Creo que hace ya un año que publiqué la primera entrada sobre el Almosassa. Es una fiesta que se monta desde algún tiempo en Badajoz, para celebrar la fundación árabe de nuestra ciudad. Cada año la montan mejor, y aunque este 2009 la lluvia aguó el teatro (protagonizado por Fernando Guillén), la organización ha sido buena, y lo pasamos muy bien. Subimos a la parte antigua de la ciudad en dos ocasiones: el viernes por la tarde y el sábado por la mañana. Julia y Patricia lo pasaron muy bien.
El viernes por la noche les compramos unas alas de mariposa que llevaron hasta volver a casa. El sábado nos pidieron unas trompetillas (muy sonoras) y una bolsa de pajitas de patata, y cada una se dedicó a lo que más le apetecía. Como puede apreciarse en la fotografía (la cara de las niñas es un poema)
El viernes por la noche les compramos unas alas de mariposa que llevaron hasta volver a casa. El sábado nos pidieron unas trompetillas (muy sonoras) y una bolsa de pajitas de patata, y cada una se dedicó a lo que más le apetecía. Como puede apreciarse en la fotografía (la cara de las niñas es un poema)
Subimos a la Torre de Espantaperros, que es muy parecida a la Torre del Oro de Sevilla y normalmente está cerrada. Desde allí se divisa casi toda la ciudad. Por supuesto, estuvimos a punto de perder los nervios viendo a las niñas corriendo por las murallas del Alcazaba, pero eso ya os lo imaginabais
Todavía queda mucho por reformar, pero lo cierto es que va mejorando poco a poco, y que los pacenses no dejamos de acudir allí, a apoyar cada evento que surge. Puede ser que algún día ganemos la batalla a la dejación que la parte antigua de nuestra ciudad ha sufrido. De momento aprovecho la situación para unirme a todos los pacenses que piden una reforma integral del Alcazaba ya.
Sí, es verdad, la que lleva las alas verdes no es Julia, es una servidora. El viernes las dos se pusieron sus alas para deleite del público asistente al evento, que se sonreían cada vez que ellas decían que eran hadas o mariposas voladoras, y pedían ayuda para echar a volar. Pero el sábado, Julia dijo (después de hacer que las lleváramos) que no se ponía las alas, así que me las coloqué y paseé por todo el centro con mis alitas verdes. ¿A qué estoy monísma?