El juego del calamar fue un éxito absoluto a nivel mundial bastante inesperadamente, llevando los índices de reproducciones de Netflix a la estratosfera y convirtiendo al creador, Hwang Dong-hyuk, en una persona muy rica. Nada mal para una serie que abordaba las miserias económicas de Corea del Sur a través de unos siniestros concursos, donde personas necesitadas de dinero exponían su vida mientras las más poderosas apostaban por su destino. Como no podía ser de otra forma, El juego del calamar no se quedó ahí, y Netflix se ha empeñado en levantar un universo televisivo sobre el fenómeno.
Parte de este universo pasa (además de por la correspondiente segunda temporada, que llegaría a finales de 2024) por un apocalíptico concurso de telerrealidad, donde concursantes reales se enfrentaban a pruebas inspiradas en la serie. Justamente este reality show ha afrontado acusaciones por sus condiciones inseguras, sin que ahí terminen las polémicas. Según Gazettely, Netflix acaba de ser demandada por El juego del calamar. Por plagio. La demanda la ha presentado Soham Shah, un cineasta indio procedente de Mumbai.
Shah ganó cierta notoriedad en 2005 por dirigir Kaal, una producción de terror, para en 2009 estrenar Luck. Esta última es el centro de la demanda que Shah ha interpuesto contra Netflix, asegurando que Hwang sacó el argumento de Luck. Shah dice que hay elementos clave en cuanto a trama, personajes, temas y desarrollo que se parecen demasiado a lo que mostraba su película, ceñida igualmente a individuos empobrecidos sometiéndose a competiciones muy turbias por premios en metálico.
Hwang ha dicho en otras ocasiones que ideó la historia de El juego del calamar en 2009, lo que encajaría porque entonces Luck ya se había estrenado internacionalmente: en más de 1.300 salas, y con un considerable recorrido internacional. No sería descabellado que Hwang pudiera haber visto el film, aunque en cualquier caso estas acusaciones son muy difíciles de probar si no se percibe una conexión directa y palmaria entre ambas obras. Ocurre además que estas historias sobre concursos mortales son bastante habituales, y Shah se enfrenta a una maquinaria tan poderosa como Netflix.
La plataforma de streaming, claro está, ya ha negado las acusaciones e insistido en la originalidad de la historia de Hwang. Dice que su intención es “defender enérgicamente el asunto” y limpiar el nombre de Hwang.
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