutar con su lectura.
      "José María" no da la talla para el "ora pro nobis". Eso está reservado para las que sois Flor de la Virgen.
      Buen domingo para ti también, Flor de las Flores. Y muchos besos.

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  4. Y de allí saltamos a las estupidez de las telenovelas.

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    1. La cosa es irse idiotizando poco a poco con las estupideces propias de cada edad.
      Saludos.

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  5. De niño nos encantaron esos cuentos y nos volvieron soñadores y creiamos que un simple mortal podia conseguirse una bella princesa si sabia arrostrar mil peligros.
    Ahora, sonreimos de nuestra ingenuidad.

    Abrazos

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    1. Seguimos siendo ingenuos para darle al futuro motivos de sonrisa.
      Un abrazo, Chaly.

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  6. jejeje Cenicienta, Blancanieves y otras de las seudo princesas en la realidad, no tendrían un buen final...
    a lo más viviendo con un sueldo mínimo, y con suerte llegando a fin de mes

    saludos!!!

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    1. No sé qué decirte. Todavía hay algunas que no viven mal del todo.
      Saludos.

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  7. Me gusta tu blog, he echado un vistazo por las distintas secciones y he decidido quedarme por aquí.

    Haces referencia en tu cuento al tan manido machismo, que no por manido se ha extinguido y, me ha dado por pensar que no es que las tenga todas conmigo, pero los que recuerdo, a cuentos infantiles me refiero, tooooodos fueron escritos por hombres y en épocas en que la mujer sólo era eso, mujer para ser madre y criar infinidad de niños y niñas que crecieran con la mente abierta a esas gilipolleces de cuentos, para más inri... infantiles.

    He visto que te llaman José María, Chema, Macondo... ¿Cómo prefieres que me dirija a ti?


    Elsa.

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    1. Me alegra que te haya gustado el blog y que hayas decidido volver. A mí también me ha gustado mucho lo que he visto hasta ahora del tuyo.
      Mi nombre es José María, pero no me llama así casi nadie. Macondo se lo robé como nick al pueblo de "Cien años de soledad", pero puedes llamarme Chema.
      Bienvenida, Elsa.

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  8. Jajajajaja, demasiado bien están nuestras mentes para lo que nos contaban.

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  9. La has clavado.
    Una radiografía perfecta.
    Y espléndida.

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  10. Como me gustaban los cuentos de niña.

    Besos.

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    1. Y a pesar de todo has salido tan normal. Qué capacidad de encaje se tiene a esas edades.
      Besos.

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  11. Cuando publicaste lo leí......y me fui a dormir!!! jajajaja no es cierto!

    Pues nunca más había vuelto a pensar en los cuentos hasta que empezaste a publicarlos.....yo creo que cuando me los contaron nunca le entendí! jajajajaja

    Besitos sordos! ;)

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    1. Si no los entendiste no es porque fueras una niña, sino porque te los contaron mal. ¿A que los míos los entiendes mejor?
      Que sean sordos los míos también.

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    2. Los tuyos los entiendo perfectamente! =)))

      A lo mejor no me los contaban, yo los leía....!

      Besitos de sepa la bola! =)))

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    3. Los míos también los lees tú y los entiendes. Es que son más reales, como la vida misma.
      Vaya día que llevo con las chamacas. Antes Malque con que "no vendo piñas" y ahora tú con "sepa la bola". No paro de consultar.
      Besos de los que quieras.

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    4. Gracias por lo de chamacas, La MaLquE y yo te lo agradecemos, nos has hecho el día!! jajajaja

      Yo tampoco sé lo de "no vendo piñas", voy a consultarlo!!

      Besosdominguerosssssssssssss! =)))

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    5. jajajaja Y Yuma???? es lo mismo!!! jijijiji

      =)))

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    6. ¿Yuma es lo mismo que qué? Eso y no sé ni dónde consultarlo. Eres una liante, niña.

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    7. Eso de liante suena raro...como a piojo? =((

      Y Yuma? = Y tú?, que sería lo mismo que "no vendo piñas".

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    8. No pretendía decirte que fueras molesta como un piojo, sino que nunca terminaba de entender todo lo que me decías. Cuando he aclarado lo de "sepa la bola" me sueltas lo de "Yuma". O sea, lo mismo que te pasa a ti conmigo: que te lío.

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    9. Jaja sí un santo lío!

      Buenas noches!

      =)))

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  12. Menos mal que nos criaron con estos y no con las versiones originales (si usted me comprende jejejeje) No estaría mal una maratón de cuentos versionados por nosotros, arriba la psicopatía! Besos posesos :D

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    1. A tiempo estás de engancharte a la maratón. Yo ya llevo una docena.
      Besos también para ti, hermosa.

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  13. Me parece una reflexión muy acertada la verdad. Biquiños!

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  14. Es cierto que los cuentos infantiles tenían unas cuantas "taras sociológicas", por decirlo así. Pero tal vez aquella colección de horrores y hechos políticamente incorrectos nos sirvieron de vacuna y desarrollaron nuestra imaginación, no siempre para mal. Por otra parte, sospecho que un cuento actual, narrado al modo actual -ambos asépticos- debe de ser muy aburrido.

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    1. Conste que yo odio también lo políticamente correcto, que nos está volviendo gilipollas. Ni tanto, ni tan calvo.

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  15. Una guía muy interesante y una conclusión aguda. Sin embargo, has obviado otra condición indispensable: haber nacido con la chispa y el ingenio necesarios para transmitir al lector la magia de los cuentos. Y esa gracia, querido Maestro, no la tiene cualquiera.
    Un fuerte abrazo de una lectora puntillosa.

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    1. Estoy encontrando una especie de chollo en esto de los cuentos, lo mismo que cuando en el colegio me ponían una redacción y prefería que me dieran el tema a que fuera libre. Teniendo un punto de partida es más fácil empezar a trabajar (o a desbaratar como en este caso).
      Como me llames Maestro, encima con mayúsculas, tendré que decirte mi Pequeño Saltamontes. El intercambio de apelativos resultaría tan injusto como no reconocer que puedo aprender yo más de tu cultura que tú de la mía.
      Un fuerte abrazo.

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    2. ¿Que tú puedes aprender más de mi cultura que yo de la tuya? Nos enriquecemos mutuamente, no lo olvides. El tanto por ciento es el mismo. Por esta vez vamos a sustituir el apelativo por Chemita. Solo por esta vez, MAESTRO (estoy pensando que debo tener algún gen maño por ahí…).

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  16. Recuerdo que cuando era niña, me daban miedo esa clase de cuentos, en los que casi siempre moría alguien o había situaciones violentas, pero vamos, a decir verdad, de pequeña era muy miedosa, puede que sea por eso. Nunca me han hecho mucha gracia lo clásicos, así
    que cuando tuve niñas para contarles cuentos, me dejaba llevar por mi "locura" y me los inventaba sobre la marcha, como los juegos... de hecho lo sigo haciendo, jajaja

    Eres igual de cuentista en el día a día?, jajaja... No sabía que te gustaran tanto los cuentos... jeje.

    Muchos, Chema.

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    1. Lo malo de inventártelos sobre la marcha es la memoria que tienen los jodíos críos para recordar si al día siguiente se lo cuentas de la misma forma. Al final te los terminan contando ellos a ti.
      No es que me gusten especialmente los cuentos, pero —como le decía a Karima— he encontrado en ellos una especie de chollo para tener un punto de partida con el que empezar a elaborar mis entradas. No creo que dure mucho más la cosa, pero de momento llevo una docena. Que me quiten lo bailao.
      Más, María.

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  17. Jajajaja!! La verdad que demasiado bien estamos de la cabeza con semejantes modelos de vida...
    Besotes!!

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  18. Teniendo en cuenta esos cuentos bastante bien hemos salido, no?? claro que siempre serán mejor que Sinchan, Chicho terremoto, etc etc...
    Besines guapetón

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    1. Esos que nombras no los conozco. Supongo que son demasiado modernos para mí.
      Besos, fermosa.

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  19. Hola Chema.¡¡¡ la que as liado con los cuentos, jjjj, !!! a mi me encantaban en su momento, los leía yo porque eso de que te lean tus papis es cosa de ahora, en mis tiempos los leíamos nosotros solitos.
    Leímos todas esas tonterías de príncipes y demás personajes imposibles de creer y llegamos hasta ahora tan inteligentes como el que más. A mi me encantaba el de Ali baba y los cuarenta ladrones,el de la rana encantada, y muchos otros. Con esta entradas tuyas sobre estos cuentos me retrotrajo a mi infancia y eso me hizo feliz un ratito.
    Gracias Chema por ayudarme a viajar en el tiempo .
    Puri

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    1. Le tienes que echar la mucha imaginación que tienes para recordar con los míos aquellos que leíste, porque muchos son irreconocibles.
      Gracias a ti por visitarme.
      Besos.

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  20. Han cambiado tanto las cosas desde entonces ahora, que yo creo que si ahora y en estos días, le cuentas a un niño un cuento te pega una paliza. Cuentos sí y cuentos no; son puras verdades de otros tiempos.

    Abrazo Macondo.

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    1. Ya eran bastante increíbles para nosotros las cosas que nos contaban esos cuentos, con que ya te puedes figurar para los críos de ahora, para quienes ya era increíble nuestra infancia.
      Un abrazo, Rafa.

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