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viernes, 23 de mayo de 2014

Me llaman blavero

Si uno no asume incondicionalmente la doctrina que se le propone (y la utilización del verbo proponer es un gesto de buena voluntad), se le cuelga un sambenito con el fin de que quede proscrito. Este modo de proceder no es nuevo, ya viene de tiempo atrás. No hay más que repasar la historia y ni siquiera es necesario fijarse, porque se trata de un asunto del que hay abundancia de casos.
El apelativo de blavero con que le etiquetan a uno en el caso de que cuelgue un enlace de la web de Teresa Puerto no es el único. Le pueden llamar botifler. Cualquier cosa menos centrarse en el meollo del asunto. En esta web se denuncia, con pruebas documentales, una serie de descalificaciones y mentiras históricas de ciertos nacionalistas. ¿Qué sería de los nacionalistas si se les quitara la posibilidad de odiar, de mentir o de tergiversar? Con los nacionalistas sólo hay una opción: decirles sí a todo. Uno puede ir a una tienda, comprarse un traje de borrego y ponérselo. Una vez hecho esto sólo falta una cosa: aprender a balar. Cuando a uno le salen bien los balidos ya puede pedir el ingreso en la secta.
Hablan sin parar de democracia, pero se asientan en una serie de dogmas intocables. Como a alguien se le ocurra discutirles un dogma puede dar por seguro que tiene un sambenito. Blavero. Botifler. Fascista. Facha. Y es posible que lo pongan en una diana y que escriban ¡Fora! A estas alturas ya no sé lo que significa fora, o ¡Fora! Ni tampoco lo voy a preguntar. A lo peor ese ¡Fora! tiene que ver con los pastisos catalans, o como se escriba.
Los buenos son los maulets. Hay un modo de entender la democracia que consiste en poner a un lado a los maulets y en el otro a los botiflers.
Yo creo que si les hacemos caso acabaremos todos en el manicomio.

miércoles, 30 de abril de 2014

José Antich y Rosa Díez

Se conoce que José Antich, antiguo director de La Vanguardia, no tolera la discrepancia. Les ocurre a los catalanistas. Hay que diferenciar a los catalanistas de los catalanes. Muchos de los primeros ni siquiera han nacido en Cataluña, ni tampoco residen allí.
Ser catalán es tan natural como ser gallego o andaluz. Para ser catalanista hay que haber sido picado por el virus nacionalista. El genial catalán, Albert Boadella, lo explica así: «Hay dos generaciones en Cataluña educadas en el odio a todo lo español.» Entonces, puesto que Rosa Díez afirmó que en Cataluña no hay libertad, y la prueba más evidente de ello fue el editorial conjunto de doce medios catalanes, uno de ellos La Vanguardia, Antich se cabreó y dijo: «¿Quién coño se ha pensado que es esta mujer?». Y sacó a relucir su etapa de consejera en el gobierno vasco. O sea, que según este señor, Rosa Díez ya no tiene derecho a estar en la política, ni a decir nada, por muy cierto que sea lo que dice.
Lo que le interesa a José Antich es la verdad oficial que emana del gobierno catalán y a toda persona que la contradiga se la hace callar por cualquier método, por estúpido que sea.
Es que cuando Rosa Díez tenía un cargo en el gobierno vasco por allí andaba la Eta matando, dice. Como ahora manda Bildu, Eta ya no mata, sería la conclusión que cabría extraer de sus palabras. Pero no es exactamente así. Rosa Díez mantiene su compromiso en contra de Eta, con la ley en la mano y sin subterfugios, ni chorradas. Los catalanistas suelen pedir el diálogo con Eta, pero en lo que respecta a sus dogmas, en cambio, no conceden más posibilidad que la sumisión total. Cuando en una sociedad se habla de maulets y botiflers hay que dar por hecho que la libertad no existe en ella.

sábado, 5 de mayo de 2007

¿Maulets? No, gracias

La Facultad de Filología de Valencia, que se tiene por total y absolutamente democrática, permitió que dos representantes del movimiento abertzale, que no se identificaron, compartieran acto con el grupo independentista Maulets, en la sala Enric Valor. Es decir, el hecho de que haya permitido dicho acto puede ser prueba del carácter democrático de dicha Facultad, si se mira de modo adecuado. Mirado de otro modo, puede producir extrañeza que habiendo tantas cosas de interés en el mundo se preste atención a esta clase de gente. Como muestra de la altura a la que rayó el acto baste decir que cuando se les preguntó por la violencia, contestaron que “dependiendo de quien hable el violento es uno u otro” y que “los estados español y francés no se han caracterizado precisamente por su vías pacíficas”, para añadir que “ante la violencia del estado español, es evidente que la legítima defensa de la juventud vasca o de la juventud catalana es para Maulets legítima”. No dejan de tener su lógica estos personajes, puesto que si no fuera así, la democrática Facultad les hubiera negado el derecho a existir, como hace con quienes osamos defender el idioma valenciano. No dejan de tener su lógica cuando se refieren a la violencia, porque si preguntan al militante del PNV que dio la patada a Antonio Aguirre, dirá que fueron los testículos de éste los que impactaron contra su bota. Como todo depende de quien sea el que hable, Iñaki Anasagasti, maestro en el enredo y no sólo capilar hace suyas unas palabras de Marius Serra, en las que dice que los integrantes del Foro Ermua no son inteligentes. ¿Cómo va a ser inteligente quien hace chocar sus huevos con una bota? Por esa vía transitan los Maulets. Dicen que la juventud vasca y la juventud catalana tienen derecho a defenderse de tanta violencia y de tanta agresión del Estado Español, que explota, encarcela y tortura a la juventud vasca. Parte de mis impuestos es destinada a esa Facultad.