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lunes, 11 de noviembre de 2019

Sánchez, ante la suerte suprema

Después de haber toreado muy mal, consiguiendo cabrear a buena parte del respetable, ha conseguido cuadrar el toro y ahora, con una estocada limpia y certera, podría salvar el honor.
Ejecutar esa suerte de tal manera consiste en dimitir, para dejar paso a otros. Incluso Riverita lo ha hecho y eso debería ser suficiente para no querer ser menos, pero supongo que si lo hiciera Begoña lo miraría mal. Pero en el caso de que lograra superar este trago y hacer lo que debe, sería deseable que despidiera antes a Tezanos. Los españoles no tienen por qué pagarle el sueldo a un inútil.
Pudo lograr la investidura anteriormente, ofreciéndole un pacto a Ciudadanos, opción que ahora es imposible, pero en su soberbia pensó que podía seguir engañando a los ciudadanos. Sus asesores también se han lucido. No solo Tezanos ha metido la pata.
El abanico de posibilidades que tiene ante sí se reduce a tres:
a) Una nueva repetición electoral, tras la cual no tendría más remedio que irse a casa, quisiera Begoña o no.
b) Aliarse con quienes quieren destruir al PSOE y a España, tras lo cual la alegría de Begoña duraría poco, porque también tendría que irse, más pronto que tarde, a casa.
c) Ofrecerle un pacto al PP, pero tendría que ser de tal naturaleza que no quedara desarmado ante Vox.
El pacto PSOE/PP sería más fácil sin Sánchez, lógicamente. Pero cualquier otra solución distinta a esta sería nefasta para el PSOE y, seguramente, también para España.
Conviene tener en cuenta que los votos de Vox proceden de antiguos votantes del PP que se habían pasado a Ciudadanos y ahora se desplazan a este partido, pero también de cabreados del PSOE e incluso de Podemos. El cabreo puede subir de tono y hacer que más socialistas decidan votar al partido Abascal. Los dirigentes socialistas deberían tener en cuenta esto.

viernes, 4 de octubre de 2019

Regalarán jamón a Sánchez

Y todo porque en Zafra Pedro Sánchez dijo que el presidente chino, en su visita a Madrid, había comido jamón serrano extremeño.
A saber lo que comió Xi Jinping. Conociendo la naturaleza de las relaciones de Sánchez con la verdad, o sea, distantes y desconfiadas, hay que pensar que, como siempre, dijo lo primero que se le pasó por la cabeza, con la ‘encomiable’ intención de quedar bien con los asistentes al acto. Además, ¿cómo iba a saber él lo que comió el presidente de China si se pasa el tiempo mirándose al espejo o absorto en su propia ‘grandeza’?
Anasagasti se pasa la vida peinándose, y se entiende, porque con esa pelambrera no puede hacer otra cosa, pero es difícil imaginarse a Sánchez peinándose. A ese lo han de peinar, afeitar, acicalar, y todo el tiempo poniéndole espejos por aquí y por allá, para que vea cómo queda.
Asaja le quiere mandar jamón, para que aprenda a distinguirlo, pero no debería hacerlo, porque no es probable que lo pruebe siquiera. Y si le diera por hacerlo, no entendería los motivos por los que se le ha enviado. Pensaría, con toda probabilidad, que lo habían hecho debido a la admiración que sienten por él. Pero quienes piensen que ese jamón se lo regalará a la servidumbre, seguramente, aciertan.
Lo que no puede imaginarse él es que alguien le llame la atención por alguna cosa. Quienes lo hacen son fachas y él es la izquierda. Él es la izquierda. Y sus admiradores también son la izquierda. Entre ellos está su esposa, claro. No es un calzonazos, como insinúan las malas lenguas. Es que quiere rendirla, a su mujer; ponerla a sus pies, con esa magnificencia suya, que buenos dineros les cuesta a los contribuyentes españoles. Begoña, está contenta, muy contenta. Y pasa por alto todos los desaires que le hace su amor. 


sábado, 28 de septiembre de 2019

La intención de Torra

Con respecto a lo sucedido con los CDR, y no solo en lo que respecta a la detención de unos cuantos de sus componentes, si no también de sus actividades y sus planes, podría pensarse que lo que desea Torra es que se aplique cuanto antes el 155, ante el temor de que los delitos que se le puedan imputar sean cada vez más graves.
Pero eso sería en el caso de que Torra fuera normal. Pero a la vista de que tiene sus capacidades mentales claramente disminuidas a causa, quizá, de una locura transitoria permanente, como dirían Les Luthiers, resulta complicado saber qué es lo que se cuece en su fuero interno. Vicente Garrido Genovés podría adentrarse en sus vericuetos cerebrales con más conocimiento de causa.
De cualquier forma, aunque su intención fuera la que muchos piensan, choca con piedra, quiero decir con Pedro. Por nada del mundo dará motivo a los socialistas catalanes, que son más nacionalistas que socialistas, es decir, se creen socialistas pero no lo son, para que dejen de votarlo. Lo suyo es engañar, engañar a todos, sobre todo a quienes desean ser engañados, para el final llevarse el gato al agua. Algunos lo tildan de calzonazos, pero yo no creo que lo sea. Nunca cede el paso a su mujer, sino que se la deja atrás, como si no existiera. Solo piensa en sí mismo. Otro que tal, pues. Yo soy el presidente, yo soy el presidente, yo soy el presidente. Lo que ocurre, seguramente, es que es un presumido de marca mayor y Begoña le aplaude cuando se da cuenta de que necesita los aplausos. Y ahí están los dos, uno cometiendo fechorías y la otra aplaudiéndoselas. Dios los cría y ellos se juntan.
Todo el mundo sabe que en tiempos no tan lejanos, Torra estaría recluido en un psiquiátrico y a ratos con la camisa de fuerza. No cabe duda de que muchos añoran esos tiempos. 

lunes, 19 de agosto de 2019

No es que Sánchez desprecie a los andaluces

Dice Moreno que Sánchez desprecia a Andalucía por no haberle consultado antes de ofrecer el puerto de Algeciras.
Pero no es eso. Sánchez no desprecia a los andaluces, es que le importan un bledo, al igual que los madrileños, catalanes, murcianos o cualesquiera otros. Todo lo que no sea su propia persona le importa un bledo, ya lo demostró al comportarse de manera obsequiosa y servil con Merkel, sin duda porque le interesaba, e instantes después olvidarse por completo de Begoña, la cual no ha dado muestras de tenérselo en cuenta, por lo que hay que deducir que también atiende a su conveniencia.
Sánchez, al ofrecer el puerto de Algeciras sin consultárselo antes al presidente de Andalucía, se echó piedras a su propio tejado, porque transgredió las reglas del sistema merced al cual está encumbrado, cosa que le encanta, por cierto. Debería ser el primer interesado en el cultivo del protocolo. Lo que ocurre es que como solo se ve a sí mismo y todo lo que cae fuera de su persona escapa a su ángulo de visión, no se entera.
Ya ha hecho lo mismo con los Reyes varias veces, en alguna ocasión con la complicidad ciega de Begoña, que, lejos de averiguar cuáles son sus obligaciones, se dedica a disfrutar de lo que tiene. ¿Obligaciones?, ¡bah! Cobrar y disfrutar, que la vida son cuatro días y a lo mejor mañana llueve.
Por otro lado, si Sánchez se hubiera tomado en serio lo de ofrecer un puerto español no habría pensado en el de Algeciras, porque igual que dijo este pudo haber dicho el de Cuenca, en donde, obviamente, no hay. Hay otros puertos españoles más cercanos que el de Algeciras, aparte de que lo del Open Arms huele mal, y para entender eso no hay más que fijarse en quienes lo apoyan. 

jueves, 8 de agosto de 2019

El plantón de Sánchez al Rey

En una entrevista que le hicieron, Santiago Grisolía dijo que le irritaba sobremanera que alguien llegara cinco minutos tarde a una cita con él. Es mi vida, añadió y nadie tiene derecho a disponer de cinco minutos de ella.
Por supuesto que estoy absolutamente de acuerdo con Grisolía, porque en caso contrario no lo habría contado. Quien llega tarde a una cita, obliga a la persona con la que había quedado a recomponer toda su agenda, o a acortar el tiempo previsto para la entrevista. En cierta ocasión, vi que caminando me resultaría imposible llegar a tiempo, y cogí un autobús para que no me tuvieran que esperar cinco o seis minutos. Preferí llegar con antelación y ser yo quien esperara. Pero ocurrió que el conductor del autobús sufrió un mareo y tuvo parar y esperar a que se le pasara. Bajé corriendo y pillé un taxi. En un acto que no se podía empezar sin su presencia, el obispo o arzobispo llegó tres cuartos de hora tarde. Eso es pecado mortal, pero no estoy seguro de que se confesara.
Pedro Sánchez es un egoísta de primera magnitud. Ya lo demostró aquella vez en la que estuvo servil con Merkel y grosero con su propia esposa. Begoña ni se inmutó. Se conoce que lo tiene asumido de siempre y que no le parece mal. Ahora es incapaz de comprender la importancia del Rey en el Sistema Político Español y lo que representa. En algún momento, y con la misma desvergüenza con que se procuró un doctorado cum fraude, usurpó las funciones del Rey, o se saltó el protocolo. El presidente en funciones, antes ocupa, del gobierno de España, es un patán. Muestra indicios de que podría ser psicópata.
Es el presidente en funciones, pero ignora, o hace como que ignora, la función del Rey, y cree que puede engañar a todo el mundo cuando a estas alturas ya todo el mundo lo debería conocer. 

jueves, 21 de febrero de 2019

Autorretrato de Pedro Sánchez

El actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, un doctor, con inestimable ayuda de Irene Lozano, a la que ya llaman la Negra, ha dibujado su autorretrato.
En lo más importante, o sea, el contorno y la materia de su tez, salta a la vista el énfasis que pone en su sintonía con el Rey, al que le atribuye una gran simpatía hacia su persona e incluso predilección por su persona. Debería haber omitido esto, si fuera cierto, ya que es obvio que lo deja solo ante los insultos y los desplantes de sus aliados. Es difícil de creer que Felipe VI pueda sentir tanta afinidad como le atribuye el desvergonzado presidente actual del gobierno por alguien que con tal de conseguir el poder no ha dudado en aliarse con secesionistas, bildutarras y podemitas, todos los cuales lo atacan de forma inmoral, puesto que no de otra forma se pueden catalogar los argumentos que emplean.
Lo segundo que llama la atención es uno de sus intentos de ofender a Rajoy y de paso dárselas de intelectual (menudo intelectual: ‘decíamos ayer...’). El caso se da cuando afirma que cambió la prensa deportiva por al de información internacional.
Enternecedor resulta cuando se reconoce como guaperas y decide ir a programas de la telebasura, porque todos los votos valen igual. A pesar de su simpleza, se da cuenta de que es más fácil conseguir el voto de las personas incultas. Lo que calla es que tampoco hace ascos a los de los bildutarras.
La que se podría considerar como traca final está al principio. Es cuando dice que su primera medida como presidente consistió en cambiar el colchón, o sea, en ordenar que lo cambien, porque según el refranero, ‘dos que duermen en el mismo colchón acaban siendo de la misma opinión’. No había ningún peligro de que le contagiara la opinión de Rajoy, porque parece imposible que en el cerebro de Sánchez se instale ninguna opinión. Además, quien debe de dormir en el mismo colchón es Begoña.