Otakuccionario #1: gakuen

Una, de vuelta de las vacaciones y con un morenito de esos que ya palidecen, casi que se vuelve nostálgica de todo el anime del mundo con la vuelta a las aulas.
Van dos preguntas harto complicadas:

1. ¿Eres, has sido o serás estudiante en algún momento de tu vida?
2. ¿El anime/manga se encuentra entre tu top 5 de cosas más importantes del universo?

Si tienes un doble sí por respuesta el gakuen seguro que te gusta.

De lo que el gakuen quiere decir

Gakkou, a secas.

Los estudiantes japoneses reciben el nombre de gakusei y van a la escuela (gakkou). Si te digo, por dar más pistas, que hablo de un género en toda regla... Seguro que has acertado al 100% al apostar por uniformes, senseis (maestros) y sempais (alumnos mayores).

Gakuen no hay más que uno... o eso dicen.
El instituto/colegio da para muchísimo. Romances imposibles, peleas de bandas, exámenes casi infernales... (que se lo digan a los señores guionistas de Física o química). Aunque con un poco de animación todo se anima y puede ser distinto:

Sailor Moon

Sailor Moon es un ejemplo perfecto de gakuen con un toque sobrenatural. De hecho el nombre de la serie hace referencia al seifuku (o sailor fuku): el uniforme escolar japonés. La propia Usagi usaba este atuendo para pelear mágicamente con quien se terciara.
Pero no sólo la magia invade las aulas, también lo hacen los espíritus. Yusuke, de Yu Yu Hakusho, no perdía su uniformidad (ni su peinado) por muchos ataques sobrenaturales que recibiese.

Lucky Star

Otras por el contrario, prefieren centrarse únicamente en las personalidades de sus protagonistas así como las relaciones que se establecen entre ellos, como la divertidísima Kare Kano o la peculiar Lucky Star.

Un Japón de apuntes y exámenes
El sistema educativo japonés se divide en:

Aishiteruze baby

Yochien [Jardín de infancia]
educación no obligatoria para niños de 3 a 6 años. Dentro de esto encontramos las idas y venidas de Shinnosuke Nohara y sus compañeros de Shinchan o la pequeñaja de Aishiteruze baby

Card captor Sakura

Shogakkou [Educación primaria]
entre los 6 y 12 años se realiza esta educación obligatoria. Aquí encontramos, por ejemplo, a los protagonistas de Card Captor Sakura y Doraemon.

Ai shite knight

Chugakkou [Educación secundaria elemental]
este es el periodo obligatorio para los chicos de entre 12 y 15 años. Esta es la etapa que comparten Sailor Moon, Kimagure Orange Road, Ai shite knight o Yawara!

Azumanga Daioh

Kotogakkou [Educación secundaria superior]
entre 15 y 18 años tienen los alumnos de este periodo de educación. Si quieres saber más sólo debes pasarte por Ranma 1/2, Azumanga Daioh o Slam Dunk.

Aa! Megami Sama

Daigaku [Universidad]
a partir de 18 años comienza este periodo lectivo. Bien puedes preguntarle a los protagonistas de Love Hina o Aa! Megami sama que se cuece por la universidad japonesa.

Ouran Host Club

Clubs raros y a veces peculiares
Una particularidad de la educación japonesa son sus clubs (bukatsu). Si bien los hay normalitos: deportivos (Captain Tsubasa), de música (K-ON) o incluso misteriosos y casi desconocidos (Ouran Host Club).
Aquí encontrarás una lista de los mejores clubs de animes.

Son muchos los tejemanejes de nuestros personajes favoritos de los animes, y muchos los animes aún por ver donde los exámenes son el hilo de las más jugosas tramas.

Y a vosotros ¿os gusta este género? ¿cuál es vuestro manga/anime preferido?

Dices tú de otaku #1: un culebrón que marcó una generación

Parece que el afán creador de Alma con arte es un no parar. Iniciamos una minisección en la que destriparé, destrozaré, gritaré o alucinaré mi amor por los animes clásicos. Aquí la que escribe sigue en la onda de los amores platónicos noventeros, esos que nos hacían reservar parte de nuestra infancia a lo que suponíamos series de animación corriente antes de saber siquiera que anime no era una marca de bollería industrial.

Sucesos clave de 1998
Misteriosamente niños de toda España desaparecían cada tarde a la misma hora. Curiosamente, cada mañana aparecía algún que otro caso de curiosas sin fronteras que comentaban sin más hablando en extraños idiomas (entre las palabras clave que poblaban los diálogos colegiales predominaban Yuu, Miki, Meiko, Ginta...).
Y, aunque a día de hoy siga sin entenderlo, a medida que las desapariciones temporales aumentaban un fenómeno fan sin precedentes se cocía y algunas asociaciones de telespectadores se armaban con uñas, dientes y quejas varias.

Wataru Yoshizumi, autora de los hechos.
Esta mangaka comenzó su andadura por el mundo de las viñetas cuando estaba en la universidad. Debutó en la Revista Ribon, donde ha visto publicada toda su obra. Actualmente cuenta con 20 obras, algunas de ellas reeditándose debido a su éxito.

La pista musical




¿Qué tal si hablamos en castellano?
Claro ^^. El anime que hoy quiero recordaros es Marmalade boy (también conocido como La familia crece en España)

¡Ains, que recuerdos!
Y que lo digáis. Creo que fuimos muchos los niñ@s que dedicámos la hora de la merienda a devorar los 76 capítulos que forman este anime. Muchos ni entendíamos el porqué de unos nombres tan extraños como Yuu Miki (que bien podíamos confundir tranquilamente con Mickey Mouse, nuestro referente más cercano). Aunque supongo que en fondo atrajo nuestros recuerdos de Heidi y Marcos entre otros. Pero era rarísimo encontrar un anime fuera de Telecinco (que por momentos acaparó la programación infantil).
Así pues empezamos a disfrutar de agendas secretas o maquinitas que servían para guardar secretos, con las que soñamos más de una vez. Pero lo mejor es que era el enganche perfecto para todas aquellas que catamos el shojo (básicamente, que teníamos mono de amores imposibles mientras disfrutábamos de nuestra tierna infancia).

Vale, parecía la mejor de las telenovelas entre líos y más líos amorosos que no tenían fin: que si un profesor y una alumna, otro alumno que está por esta última, un par de hermanastros que suspiran el uno por el otro, una modelo en busca del monosote del hermanastro... Y así más y más.
Y fue entonces cuando TVE-2 conoció lo que un anime puede mover en un par de parpadeos. Fueron incapaces de hacerse con el boom que Marmalade boy supuso (incluso se colapso su club de fans). Y entonces las asociaciones de telespectadores (anti cualquier cosa oriental que no sea Jackie Chan, todo hay que decirlo) hicieron saltar la voz de alarma por la imagen que los pequeñajos nos llevabamos sobre un amor entre hermanastros. Y años después hacen Los Serrano y nadie se queja (viva el producto español)

Añoranzas varias.
Pese a lo que se dijo y se dejó de decir, sigo adorando este anime. Es de esos que no me cansan. No puedo hacer otra cosa que defender una serie que me hizo las veces soñar e ilusionarme (sobre todo sabiendo que los mangas se están reeditando actualmente)

Y vosotr@s ¿vistéis Marmalade Boy? ¿Es uno de vuestros clásicos intocables? ¿Qué recuerdos os trae?

La primera prueba empieza por el paladar

Hay cosas que diferencian a un otaku del resto de los mortales y no es precisamente una vena divina (lo siento Ari, pero es así). Nos gusta el manga y el anime, nos sentimos japoneses de corazón y llevamos el cosplay y el karaoke por bandera. Aunque todos somos diferentes.
Yo soy una mestiza cómo la copa de un pino (o, al menos, así me lo hizo saber un otaku 100%). Así que me he decidido a retransmitir mi camino en el arte del "otakusismo" post a post.

Lo primero de todo es diagnosticar el problema. Los síntomas son claros: pegarse maratones de animes hasta parecer un panda ojeroso, repartir tu tiempo entre manga y manga por adicción o plantearte aprender el japonés que ya parloteas gracias a las horas de animes. Sí te pasa algo parecido siento decirte que ya es tarde: el virus otaku te ha alcanzado. Ahora es el momento de admitir tu síndrome y combatirlo profundizar en el tema.
Hay una prueba de fuego. Sip, aunque parezca mentira hay algo con lo que comprobarás si estás en la vía correcta del camino hacia la conversión en otaku supremo. Esto es, nada más y nada menos, que el ramen. Pero...

¿Qué es el Ramen?

La respuesta es sencilla y complicada a la vez. Es sopa de fideos. Pero no cualquier sopa. Sus orígenes se remontan a la sopa de fideos china. Pero como ya he dicho, la cosa es más difícil de lo que parece. Y es que el ramen puede presentarse de difenrentes formas: dependiendo de los fideos, del caldo y del acompañamiento (esto convierte las posibilidades en infinitas, ya que casi cualquier cosa puede aparecer en el ramen).

¿Por qué debes temer al Ramen?
Básicamente, porque tiene truco. Su delicioso olor y se exquisita apariencia van acompañadas del peor enemigo para el recién iniciado en el arte otaku... [Música de tensión] ¡¡¡Los palillos!!!
Vale, sip, si quieres puedes cometer el sacrilegio de comer el Ramen con un tenedor. Pero piensa que cuando lo estés haciendo probablemente haya ojos llegados de todos los rincones del mundo observándote en silencio [¡Oh, yeah! mi primera leyenda urbana ^3^] Por lo tanto será mejor que cojas los palillos si no quieres ser castigado [muahahaha].
Hoy en Bricotaku... cómo comer con palillos y no morir en el intento:
Paso nº1. Los palillos se cogen con las manos. Parece una tontería, pero, si no eres habilidoso y encima tratas de coger los palillos, por ejemplo, con los pies, puedes sufrir desagradable consecuencias del tipo No probar el ramen ni aunque lo intentes.

Paso nº2. Cómo coger los palillos versión twister (o wikipedia, porque yo sería capaz de explicarlo ¬.¬)

• Poner un palillo entre la palma y la base del pulgar, usando el dedo anular (el cuarto) para sujetar la parte inferior del palillo. Con el pulgar, empújese el palillo hacia abajo mientras el dedo anular lo sujeta hacia arriba. El palillo debe quedar inmóvil y muy estable.
• Usar las puntas de los dedos pulgar, índice y corazón para sujetar el otro palillo como un lápiz. Las puntas de los dos palillos deben quedar alineadas.
• Girar el palillo superior arriba y abajo hacia el palillo fijo inferior. Con este movimiento puede cogerse comida de tamaño sorprendente.
• Con suficiente práctica, los dos palillos actúan como un par de pinzas.

Los palillos y el tunning.
Quien hizo la ley hizo la trampa. ¡Y qué trampas! Las hay de todos los colores para no sufrir la vergüenza oriental. Desde adaptadores e "inventos chinos" que hacen que los palillos permanezcan juntos, hasta el más moderno de los diseños en plata de ley.

No es oro todo lo que reluce: reglas palillares

1. Úsalos con la mano derecha.
2. Procura que tengan el menor contacto posible con la boca. Es de mala educación chupar sus extremos.
3. No los claves en la comida, especialmente en el arroz (ya que esto es un ritual funerario)
4. Cuando termines de comer déjalos sobre la mesa con las puntas apuntando a tu izquierda (apuntar a otro comensal es una falta de respeto.
5. No pases la comida a otro comensal mediante los palillos (esto forma parte de un ritual funerario)
6. No muevas platos o boles con los palillos. Tampoco juegues en el aire con ellos o señales.
7. Si ya los has usado y necesitas servirte comida, usa el mango.
8. Úsalos para partir la comida cuando te sea necesario. El cuchillo es de uso exclusivo del cocinero en la cocina.
9. El único cuenco que puedes llevarte a la boca es el de la sopa, para el resto se usan los palillos.

Cuando el Ramen es una realidad.

Gracias al cielo y a la extensión de la cultura japonesa en nuestro país cada vez es más fácil obtener ramen. Muchos pequeños comercios chinos ya venden este producto, e incluso sitios grandes (Carrefour...) ya lo tienen entre sus productos. Además el "ramen express" es muy fácil de preparar, basta con una pequeña cantidad de agua caliente y listo OuuO

Yo ya he pasado mi terrible RamenPrueba y aún sigo en mi aprendizaje con los palillos. Podría decirse que estoy a medio camino de llegar al nivel 1 en mi carrera de otaku. Sea como sea, seguiré hasta llegar a mi meta y vosotros lo viviréis en próximas entregas ;)

Aprendices de otaku ¿habéis probado ya el ramen? ¿Tenéis experiencia con los palillos?