El titular del ministerio de Fomento esperó en su día a que Obama hubiera sido nombrado candidato por el partido demócrata para desvelar que era su preferido; y esperó hasta ese momento, según dijo él mismo en su blog, para no interferir en el electorado estadounidense. Es un tipo que cuida los detalles. Ahora ha esperado a que llegue el fin de año para retirar la licencia y aunque esta vez no ha explicado los motivos, quizá porque lo que buscaba era que la noticia de la quiebra tuviera la máxima repercusión en los medios.
Al margen de que al gobierno le haya podido interesar que el presidente de la CEOE quede en entredicho, la actitud de Diaz Ferrán tampoco parece muy correcta. Suponiendo, y no sé si será mucho suponer, que Diaz Ferrán ha tomado las decisiones que más convenían a su empresa, y no ha arriesgado más de lo debido, ha tenido en cuenta en todo momento a los trabajadores de la empresa y a los usuarios, debería haber dimitido como presidente de la CEOE en cuanto se dio cuenta de que Air Comet no tenía salvación.
Los demás empresarios también deberían estar al tanto de la situación desde hace tiempo; por tanto, también ellos deberían haberle exigido la dimisión. Sin embargo, lo que ha ocurrido es todo lo contrario: cuando él ha presentado la dimisión, no se la han admitido, lo que no parece una decisión ejemplar. No debería estar al frente de la CEOE alguien cuya conducta empresarial genera dudas. Acaso, lo que ocurre es que nadie quiere ocupar su lugar. No es lo mismo ser presidente de un club de fútbol que de la CEOE. De modo que este el panorama que tenemos ante nosotros: un gobierno que genera dudas, un presidente de la CEOE que genera dudas y unos sindicatos que bajo ningún concepto protestarán contra el gobierno.
Al margen de que al gobierno le haya podido interesar que el presidente de la CEOE quede en entredicho, la actitud de Diaz Ferrán tampoco parece muy correcta. Suponiendo, y no sé si será mucho suponer, que Diaz Ferrán ha tomado las decisiones que más convenían a su empresa, y no ha arriesgado más de lo debido, ha tenido en cuenta en todo momento a los trabajadores de la empresa y a los usuarios, debería haber dimitido como presidente de la CEOE en cuanto se dio cuenta de que Air Comet no tenía salvación.
Los demás empresarios también deberían estar al tanto de la situación desde hace tiempo; por tanto, también ellos deberían haberle exigido la dimisión. Sin embargo, lo que ha ocurrido es todo lo contrario: cuando él ha presentado la dimisión, no se la han admitido, lo que no parece una decisión ejemplar. No debería estar al frente de la CEOE alguien cuya conducta empresarial genera dudas. Acaso, lo que ocurre es que nadie quiere ocupar su lugar. No es lo mismo ser presidente de un club de fútbol que de la CEOE. De modo que este el panorama que tenemos ante nosotros: un gobierno que genera dudas, un presidente de la CEOE que genera dudas y unos sindicatos que bajo ningún concepto protestarán contra el gobierno.