El
escándalo de la tarjetas de Bankia y, junto con ese, todos los que
van surgiendo en torno a la clase política, y están inmersos en
ellos la mayoría de los partidos políticos, benefician a Podemos.
La
vida es así de injusta y ya se sabe que gran parte del electorado
vota por capricho. Así
ocurrió cuando Alonso Puerta ingenuamente quiso denunciar, ante los
órganos de su partido, la corrupción que había detectado y lo
expulsaron. Ingresó en el PASOC, con el que se presentó a las
elecciones, y el público, en lugar de premiar su honradez, le volvió
la espalda y volvió a votar a los corruptos. Quizá fue en ese
momento cuando se institucionalizó la corrupción en España. Ya no
ha habido más valientes que denuncien la corrupción de su partido.
Todos tomaron buena nota de lo que le podía ocurrir al que lo
hiciera y, por su parte, los partidos políticos han sofisticado sus
mecanismos de control interno y cada vez es más difícil reunir
pruebas. Algunos despechados hacen denuncias anónimas, pero luego
los prcoceesos son largos y azarosos. Los jueces han de armarse de
valor.El
caso es que todos estos escándalos benefician a Podemos, pero el
mérito es de UPyD. Es
un partido modesto, con pocos medios y mucha menos información de la
que podían tener otros partidos y sindicatos, que la tienen toda. El
abogado de UPyD hizo un esfuerzo considerable, porque el caso es muy
complejo y
el estudio de la documentación requiere mucho tiempo, y puso la
querella en beneficio de todos los españoles. Cada
uno de los imputados lleva tres o cuatro abogados, cuando los llaman
a declarar, y él es uno contra todos.
Y
gracias
a UPyD que hace el esfuerzo van
saliendo a relucir todos los abusos y fraudes que se han venido
haciendo. Es
lógico que todos los partidos y sindicatos, que tanto tienen que
callar, critiquen a UPyD.
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