El primero, obra de Patricia, se titula "Papá con barba". Podéis observar que papá tiene dos ojos, una nariz (redondita preciosa), unos cachetitos sonrosados (más bien grisaceos) y pelitos en la cara (la barba). No tiene pérdida, el parecido es asombroso. Una muestra de virtuosismo realista sin par.
El segundo, realizado por Julia, fue titulado por la artista "Papá cuando era monstruo", en esta magistral obra, papá está provisto de tres ojos, pelos de punta y una boca en espiral, digna de cualquier engendro, que se precie de serlo. No sé si las tres rayas debajo de los ojos, serán ojeras, en ese caso, habría que pensar que la creadora pintó el cuadro tras observar a su padre algún viernes al salir del trabajo, y más que monstruo sería "papá cuando estaba reventado". Pobre hombre.
Qué puede decir una madre semejantes obras de figuración. Solo una cosa, ¡quiero mi retrato ya!