Estoy últimamente descubriendo el maravilloso, apasionante y prehistórico mundo del Cobol. Para los poco duchos (como yo, que no tengo agua caliente en casa y me ducho poco) explicaré que es un lenguaje de programación del año de la polca, que probablemente inventaron los egipcios o los romanos, cuyas palabras reservadas deber provenir del arameo clásico o el esperanto, vamos, que está más pasado que Maradona en la fiesta de cumpleaños de Ronaldo. Este lenguaje sigue en uso, para desgracia de muchos debido a que los bancos, otrora prósperos, desarrollaron el software de sus superordenadores en este lenguaje, pero se ve que con el paso del tiempo lo pobres se dejaron el dinero en algo y ahora su presupuesto no alcanza para renovarse con los lenguajes de última generación. Así pues, a golpe de látigo, contratan a ingenuos programadores, que en pos de un futuro digno, inconscientes se lanzan al aprendizaje del rúnico lenguaje ya mentado, sabiendo que lo único que se espera de ellos es que parcheen bases de datos de tamaño innominable. Deberían haber elegido muerte.
Así pues aquí me encuentro, ante un monitor que si fuese monocromo aún le sobrarían colores, con un sistema de depuración de software que funciona peor que el de depuración de agua en Valencia, rodeado de ingenuos como yo y de unos profesores, que si bien son buena gente, de métodos didácticos saben tanto como de la reproducción del berberecho autóctono madrileño. Vengo todos los días a Castellón, lugar perdido de la mano de Dios, que hasta los locales se van a Benicasim a veranear, y eso que está a 2 km, imaginad el ambientazo que hay aquí. No piso Valencia de día, el sol sin una ventana por en medio es una utopía, mis días están reducidos a 4 horas más las que quiera robarle a mis 8 horas de sueño, esto suelen ser habitualmente un par o tres así que mis periodos de descanso propiamente dicho se reducen al fin de semana y eso que tengo que fichar en el Magik.
Bueno, la próxima os contaré los secretos de la diálisis peritoneal que he aprendido recientemente y cosas diversas de mi ex-empresa. A este ritmo de publicación sucederá en un mes y medio. Os sea más leve y moderno que a mi, saludos del tío Yyr.
La morfina está sobrevalorada
Hace 1 semana