Salas

Crítica de “No hables con extraños”, thriller psicológico protagonizado por James McAvoy

Se trata del remake de la perturbadora película danesa, "Speak No Evil", estrenada en 2022.

martes 17 de septiembre de 2024

No hables con extraños (Speak No Evil, 2024), escrita y dirigida por el inglés James Watkins -Atentado en París (Bastille day, 2016), La dama de negro (The Woman in Black, 2012), Silencio en el lago (Eden Lake, 2008)- quien presenta una nueva versión de Gæsterne (2022), cuya traducción literal es “los invitados”, dirigida por Christian Tafdrup, quien además escribió el guión junto a su hermano Mads Tafdrup. La narración comienza con un idílico paisaje italiano donde vacaciona una familia tradicional compuesta por el matrimonio de Ben (Scooy McNairy) y Louise (Mackenzie Davis) y su hija de 11 años, Agnes (Alix West Lefler). Allí conocen a otras familias, pero entre todas, una pareja en particular llamará la atención de Ben, por su sensualidad, espontaneidad y desparpajo. La otra familia es integrada por Paddy (interpretado carismaticamente por James McAvoy), su pareja Ciara (Aisling Franciosi) y su hijo Ant (el debutante Daniel Hough), quien aparentemente posee problemas para comunicarse y socializar.

Después de sus días pintorescos en Italia, las familias entablan una amistad, por ende, Paddy y Ciara (de origen británico) invitan a pasar unos días en su finca a Ben, Louise y Agnes (de nacionalidad norteamericana pero actualmente viviendo en Londres). A partir de allí, lo que deberían ser unos agradables días de campo, se van convirtiendo en una pesadilla donde el clima cada vez se espesa más. El thriller psicológico en cuestión, que pertenece al estudio cinematográfico “Blumhouse” – productor de Sinister (2012), Fragmentado (Split, 2016), ¡Huye! (Get Out, 2017), Nosotros (Us, 2019), Feliz día de tu muerte (Happy Death Day, 2017), El teléfono negro (The Black Phone, 2021), entre otras- representa con ritmo, astucia y un excelente manejo de la intriga, cómo tanto Ben como Louise van ignorando las señales de alerta del peligro que corren frente a Ciara y Paddy, quien de forma manipuladora expresa “no hagamos de lo imperfecto enemigo de lo bueno”. Ben se siente seducido por su estilo de vida y una parte de si desea parecerse a ellos, y Louise intenta encajar para consentir a su marido, pues atraviesan una crisis de pareja en la que ella intenta redimirse por errores del pasado. 

En todos los casos y familias representadas en ambos largometrajes, los niños siempre terminan padeciendo las decisiones de los adultos. En consecuencia, la pareja invitada se debate constantemente entre escuchar su instinto o ignorarlo, empujando los límites entre el bienestar y el peligro. En este sentido, No hables con extraños mantiene al espectador en una tensión continua, pero soportable sin que impida el disfrute del filme. Mientras que la versión original posee un tono más sutil y realista y construye un final tan traumático como perturbador, en la presente coproducción de Estados Unidos, Croacia y Canadá, se logra mantener lo desagradable e incómodo, adhiriendo también algunos momentos de breve comicidad, sin perder el suspenso terrorífico en ningún momento. En adición, lo que pierde en sutileza y realismo, lo gana en no dejar ningún tipo de cabo suelto dentro de la lógica del relato.

Asimismo, mientras en el largometraje danés se acentuaba la diferencia entre las nacionalidades de ambos matrimonios (uno danés y el otro holandés) y la tesis del relato giraba en torno a la perversión, psicopatía y sadismo del matrimonio holandés, la versión actual mantiene el enfoque sociológico, pero restándole importancia a la procedencia territorial para adherir motivos clasiales y económicos. En ambas obras hay una crítica hacia la hipocresía o el exceso de amabilidad o cortesía o la “demasiado buena educación”, la falta de honestidad o frontalidad es algo que molesta a los machos alfa del relato -Paddy (McAvoy)/ Patrick (Fedja van Huêt)-, pues según ellos hacen lo que hacen, porque los demás “se lo permiten”. En ambas películas, las mujeres (Louise) son quienes tienen más instinto y mal presentimiento. Sin embargo, la Louise norteamericana, realiza todo un cambio del estatuto del personaje mostrando empoderamiento en el desenlace, intentando proteger a su familia hasta las últimas consecuencias.

En conclusión, No hables con extraños no es un simple remake, hay un trabajo reinterpretativo y varias diferencias tomadas a conciencia, sobre todo la diferencia abismal del final, lo cual no se describe para evitar spoilers. Pero si puede mencionarse que el desenlace de esta última, tiene más tensión y plantea cierta restauración del orden y la posibilidad de “justicia”. Por el contrario, el final de la versión original genera incomodidad y es casi imposible de soportar, aunque ofrece una mirada cruda de la realidad y la perversión humana. En esta versión, hay más resistencia por parte de los invitados, es el juego psicológico y manipulador Ciara y Paddy, cada vez que ellos se alarman, lo que termina volviéndolos a envolver en la trampa con un excelente trabajo de dirección que mantiene entretenido al espectador de principio a fin.

7.0
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