El hombre de las olas
FICHA
TÉCNICA
Título:
Ronin
Autor:
Francisco Narla
Editorial: Temas de hoy
Encuadernación:
Tapa dura
Páginas: 863
PVP: 22,50 €
Ebook: 5,99
Editorial: Booket
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 878
PVP: 12,95 €
FRANCISCO NARLA
Esto es lo que la editorial nos cuenta del autor:
Francisco Narla (Lugo, 1978) es comandante de línea aérea y escritor. Ha publicado novela, relatos, poesía, ensayos técnicos y artículos. Como conferenciante, ha participado en diferentes foros, como centros universitarios o programas de radio y televisión (Cuarto milenio, El guardián de la noche o Milenio).
En 2009 publica su primera novela, Los lobos del centeno, tras cuyo éxito en España es editada en México para toda Latinoamérica. En 2012 nos sorprendió con Assur, con la que recibe el aplauso del público y conquista las listas de los más vendidos. Y al año siguiente nos presenta Ronin, con la que se consagró como uno de los más versátiles y talentosos escritores de novela histórica de nuestro país.
En Caja negra, un magistral thriller, une misterios oscuros y arcaicos con una trama de intriga actual enmarcada en el mundo de la aviación.
ARGUMENTO
«El
Consejo de Regencia se tambaleaba y el castillo de Fushimi llevaba ya
diez días de asedio. Yo pensaba que moriría aquella noche. Y
aquello hubiera estado bien, era mi deber. Habría sido lo correcto,
pero entonces mi señor, Torii Montotada, me hizo llamar...»
(Página 699)
«No
lucharás, debes huir del castillo. Te convertirás en un paria, un
guerrero sin señor... En un hombre de las olas, y dedicarás lo que
te reste de vida a encontrar a ese traidor y a cortarle la cabeza.»
(Página 50)
Esta
es la historia de dos hombres,de un samurai convertido en un ronin(Ronin
significa literalmente
"hombre
ola"
porque
es un
hombre errante como una ola en el mar. Era
un samurai sin amo, bien por la caída o la ruína de éste, o por
haber perdido su favor).
Se
ha transformado en un renegado para
cumplir la última orden de su señor.
Es
también la historia de Dámaso, alferez de los tercios españoles,
capaz de recorrer el mundo entero y bajar hasta los infiernos si hace
falta, para lograr la fama y el dinero que le permitan obtener la
mano de su amada.
Dos
hombres, dos culturas totalmente diferentes, dos puntos opuestos del
planeta, pero dos vidas que están destinadas a luchar juntas sen
busca de su objetivo.
RONIN
Creo
conveniente comenzar con una advertencia: No se trata del libro sobre
la película Ronin de reciente estreno en las carteleras españolas.
Dicho
lo cual, Ronin
es una gran novela histórica.Y no lo digo por su
extensión (algo más de ochocientas páginas), sino por el amplio
espacio geográfico que abarca (no solo aquel imperio español en el
que no se ponía el sol, desde Flandes hasta Manila, sino hasta más
allá, llegando al Japón)y la temática que aborda, muy poco
habitual en el género.
Ambientada
a principios del siglo XVII, es cierto que hay muchas
novelas que nos reflejan aquella España de Felipe el tercero. Esa
España que tan bien ha reflejado Arturo
Pérez-Reverte en su serie de Alatriste,
de la que al final parecen deudoras todas las novelas posteriores que
tratan el tema. Incluso en Ronin,
cuando dos viejos luchadores de los tercios de Flandes se unen, no
pude menos que recordar esa derrotista visión de Pérez-Reverte de
soldados que luchan por su Rey, conscientes de que probablemente
dicho rey no sea merecedor del sacrificio que por él hacen sus
tropas.
«No
sé si lo conseguiremos o no, pero estoy convencido de que por
primera vez en mi vida, voy a arriesgar el cuello por algo que merece
la pena.»
(Página
686)
Muy
presente se me ha hecho El
sol de Breda
en esas evocaciones a la lucha contra los holandeses. Una lucha que
por cierto volverá a producirse en esta novela, si bien en un lugar
tan remoto como Japón.
Pero
en lo que esta novela no tiene parangón es en mostrarnos otra
realidad muy distinta en el siglo XVII: la
historia de Japón.
Nos
presenta así Francisco
Narla
dos culturas, dos modos de ver y entender la vida totalmente
diferentes y contrapuestas, como agua y aceite imposibles de mezclar.
No
solo es diferente su concepto de la religión, del trabajo, sino
también el del honor. No se trata ya de que sea una cultura muy
trabajadora y perfeccionista (muchos occidentales también lo son),
ni que sea una sociedad tremendamente competitiva, sino que dentro de
esa competición no se admita el fracaso. Fracaso es sinónimo de
deshonor. Y frente al deshonor solo hay una salida aceptable: el
seppuku,
el suicidio ritual por desentrañamiento (más
conocido por nosotros como harakiri)
«Honda
Kazumasu había mandado al samurai abrirse las entrañas, pero no
porque con aquel gesto pudiera resolver algo, sino simplemente,
porque era lo debido tras haber fracasado.»
(Página
410)
«Desgraciadamente,
un hombre solo atisbaba a comprender su ignorancia cuando la edad se
empeñaba en demostrarle que ya no le quedaría tiempo para aspirar a
la sabiduría.»
(Página
21)
La
cultura japonesa estará pues muy presenta a lo largo de numerosos
capítulos de Ronin, tanto en sus costumbres, en sus comidas, en sus
dichos, o incluso en su juego favorito el “go”, que es mucho más
que un juego, es un entrenanamiento para la vida:
«Como
en el tablero, solo considerando todas las opciones uno podría
alzarse con la victoria.»
(Página
492)
Junto
a esta parte para mí francamente desconocida del Japón de comienzos
del siglo XVII, podremos disfrutar también de la España de aquel
Felipe el tercero, aunque mejor sería decir del Duque de Lerma, que
en realidad era quien hacía y deshacía.
Una
historia que por cierto viene a recordarnos que este mundo, casi todo
está inventado. ¿Pensáis que la corrupción y la especulación
urbanística son cosa del presente? Pues ya el Duque de Lerma
cambiaba la corte española de Madrid a Valladolid y de vuelta a
Madrid, para especular con los incrementos de la vivienda que dichos
cambios provocaba.
De
hecho en su época circuló una coplilla popular que hacía
referencia como al final de su vida se “hizo” cardenal para
evitar ser sometido a juicio:
«Para
no morir ahorcado, el mayor ladrón se vistió de colorado.»
Una
novela muy atractiva para todos aquellos atraídos por el desconocido
pero llamativo mundo de los samurais. Por eso no está de más traer
aquí lo que el autor entiende por un samurai:
«Un
samurai es un caballero educado para apreciar la belleza en cualquier
acción, pero consciente de que cualquier instante puede ser el
último de su vida.»
Volviendo
al principio de este apartado, Ronin es una novela histórica. En la
presentación del libro (si quieres saber algo de esa presentación,
pincha AQUÍ)asistimos
a un curioso experimento por parte del autor. Un experimento que
puedes hacer en casa y que consitió
en que tres
espectadores dijeran un número del 1 al 10 para elegir una página
del libro (que resultó ser la 543)
Nos
decía Francisco Narla que cuando uno lee una novela histórica,
cualquier página del mismo tiene que llevarnos directamente a
sentirnos en aquella época, que aún sacada del contexto, nos demos
cuenta que no es una novela que se sitúe en la actualidad.
Con
esa página, escogida al azar, el resultado fue un éxito.
Una
novela basada en hechos reales
que nos contó el autor surgió cuando en Coria del Río vio la
estatua de un samurai, componente de una embajada que vino a España
en el siglo XVII.
Muy
interesante es una vez acabado la novela, leer el extenso cuaderno
de notas del autor, (como él mismo dice casi un manual de
cómo se hizo la novela) en el que nos dice cuánto de histórico hay
en todo lo que nos ha narrado, qué personajes existieron en la vida
real.
IMPRESIÓN
PERSONAL
Casi
llegamos al final y a la respuesta de la pregunta que me hice antes
de empezar a leer esta novela y que seguramente muchos os habréis
hecho: ¿Merece la pena embarcarse en
una novela de más de ochocientas páginas? Porque lo
reconozco, da mucha pereza enfrentarse a una novela tan larga.
Por
eso desde aquí os animo a embarcaros
en esta aventura. Nunca mejor dicho lo de embarcarse,
porque el mar está muy presente en esta novela. Normal, porque para
llegar desde España hasta Manila y luego al Japón, sin barco no era
posible.
Esta
novela ha sido considerado en una encuesta como la mejor novela
histórica del 2013, a pesar de que al publicarse en fechas tardías
apenas hubo tiempo a que fuera leída por muchos votantes. Ahora,
aunque estemos en el 2014, puedo afirmar que es
la mejor novela histórica publicada en el 2013 que he leído hasta
la fecha.
Ha
conseguido lo que el autor se proponía, algo por otra parte
imprescindible ante una novela de estas características: atrapar
al lector desde las primeras páginas.
De
hecho me encantan las primeras líneas de la novela:
Esto
es España y nuestro cine no tiene presupuesto y menos para una
historia tan compleja como ésta, pero sin duda Ronin
sería una magnífica película. Porque aunque sea en
primer lugar una novela histórica, es también una entretenidísima
novela de aventuras.
Una
novela con mucha acción en la que van alternándose dos frentes
distintos: la búsqueda por parte de Ronin del traidor que provocó
la caída de su señor, y las aventuras de Dámaso camino de Japón.
Y por si no fuera suficiente, se abre un tercer frente en España con
las desventuras de Constanza, la enamorada de Dámaso que no renuncia
a su amor y que por él terminará enfrentada a la inquisición.
Y,
como toda novela de aventuras que se precie, Ronin
tiene un malo malísimo: Hortuño
«Ya
no bebía, ya no comía, bastaba con mirarlo a los ojos para ver que
ya solo tenía tiempo para una cosa:
odiar.»
(Página
593)
Lo
curioso es que, junto a un ritmo trepidante en muchos momentos, la
novela es al mismo tiempo muy descriptiva, capaz de pararse en
pequeños detalles como unos niños cazando abejas, sin que por ello
pierda ritmo la narración.
ALGUNAS
PERLAS DEL LIBRO
«Los
huevos y los juramentos se rompen igual de fácil.»
(Página
391)
«La
lluvia solo es un problema si uno no quiere mojarse.»
(Página
794)
VALORACIÓN: 9/10
Muchas gracias a Deborah Albardonedo, Temas de Hoy y a Francisco Narla por proporcionarme un ejemplar para su lectura y reseña.
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