El
gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie pretende ser el candidato
republicano en las próximas elecciones presidenciales en Estados
Unidos. Pero parece ser que su principal problema para conseguirlo
consiste en su obesidad.
No
puede ir a ningún programa de televisión sin que salga a relucir
esta circunstancia. La dictadura de lo políticamente correcto nos
lleva al reino de la estupidez absoluta. Hasta hay quien ha dicho que
sería peligroso que llegara a la presidencia, porque podría morirse
de repente. Se conoce que Obama, ni ningún otro de los anteriores
presidentes, han corrido ese riesgo.
El
tal Chris Christie, con tal de llegar a la presidencia, sigue el
juego y contesta a las preguntas que se le hacen e incluso se saca
comida del bolsillo y se pone a comer en directo, como estrategia
para sobreponerse a este inconveniente de salida.
Y
puesto que los árboles no dejan ver el bosque, cabe la posibilidad
de que, puesto el foco en su gordura, otras posibles carencias suyas
pasen desapercibidas.
Lo
políticamente correcto se impone en el mundo, no sólo en Estados
Unidos, y si en España se celebraran elecciones presidenciales,
ojalá ocurra pronto, los candidatos tendrían que someterse al mismo
juego.
Creo
que el sistema político de Estados Unidos es mejor que el español,
por eso digo que ojalá ocurra pronto, pero el hecho de que sea mejor
sistema no evita que la gente se fije en lo accesorio y olvide lo
fundamental.
La
dictadura de lo políticamente correcto acabará por impedir muchas
de las que deberían ser opciones personales. Porque Chris Christie
puede ser candidato o no, pero podría ocurrir, en un futuro cada vez
menos lejano, que los demandantes de empleo puedan ser rechazados por
las pintorescas razones, que no tengan nada que ver con la idoneidad
para el puesto que piden.
'Televisores cuadrados, ideas redondas'
'Me salvo una lágrima'
'Con la cal en los dedos'
'El Camino y otros pasos'
'Los penúltimos días'
'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
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