El 9 de diciembre de 2013 me convertí en madre con el nacimiento de JP.
He de confesar que el primer mes fue fatal: estrés, cansancio, acoplamiento, darte cuenta que ya nunca serás tú sola. Cuando compruebas que aguantan, no se rompen aun cuando se ven tan frágiles entonces te tranquilizas. Es en ese momento de relajación (por allí del segundo-tercer mes) cuando empiezas a disfrutar de la maternidad, te dejas llevar. Y ahora nueve meses después sólo quiero que todo lo que hace JP se grabe en mi corazón.
He de confesar que el primer mes fue fatal: estrés, cansancio, acoplamiento, darte cuenta que ya nunca serás tú sola. Cuando compruebas que aguantan, no se rompen aun cuando se ven tan frágiles entonces te tranquilizas. Es en ese momento de relajación (por allí del segundo-tercer mes) cuando empiezas a disfrutar de la maternidad, te dejas llevar. Y ahora nueve meses después sólo quiero que todo lo que hace JP se grabe en mi corazón.