Atlético Mineiro es un equipo divertido. Tiene su típico lateral brasileño y juega con cuatro delanteros, si consideramos al habilidoso Bernard uno de ellos. Tijuana también resulta un conjunto agradable. México es un país que disfruta de la pelota, que la quiere casi siempre en su poder. Había ingredientes para algo bueno y aunque el partido fue más emocionante que bello, la cosa estuvo a la altura de esa joya que es la Copa Libertadores.
Con el 2-2 de la ida, el Galo saltó al campo demasiado clasificado en las apuestas. No hay peor cruz que ser ganador antes de jugar, un mal que Atlético Mineiro tuvo que sufrir. Desinhibido, Tijuana arrancó con mucha fuerza gracias a la movilidad del colombiano Riascos. Apodado con gran acierto “la culebra”, el punta volvió loco al cuadro brasileño. Bastó que el extremo Ruiz se atreviera a encarar para que Xolos tomara ventaja en el marcador. Ni Bernard ni Tardelli son futbolistas que vayan a correr para atrás, así que Tijuana tenía una superioridad sencilla en las bandas. 0-1 y primer susto en Belo Horizonte.
Riascos mereció inaugurar el marcador; la estaba partiendo
Poco atinados, los chicos de Cuca se agarraron al juego directo de Jo Alves, que por arriba las gana casi todas. De la línea de mediapuntas, solo Tardelli parecía estar conectado. Bernard –al que, dicen, Klopp podría estar siguiendo– completó una mala actuación; ni desequilibró ni armó juego. ¿Y Ronaldinho? Quien escribe suele encontrar pocos apoyos en la crítica. Dinho se mueve poco y sobre todo, se mueve mal. Tiene hambre de fútbol y su cuerpo transmite buen aspecto, pero le falta sabiduría para dominar. Claro que con ese golpeo, qué más da. Un toquecito de los suyos significó el empate del central Réver. 1-1, el Galo dentro… pero Tijuana no estaba siendo inferior.
Las sensaciones no eran buenas para los locales. Como decíamos, ni Bernard ni Dinho estaban excesivamente enchufados al encuentro y los mexicanos lo sentían. Libres de la obligación de ganar, Tijuana fue llegando a donde pretendía. Sin ocasiones ni brillantez pero con ideas claras. Su técnico, el argentino Antonio Mohamed, dio entrada al excéntrico Fidel Martínez con la misión de gambetear y meter miedo, aunque el ecuatoriano no hizo casi nada. Mejor le funcionó a Cuca el revulsivo de Luan, que sí logró alterar un partido que a 20 minutos del final estaba completamente roto.
Tijuana llegó a los últimos minutos con la esperanza intacta
Aunque la moneda podía caer para cualquiera, el asunto estaba cogiendo serio color visitante. Piceno había errado una tremenda ocasión ante el portero Victor y Arce había mandado un tiro libre al larguero. La angustia era ya inevitable para Atl.Mineiro, pero lo que estaba por venir no podía anticiparlo nadie. Sobre la hora, Silva cometía penalti sobre el paraguayo Aguilar. Quedaban apenas cien segundos y esa infracción suponía el fin. El Estadio Independencia se llenó de lágrimas previas al desastre. Riascos agarró el balón, cogió una carrerilla eterna y disparó, mal y al centro. Paró Víctor. La locura.
@pittiseverini 31 mayo, 2013
Feo final para el proyecto de ese subestimado técnico argentino que es Mohamed. Ahora, según sus propias palabras, volverá a su querido y maltrecho Huracán, que pena amargamente en la B Nacional. Un retroceso en su carrera, pero que le da un cariz romántico que amamos los que seguimos este deporte.