"Una pregunta" Foto: marsmet552 |
Trabajo como periodista; asisto a la rueda de prensa que, los viernes,
tras el Consejo de Ministros, concede Soraya Sáenz de Santamaría para
¿explicar? las ¿medidas? que ¿ha tomado? el ¿Gobierno? para ¿afrontar? la CRISIS.
Hoy me han dejado hacer una pregunta. Ésta es (ver el vídeo aquí):
“...Eeeh, sí. Eeeh. Yo sólo una única
pregunta. Eeeh. Ji, ji. Estábamos, hemos hablado de una semana muy complicada,
eeeh, según algunos analistas, la peor de toda, eeeh, y lo cierto es si lo
hemos eh, ah, ha surgido en algunas preguntas que, eeeh, la ciudadanía, los
españoles, llegan a tener temor, miedo, a unas circunstancias que muchas veces
no entendemos que se escapan de las manos, ¿no?, incluso a veces lo pongo en
primera persona del plural: yo lo que, eeeh, analizado todo lo que se ha
analizado, no sé si, el Gobierno está en la posibilidad de decir hoy que España
va a salir de ésta, que no nos vamos a caer de un precipicio, lo digo porque
leemos, vemos titulares y hay a veces que dices ¿en qué situación estamos?,
¿vamos a salir de ésta?, ¿no estamos en un precipicio gracias? Eeeh.”
“Usted pregunta por la España real y creo que de esa España “
Naturalmente,
una pregunta de estas características se incluye dentro de la categoría “me alegro que me haga esta pregunta”.
En este caso, por partida doble. Primero, por la aparente afinidad del
preguntador (y del medio al que representa) a las tesis del Gobierno —es
entendible y se puede asumir que, en una rueda de prensa bien dirigida, haya
preguntas orientadas—. Y segundo, porque a la vista de la vacuidad de
contenidos de la propia pregunta (reflejo de la vida interior del postulante),
permite a la vicepresidenta contestar lo que le dé la gana.
No
es nuestro objetivo, ahora, analizar la respuesta que Soraya se sacó de la
manga y que empieza a partir del segundo cincuenta: encontrarán muchos lugares
donde se muestran argumentos, tanto contrarios, como favorables. Les dejamos
que busquen.
Pero,
apasionados de las preguntas, queremos analizar la que consideramos pregunta del mes.
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Se
incluyen errores en la misma que nos abochorna destripar en solitario, así que
contaremos con una colaboradora de primera fila, Sara Carbonero.
— Preguntador
Pro PP: “Yo sólo una única pregunta”.
— Sara
Carbonero: Redundante. Mejor: “Una pregunta”.
— Común Sin
Sentido: Gracias, Sara.
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— PPPP: “Una
semana muy complicada [...], la peor de toda”.
— SC:
Falta de concordancia. Mejor: “la peor de todas”.
— CSS:
Gracias, Sara.
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— PPPP: “...en
primera persona del plural: yo”.
— SC:
Error. Mejor: “primera persona del singular”.
— CSS:
Gracias, Sara.
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— PPPP: “...nos
vamos a caer de un precipicio”.
— SC:
Incorrecto. Mejor: “nos vamos a caer A un precipicio”.
— CSS:
Gracias, Sara.
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— PPPP: “...hay
a veces que dices”.
— SC: Mal.
Mejor: “hay veces que dices”.
— CSS:
Gracias, Sara.
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— PPPP: “...estamos
en un precipicio”.
— SC:
Incorrecto. Mejor: “estamos AL BORDE de un precipicio”.
— CSS:
Gracias, Sara.
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El
panorama que nos encontramos es desolador: en este frenesí dominado por los
titulares, se saca punta —infinitamente— a detalles pueriles y se dejan pasar
groserías de profundo calado. ¿Cómo será la información que nos llega si el
encargado de diseccionarla, analizarla y cribarla es un completo merluzo?
Nuestra
recién fichada colaboradora, la Carbonero, se ha tenido que tragar un montón de
críticas por despistarse y olvidar que Iniesta
había tirado un penalty. ¿Es posible imaginar la tensión a la que tiene que
estar sometida una persona a quien, todo lo que hace, es analizado con lupa?
¿Cómo se puede fijar tanto la vista en un detalle ocurrido sobre la marcha y pasar
por encima de los detalles de fondo de medidas transcendentales y resumir toda
la cuestión en si se trata de un rescate o de un préstamo, atendiendo
exclusivamente a la etiqueta que
se le adjudique?
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No
sé si somos lo que nos merecemos, pero nos merecemos lo que somos.