Pensaba hacer una entrada seria que tratase el estado lamentable en que se encuentran los parques infantiles de Badajoz. Pero ayer me reí de lo lindo y quería compartir la anécdota. Íbamos las tres de paseo (ellas montadas en el carro, y yo empujando como el burro de carga que soy), y paramos en un semáforo que estaba en rojo. Entonces una de ellas, creo que fue Julia, dijo "¡coche, no!", como si fuera la fase roja para ellos. Maternal y pesada (como siempre), me acerqué a explicarle otra vez las fases de los semáforos y a quien afecta cada una. Concluyendo con un "... cuando el muñeco está en rojo, no pasamos, lo hacemos cuando esta...", y ellas gritaban al unísono "¡Verde!".
Todavía estaba el semáforo con la fase roja para los peatones, cuando dos chicas que estaban a nuestro lado, arregladísimas de la muerte, con veintipocos años (o tal vez diecimuchos), se pusieron a cruzar, momento que aprovechó Julia para gritar muy, muy alto: "¡Señora, no cruces! ¡Señora, no cruces". ¡Ja,ja,ja!. La cara de las chicas fue un poema, yo creo que era la primera vez que les decían "Señoras".
Para mi que Julia ha traumatizado a las muchachas. Seguro que por la noche se aplicaron por primera vez una crema antienvejecimiento, y un contorno de ojos. Daban ganas de decirles : "Creíais que nunca os iban a decir señoras ¿eh?. Pues nada a todos los cochinos nos llega nuestro San Martín , ¡Ja!".
Puse cara de "aquí no pasa nada", aunque me estaba partiendo de la risa, y seguimos con el paseo.
Supongo que nos tocará vivir muchas anécdotas por el estilo, y es que, no hay nada como un niño pequeño para dejarte la moral a ras de suelo.
Todavía estaba el semáforo con la fase roja para los peatones, cuando dos chicas que estaban a nuestro lado, arregladísimas de la muerte, con veintipocos años (o tal vez diecimuchos), se pusieron a cruzar, momento que aprovechó Julia para gritar muy, muy alto: "¡Señora, no cruces! ¡Señora, no cruces". ¡Ja,ja,ja!. La cara de las chicas fue un poema, yo creo que era la primera vez que les decían "Señoras".
Para mi que Julia ha traumatizado a las muchachas. Seguro que por la noche se aplicaron por primera vez una crema antienvejecimiento, y un contorno de ojos. Daban ganas de decirles : "Creíais que nunca os iban a decir señoras ¿eh?. Pues nada a todos los cochinos nos llega nuestro San Martín , ¡Ja!".
Puse cara de "aquí no pasa nada", aunque me estaba partiendo de la risa, y seguimos con el paseo.
Supongo que nos tocará vivir muchas anécdotas por el estilo, y es que, no hay nada como un niño pequeño para dejarte la moral a ras de suelo.