La casa Abascal
ARGUMENTO
De un carro, es arrojado un hombre herido que es
recogido por la mayor de las hijas de la
familia Abascal y un médico retirado, que se apiadan de él y lo llevan para
atenderlo hasta la Casa Abascal, la posada propiedad de la familia Abascal con
la que intentan salir adelante el abuelo, la madre y sus tres hijos: Amaia,
María y Nelu, con la ausencia del padre que murió en la tragedia del barco
incendiado en Santander.
El hombre que recogen es un extranjero del que nada
saben, pero que vendrá a trastocar la existencia de esta humilde familia, que
se verá envuelta en una conspiración política que puede afectar al mismísimo
rey Alfonso XII.
LA POSADA DEL VIAJERO
Armando Rodera y su novela La posada del viajero han sido seleccionados por Amazon para comenzar su
trayectoria editorial en España (Amazon
Publishing),
con la publicación de libros a un precio muy competitivo.
Se trata de libros en papel a precios muy
competitivos que están a medio camino entre el formato normal y el de bolsillo,
porque si bien su tamaño es casi el normal, su tamaño de letra y su maquetación
para ahorrar papel y abaratar costes, se aproximan mucho más a las ediciones de
bolsillo.
Pasa de este modo Armando Rodera del mundo de la autoedición a la publicación en
papel con el apoyo de esta nueva editorial.
Un salto que no sé si además supone un punto de
inflexión en lo que ha sido hasta ahora su trayectoria literaria, o es sólo una
excepción, porque Armando
Rodera
abandona el género que ha practicado hasta ahora, el thriller de acción, para
pasarse a la novela histórica, pues no puede definirse de otra manera a La posada del viajero, en la que sin duda es su novela
más ambiciosa.
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Palacio Sobrellanos, Comillas |
Como dice el refrán, “el que tuvo retuvo” y, por más que sea una
novela histórica, la acción está muy presente en muchos momentos de la misma.
La diferencia es que el autor ha intentado reflejarnos el ambiente de una
época: la España de finales del siglo XIX, si bien no en una gran ciudad, sino
en un pequeño pueblo del norte de España, concretamente en Suances, aunque también nos hace un
recorrido por un par de pueblos bellísimos como son Santillana del Mar y Comillas, que tienen, especialmente
este último un papel protagonista en la novela.
Una Cantabria que está pasando de ser un lugar
desconocido, a un lugar de moda, gracias a que el rey Alfonso XII se está
aficionando a veranear allí para tomar “baños de olas”. Un turismo del que sin
duda es responsable el marqués de Comillas, gran amigo del rey que le ha
nombrado marques y grande de España y que está construyendo el palacio de Sobrellanos
en Comillas.
Las visitas del monarca hacen que cambie la vida de
la zona, al arrastrar hacia allí a numerosas familias de la nobleza y poderosos
en general, con ganas de veranear cerca del rey, lo cual dio lugar al comienzo
de la formación de una infraestructura hotelera, un hecho del que la posada de
la novela, pese a no hallarse en el epicentro de la actividad, también se vio
beneficiada.
No solo es el Norte de España el escenario escogido,
porque la acción también nos trasladará, partiendo del condado de Cork en
Irlanda, a la Cuba española del año 1871,
donde tienen lugar parte de los sucesos que el autor va a narrarnos.
Una Cuba que aún está bajo el dominio de la corona
española y en la que aún quedan restos de esclavitud, si bien el cultivo de la
caña, de la que vive la isla, se está modernizando y la fuerza humana se está
sustituyendo poco a poco por maquinaria moderna.
Tras un prólogo que nos narra el desastroso
accidente e incendio ocurrido en el puerto de Santander en 1873 y que destruyó
buena parte de la ciudad, la acción transcurrirá entre 1873 y 1881, pasando
desde la actualidad en 1881 a años anteriores en los que se nos irá narrando la
vida de Declan Mclister, el irlandés
que terminó viajando al nuevo mundo para recalar en la isla de Cuba.
Son dos planos narrativos, pues por una parte toma
la palabra Amaia Abascal y por otra es el propio Declan Mclister el que nos
cuenta sus aventuras. Dos partes muy diferenciadas en la novela, dos estilos
narrativos diferentes. Esa es la gran novedad de La posada del viajero, pues
mientras el narrador el Declan Mclister, predomina la acción. Sin embargo, cuando
la narradora es Amaia Abascal, el texto se vuelve mucho más reposado y tiende a
un romanticismo hasta ahora desconocido en la obra de Armando Rodera.
La posada del viajero está muy alejada de sus novelas de acción, y por
supuesto, no tiene nada que ver con El
color de la maldad,
que tenía además muchos componentes de novela negra. Está seguramente dirigida
a un abanico mucho más amplio de lectores al tratarse de una novela histórica
que viene aderezada con muy buenos momentos de acción y un toque de
romanticismo, ausente hasta ahora en sus novelas.
IMPRESIÓN PERSONAL
Aunque ya sabía antes de leerla que esta novela era
una novela histórica, no por ello he dejado de llevarme una sorpresa por el
nuevo enfoque que ha dado Armando
Rodera a su
trayectoria profesional con La
posada del viajero.
No se trata tanto del género elegido, sino que la
acción es bastante más pausada, con momentos vertiginosos (que el autor sigue
sabiendo cómo escribirlos), pero con otros momentos que nos permiten
deleitarnos no solo en el paisaje (tranquilos que no se pasa en las
descripciones), en el contexto histórico, pero sobre todo, hay más tiempo para
describir a los personajes.
Para hacerlo, el autor se ha puesto esta vez en un
doble papel: el de Declan, un irlandés cabezota al que la vida va madurando y
en el de Amaya Abascal, para el que guarda los aspectos románticos de la
novela, pues ese tipo de sentimientos no los narra a través del personaje
masculino sino del femenino.
Una importante mejora pues en cuanto al tratamiento
de los personajes, sin que la parte que eso conlleva en detrimento de la
acción, merme el conjunto.
Estoy convencido de que, esa mezcla de novela
histórica con muy buenos momentos de acción y su toque de romanticismo, harán que
se acerque a la obra del autor muchos lectores a los que podía no atraerles
esas novelas en las que primaba por encima de todo la acción, sin perder por
otra parte a aquellos que ya le seguíamos desde hace tiempo.
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Ermita Santa Justa, Ubiarco |
Como probablemente muchos de los que leamos esta
novela, anotaremos para un futuro viaje a Cantabria la visita a la ermita de
Santa Justa en Ubiarco. Y por supuesto también a Comillas y Santillana del Mar aquellos
que nunca hayan estado (ambas son una maravilla en estilos muy diferentes)
Gracias a Armando
Rodera y Amazon Publishing por enviarme un ejemplar de
La posada del viajero para su lectura y reseña.
VALORACIÓN: 8/10
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