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lunes, 12 de diciembre de 2011

Convengo con Nuria Carreras Jordi

Hay periódicos cuya sección de Cartas al director es una pena. Quizá porque los encargados de esa sección son de pena, o acaso porque a sus lectores no les da por enviar cartas interesantes. Ese no es el caso de El Periódico de Cataluña (dice el chiste que se llama así porque es el único que hay y se lo van pasando de mano en mano los catalanes), en el que su sección más interesante, a mi entender, es precisamente esa.
Con fecha de hoy, lleva una carta de Nuria Carreras Jordi, titulada Estudio de productividad, que considero muy puesta en razón, puesto que critica que el gobierno catalán ha explicado que los recortes de derechos y salarios con que ha obsequiado a los funcionarios de aquella Comunidad Autónoma tienen por objeto mejorar la productividad.
Por mi parte, estoy convencido de que la productividad del funcionario medio es muy superior a la de cualquier político, y algo de eso apunta Nuria Carreras Jordi en su carta.
La productividad no depende tanto de los trabajadores como de quienes organizan su trabajo y los medios que les dan para que lo lleven a cabo.
La característica más común de los políticos españoles es que puesto que dependen de quienes hacen las listas, se ven obligados a sonreírles todo el tiempo; por tanto, si son expertos en algo es en adivinar los estados de ánimo de sus jefes y saber qué sonrisa conviene hacer en cada momento. Esta especialización puede serles muy útil a ellos, puesto que les permite vivir la mar de bien durante el resto de sus días, pero no sirve para organizar el trabajo de los funcionarios. Si los políticos piensan que la productividad de los funcionarios es baja, deben tener en cuenta también que la culpa es exclusivamente de los políticos, por tanto, es a éstos a los que habría que recortarles derechos y sueldo.
La citada carta también contiene otras sugerencias dignas de atención. Lo difícil será que las atiendan los políticos. Los que la lean, harán como que no.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Los españoles notan la subida de los precios

El Mundo, en su edición de hoy, publica una encuesta cuyos resultados indican que el 93% de los españoles nota mucho la subida de los precios. Entre el 7% que no lo nota debe de estar Zapatero, que no paga ni los cafés que se toma, ni los diputados valencianos, puesto que su comida en las Cortes Valencianas está subvencionada. Quizá en las demás Cortes de España suceda algo similar. Hay cosas en las que los políticos de todos los colores se ponen de acuerdo rápidamente. Pulsan el botón que les mandan y a final de mes a cobrar, que diría Alfonso Rus. La cuestión es que los ciudadanos van notando la soga de la inflación, la soga de los tipos de interés, la soga de la gasolina y unas cuantas sogas más. José Barea escribe, también hoy, un artículo en Cinco Días, en el que no pinta una situación nada halagüeña. Recuerda el articulista que cuando el actual gobierno tomó posesión se propuso aumentar la productividad, pero apunta que esto no se logra por decreto, “sino transformando información en conocimiento, éste en innovación y ésta en crecimiento”, y la realidad indica que la productividad ha decrecido. La realidad nos pone sobre el tapete el caos de Barcelona, cuya solución no van a pagar los responsables, sino esos ciudadanos que se ven asfixiados por tantas sogas. La reparación de los daños causados por las aguas, por la dejadez de los políticos, en el Palau de les Arts de Valencia, también corre a cargo de los ciudadanos. Mientras tanto, el Senado italiano ha aprobado la reducción del número de ministros, que de 24 pasarán a 12, para reducir gastos. En la Comunidad Valenciana ha aumentado el número de los que tienen permiso para apretar el botón. Otra cosa en la que se ponen de acuerdo los partidos políticos. El trabajo de los políticos consiste en administrar los intereses de los ciudadanos, pero hay cosas que les interesan más. Mientras la soga no ahogue…