Hasta siempre

Sonaba el teléfono y como si de una broma macabra se tratara me planteaban una adivinanza, casi entre risas, y todo se me vino abajo. No sabía si estaba peor por lo sucedido o por la insensibilidad del mensajero. Mi perro se ha ahogado en la piscina. Mucha gente no lo entenderá, es solo un animal, pero para mi era mucho más, era como mi hermano, me duele mucho más lo que le pueda pasar a ellos que a otra persona, no puedo explicarlo. No puedo ver sus fotos, ni siquiera recordarlas, tengo los ojos hinchados y una sensación de rabia e impotencia que me recorre todo el cuerpo. Me fuerzo a no imaginarme la situación, pero en un descuido vuelve la imagen a mi cabeza. No puedo hacerme a la idea que ya no podré tocarlo, no vendrá a darme la mano, ni me traerá la pelota, ni intentará alegrarme cada vez que esté mal, no volveré a ver sus ojos, no está. La perra está desconcertada, no para de buscarlo, y no quiero ni pensar que la pena pueda con ella. Necesito ir a casa, hasta dentro de 5 días no puedo.