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domingo, 19 de enero de 2020

El gobierno manosea al papa

A este gobierno, parte del cual se manifiesta a favor de ETA, sin que a la otra parte le importe que lo haga, pronto no le quedará ninguna vileza por cometer, ni maldad por hacer. De sus votantes cabe pensar que sarna con gusto no pica.
Ahora saca a relucir estas palabras «Todos los padres son custodios de la vida de los hijos, pero no propietarios y deben ayudarlos a crecer, a madurar», dichas por el papa hace tiempo, como apoyo a la burrada dicha por Celaá en presencia de otras dos ministras de las que más vale no hablar.
El caso es que en los países democráticos, entre los que todavía está España, aunque no se sabe por cuanto tiempo, puesto que la composición y las intenciones de este gobierno no auguran nada bueno en este campo, todos los ciudadanos, y sobre todo los más vulnerables, están protegidos por la ley, de modo que los hijos son de los padres siempre y cuando éstos no se salgan de la legalidad. Y si lo hacen, el Estado tiene diversos mecanismos para detectarlo.
Lo que pretende este gobierno, y para ello, dada su probada desvergüenza, no duda en interpretar literalmente las palabras del papa. Estos elementos, que más que integrantes de un gobierno lo parecen de una banda, pretenden arrebatarles los hijos a sus padres, pero, como es lógico en gente así, no para inculcarles los valores cívicos y la pasión por la verdad, que cada cual debe buscar por su cuenta, sino para someterlos a lavados de cerebro, inculcándoles un veneno ideológico que los convierta en peleles para el resto de sus días, si no son capaces de detectar por sí mismos que lo que se les pretende inocular es basura. Una cosa es que se les eduque en el amor al prójimo y el respeto al ser humano, y otra muy distinta lo que son capaces de discurrir los componentes de este gobierno, que además de eso pretende llevarnos a la ruina.

sábado, 18 de enero de 2020

Los hijos, según el gobierno

Lo que dijo exactamente la ministra Celaá es lo siguiente: «No podemos pensar que los hijos pertenecen a los padres». Esta manera de pensar debe de ser propia de Cuba, de China o de Corea del Norte, pero en un país democrático es decididamente estúpida. O rematadamente torpe. Cuando logre imponer la dictadura que, sin duda, pretende este gobierno, la ministra, que se hizo acompañar por otras dos, de las que es mejor no decir nada, podrá hablar así.
Por supuesto que los hijos son de sus padres. Los tienen, se sacrifican por ellos y procuran prepararlos para la vida.
El Estado, por la cuenta que le trae, ha de dar educación a los jóvenes, porque constituyen el futuro de la nación. Y tiene la obligación de velar por los más vulnerables, entre los que están los menores de edad. No todos los padres cuidan a los hijos como debieran, y en este punto es cuando debe intervenir el Estado en beneficio del menor. Pero ha de hacerlo por mediación de un juez.
Por otro lado, el Estado español abandonó hace tiempo su obligación de velar por los menores al traspasar las competencias de Educación a los gobiernos regionales, que las suelen utilizar para adoctrinarlos, lo cual es infame. Un niño adoctrinado tiene muchas posibilidades de acabar, más pronto que tarde, en manos de los profesionales de la salud mental o, si no recurre a ellos, palpablemente enajenado, como se observa en los delirantes separatistas catalanes.
A los jóvenes hay que prepararlos para que busquen la verdad por sí mismos, pero este gobierno, formado y apoyado por personas cuya maldad está contrastada, pretende inculcarles posverdades, o sea, mentiras flagrantes y, claro, los padres tienen todo el derecho del mundo a protestar. Del mismo modo que el Estado tiene la obligación de defender a los niños de los malos padres, éstos la tienen de defender a los hijos de los Estados nefastos.

martes, 15 de octubre de 2019

La rabia de Guardiola, el futbolista

A tenor de sus actuaciones al respecto cada vez que los malvados catalanistas sufren un revés, se puede deducir con escaso margen de error que Guardiola debe de sufrir unos espasmos internos de alta intensidad.
Ha de resultarle muy doloroso el fracaso del mal. Cada vez que ocurre vomita sandeces sin sentido, y son de tal calibre que hacen dudar de su inteligencia. Pero algo parece que sí tiene, porque de fútbol sí que sabe. Ahora bien, fuera del fútbol y, concretamente, en el terreno de la democracia, es un ignorante. Las dice tan gordas y es tanto el odio que se advierte en ellas que no queda más remedio que atribuirle maldad. Y no maldad por ignorancia o descuido, sino maldad a propósito, consciente.
Hace más de mil años que los agricultores valencianos conocen la relación que hay entre la ley y la civilización, de ahí el Tribunal de las Aguas. El propio Guardiola debería saberlo saberlo también, puesto que fue condenado en Italia por doparse.
Si aquellos labriegos valencianos del siglo décimo supieron darse cuenta de que la ley es indispensable para que haya armonía entre las gente, también debería haberlo comprendido alguien a quien no le falta dinero para comprarse libros e informarse al menos de lo fundamental en la vida.
La democracia, para ser plena y digna de ese nombre, precisa de personas adultas, conscientes del compromiso que tienen con los demás, y que consiste en respetar en modo extremo las reglas de juego, esto es, la ley. Dentro de ella, en un país democrático, están los mecanismos para cambiarla si se cree necesario. Mientras no se cambie es de obligado cumplimiento.
Y la ley ha dictado sentencia, o sea, el tribunal encargado del caso, y puede gustar más o menos, se puede criticar, pero hay que cumplirla. Eso es democracia y civilización. Lo de Guardiola es salvajismo e iniquidad.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Junqueras ‘se sincera’

Así lo han recogido los medios que han publicado la información, pero yo he puesto las comillas, porque los presuntos golpistas, entre los que está Junqueras, no han hecho más que engañar al pueblo español, para supuestamente favorecer a esa parte de España que es Cataluña.
El resultado ya se va vislumbrando, mal para todos y especialmente para la región catalana. La última maldad que han hecho a los españoles, incluidos, lógicamente, los catalanes, ha sido el de apoyar a un impresentable, tan tramposo como ellos, a conseguir la presidencia del gobierno. No lo han hecho gratis, claro. Estos tipos, o algunos de ellos, dicen que rezan mucho, pero los rezos no les impiden seguir haciendo el mal. Los beneficiarios del cambalache con quien dijo que en otros países quien plagia dimite no son los catalanes, como pretenden hacer creer, sino única y exclusivamente los políticos presos. Además, si fuera tan buena persona como pretende hacernos creer al afirmar que reza sabría que cuando se pervierte a la justicia se perjudica a todo el mundo, cosa que a él estoy seguro de que no le importa. La ha pervertido, puesto que el presidente del gobierno, ese ocupa al que apoya lo mejor de cada casa, ha obligado a la abogacía del Estado a rebajar la petición de penas. Esa es una actitud infame del presidente del gobierno, pero van tantas ya, y en tan poco tiempo…
Parece ser que hay mucha gente que lo apoya, o sea, que es posible que a pesar de haber demostrado tanta vileza gane las elecciones, en el caso de que las convoque, y resulta extraño que no lo haga. Es una tendencia de nuestro tiempo. Quizá no nos merezcamos el bienestar del que disfrutamos y de ahí que optemos por la autodestrucción. Al igual que ocurre en Cataluña, que se ha enriquecido gracias a España y una importante porción de catalanes presiente que eso es injusto y opta por la autodestrucción.


sábado, 4 de agosto de 2018

Un antiguo independentista

No todos los independentistas están por completo mal de la cabeza, aunque algún tornillo flojo han de tener. Ser independentista, y sobre todo hoy en día, no tiene sentido. Los mismos independentistas saben eso, motivo por el que se afanan en inventar una historia totalmente incierta e increíble, para presentar a Cataluña como una colonia.
Este mismo intento pone de manifiesto su maldad y la de quienes les siguen el juego.
Algunos independentistas conservan algún grado de lucidez en sus deterioradas mentes, merced a lo cual se han dado cuenta de que el único modo de conseguir lo que pretenden es mediante un conflicto armado y aquí ya se detienen, en primer lugar por lo azaroso del resultado y en segundo, y supongo que principal, porque en el caso de victoria el coste sería muy elevado en vidas humanas y bienes materiales.
Alguno de esos antiguos independentistas, que quizá haya dejado de serlo, o tal vez no, pide que los catalanistas maduren, o se hagan mayores. No puede ser eso, lo de esta persona es abandonar una utopía para abrazar otra. El día en que los catalanistas abandonen el infantilismo el catalanismo dejará de existir.
Hay que recordar la historia, pero la de verdad, no la inventada por esos seres enfermizos, para darse cuenta de que el catalanismo, desde su origen, se basa en la exigencia de privilegios sobre los demás, en el deseo, vehemente, de obtener ventajas, en el afán de que las demás regiones se sacrifiquen para que los catalanes vivan mejor. Todo eso ha venido siendo posible por la estupidez de los gobernantes de la nación, que no han sabido ver la naturaleza del problema, ni han puesto los medios para atajarlo.
Así como la democracia es un sistema que necesita ciudadanos adultos para funcionar bien, el nacionalismo sólo es posible entre personas que están por cocer.

domingo, 8 de julio de 2018

Genocidios

Hoy en día se usa con bastante ligereza el término ‘genocidio’, con lo cual resulta que queda desprovisto de contenido y convertido en algo banal.
En los diccionarios hay suficientes palabras para nombrar cualquier cosa y si se quiere profundizar en el concepto existe la posibilidad de recurrir a una enciclopedia, también disponible en línea y a mano están igualmente los sinónimos, con lo cual la utilización de palabras que no se ajustan a lo que se quiere decir no tiene ninguna justificación.
Bajo Companys pudieron ser asesinados 9000 catalanes, pero eso no es ningún genocidio y ni siquiera se le parece. Si en lugar de esa palabra que no corresponde se dice que bajo Companys se dieron oleadas de asesinatos, o asesinatos en masa, no se le resta ni un ápice de horror a lo sucedido, sino que da mejor información sobre el caso.
Se da el caso de que en el Reino de Valencia hay una señora, al menos, que va un paso más allá: habla de genocidio lingüístico, lo cual es una estupidez y una maldad, basadas además en una mentira. No se puede cometer genocidio con una lengua, decir eso es faltar al respeto a quienes han sido víctimas de esa atrocidad. Y es una mentira gorda y podrida que en el Reino de Valencia se haya perseguido a alguna lengua, entre otras cosas porque no se puede. Y ni siquiera a sus hablantes. Los dirigentes actuales sí que están intentando hacer creer que en el Reino de Valencia jamás se ha hablado español e intentan imponer el catalán y ambos intentos están condenados al fracaso. La gente emplea la lengua que le resulta más útil y le exige menos esfuerzo.
Más de setenta millones de personas han muerto a causa del genocidio y este dato debería obligar a tener más cuidado con el uso del término.

domingo, 4 de junio de 2017

El conde ese le está haciendo un favor a España

Con su política está demostrando que lo que en Cataluña llaman ‘el prusés’ no es más que una bufonada, que no tiene sentido, ni lógica, ni razón alguna.
No es más que la simple voluntad de unos desalmados a los que no les importa el daño que pueden causar, y que están causando, principalmente en la misma Cataluña, en donde se han llevado por delante el famoso ‘seny’ y han roto familias, amistades, negocios, esperanzas…
Hoy en día, el hecho de conservar la sensatez en Cataluña resulta peligroso y molesto, porque la insistencia de los descerebrados, a los que hay que sumar a los parásitos que se han sumado a la locura, porque han visto el cielo abierto y han aprovechado para vivir del cuento sin dar golpe, resulta muy agobiante. Los hay que van con bloc y bolígrafo por la calle para apuntar a los que rotulan en español y denunciarlos. Que multen a alguien por rotular en español es demencial y estúpido, y revela además una maldad sin límites.
Pues el conde ese, con la actitud sectaria de su periódico, está demostrando que lo hacen no puede llevar a ninguna parte, salvo a producir destrozos mientras dura el intento.
Si los separatistas tuvieran alguna razón serían más serios. Pero de la única seriedad que pueden presumir es de la asnal. Cuando adoptan esa actitud solemne a continuación dicen una burrada.
Otro favor que está haciendo a España el conde ese es convertir a columnistas que fueron buenos o muy buenos y merecedores de atención, en risibles caricaturas de sí mismos, en payasos sin gracia, en orfebres del más ridículo antiperiodismo, que tuvo su momento más jocoso en el célebre editorial conjunto. Vaya conjunto de botarates, capaces de ganar el título mundial de la especialidad.

viernes, 27 de marzo de 2015

La dulce vida de Eduardo Garzón

Debe de ser muy bonito vivir sabiendo quien tiene la culpa de todo sintiéndose parte de quienes intentan cambiar este estado de cosas. Si además se cuenta con un enchufe como asistente local del Parlamento Europeo al servicio de Javier Couso, pues miel sobre hojuelas.
Lo que ocurre es que las cosas no son tan fáciles. Quien intenta ser buena persona nunca se olvida de la prudencia, si se trata de lanzar insidias que pueden perjudicar a otros. Ese tuit que lanzó: «Maldita sea esta sociedad capitalista donde una compañía aérea antepone el beneficio empresarial a la seguridad de los pasajeros.», aparte de que se ha demostrado totalmente injusto es ilógico. Una compañía aérea que hiciera lo que él dice estaría condenada a desaparecer.
Por otro lado, el hecho de buscar el kilo de patatas más barato es genuinamente capitalista. El hecho de buscar el kilo de patatas que más conviene es propio del capitalismo informado. Y el hecho de aceptar un enchufe por afinidad ideológica o por lazos familiares puede darse en el capitalismo, pero no es esencialmente capitalista.
Al final se ha sabido que el accidente del avión se debió a la maldad humana, y lanzar acusaciones sin fundamento también es propio de la maldad humana, y aquí lo que ocurre es que la pescadilla se muerde la cola. El mal tiene grados, de acuerdo. Pero quien quiere acabar con el mal no debe usar el mal. Otra cosa es que quiera vivir del cuento sirviéndose del recurso fácil y del cultivo de las amistades adecuadas.
Los hay que se lo saben montar muy bien y en España abundan esos y están en todos los sectores sociales. Todos se las dan de dignos, pulcros o beatos, pero al final a todos, de derechas o de izquierdas, les hace tilín lo mismo. No es necesario decir qué es.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Secuelas de la custodia compartida

No es la primera vez que me refiero a esta cuestión. Sé que abundan los que piensan más en sus derechos que en los de sus hijos, y tampoco tienen en cuenta sus necesidades. Las de sus hijos.
Los niños necesitan creer que su padre y su madre son las mejores personas del mundo y que ambos los quieren mucho. Pero ocurre que muchas personas piensan que tienen derecho a la venganza y que ésta consiste en que sus hijos “se den cuenta” de cómo es la ex pareja. Tratan de destruir su imagen en la mente del niño, y a quien realmente hacen daño con este proceder es al propio niño. Si fuera mi caso, aunque destruyeran mi imagen, pensaría que importa más el niño. Soportaría eso. Cuando no hay más remedio, el estoicismo es una buena opción.
También estoy a favor de los minusválidos. Creo que es la palabra adecuada mientras la mentalidad de la gente no cambie. Un pequeño defecto físico es capaz de arruinar la vida de una persona, no por el defecto, sino por la maldad circundante. Me solidarizo con todos los minusválidos. Con los que luchan contra la adversidad y con los que se hunden en la desmoralización.
Hay trabajos que puede hacer una persona y no se los dan por cuestiones que tienen que ver con su físico. Eso no está bien. Pero un sordo no puede ser espía y un ciego no puede ser conductor de autobús.
Sin embargo, lo políticamente correcto es la custodia compartida y la leyes, que en determinados ámbitos no pasan de ser declaraciones de buenas intenciones, en algunos casos son inexorables.
Y por este camino hemos llegado al punto en el que, con base en un informe psicosocial, le pueden dar la custodia compartida a un ciego reciente. Por lo que sé de él, atesora grandes cualidades. Es capaz de conseguir cosas grandes y merece que se le apoye y se le aplauda. Enterarme de algunas de sus cosas me ha llegado a emocionar.
Pero también comprendo la angustia de su ex esposa, Sonia Becerril. El niño, que tiene tres años, ya tuvo que ser llevado urgentemente a un hospital, no por culpa del padre, por haberse tragado un pequeño objeto. Podría haberse asfixiado. ¿Cómo podría reaccionar ante una situación así un ciego? ¿Y si ocurre cualquier percance por la noche cuando estén solos el niño y el padre? ¿Cómo lo recoge del colegio y lo lleva a casa? Cualquier persona puede entender la angustia de Sonia. El propio niño, por mucha confianza que tenga en su padre, puede llegar a sentirse indefenso.