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martes, 2 de febrero de 2016

“Asesinato entre amigos”, una antología de relatos de suspenso


Con este post termino una tríada de entradas relacionadas con el crimen y lo policial. Comenzó con un relato de mi autoría (“El último beso”), que era en esencia un pequeño misterio de cuarto cerrado. Eso me llevó a reseñar “Rope” (de 1948), una obra maestra absoluta del maestro Alfred Hitchcock.

En el año 2000, algunos de los más grandes escritores de literatura policial (Lawrence Block, Justin Scott, Mary Higgins Clark, etc) se reunieron para participar de una antología de crimen. La idea era explorar los límites de la amistad, la confianza y la lealtad.

El resultado fue este libro de once relatos que publicó Emecé.

Yo lo leí durante un viaje a Córdoba con mi familia, allá por el 2008. Era otra época. Mi corazón acababa de ser destrozado en mil pedazos y esta tirada de historias sobre asesinatos me tentaba como ninguna otra cosa para vengarme de mi ex. Pero también me resultaba sumamente entretenida.

Este verano lo volví a encontrar en la librería de mi vieja y me lo llevé.

Todos los cuentos tienen en común un punto de partida: la amistad.

Amigos que matan, amigos que lo fueron en otra vida, amigos que mueren en incidentes extrañas. Por ejemplo, “Deshaciéndose del señor basura” (de Judith Kelman) funciona como una obra de teatro y nos pone frente a varias mujeres charlando en una cabaña. Fueron estafadas por la misma persona y están planeando formas de liquidarlo.


Otros cuentos, en cambio, aprovechan los amplios límites entre lo fantástico y lo policial. Entre ellos está el de Mary Higgins Clark. En su historia “¿Nos conocemos de alguna parte?”, un asesino serial está a punto de ser llevado a pena de muerte.

Él jura que mata a aquellos que en su vida pasada le han hecho mal. Antes de irse está convencido de querer saldar  cuentas con su victima final. Mientras tanto, un escéptico policia intenta comprenderlo todo. Uno de mis favoritos de la antología.

Resulta que todos los autores del libro eran grandes amigos. Desde 1982, los primeros martes de cada mes Mary Higgins Clark reunía a estos maestros del suspenso en el mismo restaurante de Nueva York. Allí hablaban de literatura, de sus propios trabajos y terminaron haciéndose inseparables.

Asesinato entre amigos” es una selección muy interesante sobre los sécretos del género. Lamentablemente, la traducción me resultó odiable. Me molesta profundamente cuando el traductor intenta “españolizar” diálogos que sólo funcionan bien en inglés. No creo que nadie utilice frases como “¡Diablos, Jimmy, te dije que hagas el maldito trabajo, demonios!”. Tampoco me parece correcto traducir cosas como “Ahora estamos hablando” en lugar de “Now we are talking”.

Más allá de este desliz, contiene varios relatos destacables. Mi favorito es “Larguemonos de aquí”, del genial Lawrence Block. En él, un detective retirado es convocado a una escena del crimen. Jugando al poker cinco amigos, uno de ellos resultó muerto en circunstancias muy particulares. El protagonista es obligado a recrear el escenario para que ninguno parezca culpable. En mi opinión es el mejor cuento de la coleccion.


También es genial el último: “Ilumina nuestro camino” (de Whitley Strieber). Es una brutal historia donde un adolescente (Mike) convence a otro (Jake) de dispararle a tres compañeras de escuela. Mike es abusado en la casa y extorsiona a Jake con un video homosexual entre ambos. Este es mortal.

Por último disfruté mucho “Colaboración” (de Warren Murphy). Al volver a leer la antología, casi diez años después, este fue el único que verdaderamente recordaba. Dos escritores de TV se encierran en un cuarto para representar el próximo capitulo de su serie policial. La actuacion y la realidad comienzan a entremezclarse cuando florece la sospecha de que uno de los dos podría ser dueño de un asesinato.

Siempre me divierte tener una serie de cuentos en mi mochila para aquellas situaciones donde el banco, el médico, un viaje de larga distancia o una emergencia sanitaria te obligan a hacer tiempo. En casos como esos, una antología de este tipo puede llegar a salvar las papas.

Me encanta esa fascinación que tienen los escritores ingleses y norteamericanos por reunirse periodicamente en bares y restaurants a hablar de literatura.  “Los asesinos del club de los jueves”, que organizaba Agatha Christie. “El club de los suicidas” de Robert Louis Stevenson. “El club de los negocios raros”, de Chesterton. Los ha habido siempre, y el resultado era siempre un libro con lo mejor del género.

Cada historia de “Asesinato entre amigos” incorpora un nuevo (y muchas veces perturbador) giro al tema del libro.

Por supuesto, nos deja reflexionando: ¿qué tan fuerte es realmente el lazo que nos une con nuestros propios amigos?

Humor, elegancia, ingenio y habilidad componen este menú de relatos, recomendable para aquellos fanáticos del género policial.

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miércoles, 10 de octubre de 2012

“Gritos en el silencio” (cuento, 1948)

Autor: Fredric Brown (USA)
Género: policial / misterio
Leído: “Los mejores cuentos de suspenso 2” (compilación de Lawrence Block).

“Era ese viejo argumento tantas veces repetido. Si un árbol cae en el interior de un bosque, allí donde no existe ningún oído que pueda oírlo, ¿es esa caída silenciosa? ¿Existe sonido allí donde no hay un oído para escucharlo?” 

Así comienza uno de los cuentos policiales más interesantes que he leído. 

Es parte de la antología compilada por el maestro del suspenso Lawrence Block “Los mejores cuentos de suspenso 2”. Recomiendo ampliamente ambas antologías (la primera y la segunda), pero ese review será motivo de otro post.

Hoy quiero hablar de este cuento y la filosofía que tiene por detrás.

Cuenta la historia que un hombre llega a la estación de tren y se sienta en un banco. A su lado hay un hombre más o menos obeso de un lado y un hombre alto y barbudo de unos cuarenta y tantos pero que parece mayor debido a su notable desarreglo. Los tres se mantienen de forma tranquila y en silencio un tiempo hasta que el hombre obeso mira al protagonista y le hace la tan afamada pregunta: “Si un árbol cae en el medio del bosque y no hay nadie ahí para escucharlo, ¿hace ruido?” Entonces comienza a contarle la historia del tercer hombre de aquel banco a quien llamaremos “Martin”. 

Resulta que Martin estaba casado con Felicia (todos los nombres ficticios) y ambos vivían en el campo, a unos 5 km de la ciudad. Las malas lenguas comentaban que a Felicia se la había visto varias veces en la ciudad con un muchacho mucho menor que Martin, sin embargo ella lo había desmentido ante su esposo y él le había creído porque la amaba.

Un día, Felicia entró al depósito (que se encontraba fuera de la casa) a buscar algo de comida. Martin, sin conocer este hecho, vio el depósito abierto y lo cerró… con candado. Una semana después los forenses encontraron el cuerpo muerto y encerrado de Felicia dentro del depósito. Era fácil notar que ella había golpeado la puerta con todo lo que puedo para tratar de abrirla pero le fue imposible salir. La autopsia mostró también que ella había gritado hasta quedar afónica. Martin fue inmediatamente culpado de homicidio, sin embargo el veredicto dictó “inocente”. Al parece Martin se había quedado sordo. ¿Cuándo? Nadie lo sabe, la pareja no era de salir demasiado. Según pudo escribir y describir Martin, de alguna manera, a la policía, desde hace varios días venía perdiendo la audición hasta que, al parecer, desapareció por completo. Desde ese momento Martin vivió solo y se lo veía vaguear por toda la ciudad. La gente lo tachó de asesino, de loco… finalmente dejó de darle importancia. Martin se volvió un ente entre la gente, un fantasma… una historia.

El hombre obeso contaba la historia al protagonista quien no podía dejar de pensar que estaba sentado al lado de un posible asesino. ¿Se había quedado realmente sordo? La mujer había gritado y golpeado, y sin embargo nadie la había escuchado… 

¿Realmente había hecho ruido si no había nadie allí para escucharla?

Llegó el tren. El protagonista se levantó del banco de manera apresurada (asustado) y saludó con la cabeza a quien le había relatado la desgarradora historia. No pudo evitar mirar a Martin a los ojos, se lo veía tan calmado, tan sereno. ¿Podía ser posible que Martin hubiera escuchado toda aquella charla? 


El reloj del campanario comenzó a tocar las siete. El hombre alto (“Martin”) levantó la muñeca para mirar la hora. El protagonista se estremeció sin saber si aquello había sido una coincidencia.

Les comparto el link del cuento para que lo chequeen: http://bit.ly/QSiKhm

La trama es mucho más detallada y compleja, realmente vale la pena. De hecho, omití varios detalles importantes para que aún así sorprenda a quien se anime a leerlo. Es un cuento policial con mucha filosofía por detrás y suspenso de la mejor calidad. ¡Muy recomendado!

En mi página pueden leer un poco sobre la filosofía detrás de esta historia y comentar al respect.


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jueves, 20 de septiembre de 2012

“El problema de la celda 13” (cuento, 1905)


Autor: Jaques Futrelle (USA)
Género: misterio / suspenso
Leído: en varias oportunidades!

El género de suspenso / thriller es decididamente mi preferido, tanto en cine como en literatura. “El problema de la celda 13” es una de mis historias cortas de misterio favoritas, escrita por Jacques Futrelle, quien desafortunadamente se hundió con el Titanic. Leí este cuento por primera vez en la genial antología de “Los mejores cuentos de suspenso” de Lawrence Block, y automáticamente compré otro libro de cuentos de Futrelle para leer más sobre su personaje: el profesor Van Dusen, mejor conocido como “La máquina pensante”.

La historia tiene un aire de thriller maravilloso, y los giros de tuerca increíbles que se generan son de los más ingeniosos que he visto hasta ahora… ¡y la historia tiene más de 100 años! Tuvo alguna que otra adaptación (una para tv en 1962, otra en 1973 y una obra de radio de 1978) pero me llama poderosamente la atención que a Hollywood no se le haya ocurrido robar con esta historia.

En el cuento, para probarle a unos colegas que un hombre puede hacer lo que se proponga (siempre y cuando aplique toda su mente y potencial a ello), la “Máquina Pensante” acepta el desafío de escapar de una celda en 7 días

Ingresa con sólo 3 pedidos especiales: que sus zapatos sean pulidos, que le brinden pasta dental y le faciliten 25 dólares en billetes de 10 dólares (2) y uno de cinco. En mi versión hollywoodense, Van Dusen sería personificado definitivamente por Sir Ian McKellan (¡Gandalph!). La historia está contada desde el punto de vista del guardián de la prisión, a quien todo se le complica cuando cosas demasiadas extrañas comienzan a suceder en su establecimiento. Los métodos que utiliza el protagonista son genuinamente ingeniosos ¡y a veces hasta obvios! #MichaelScofieldUnBebe#

Todo lo que sucede en el libro es impredecible y bien intrigante: otro prisionero jura escuchar fantasmas, se escuchan ruidos extraños por la noche, la Máquina Pensante envía (desde adentro) notas escritas y hasta trata de sobornar a los guardianes con billetes… ¡de un dólar! (que claramente no tenía). Toda la prisión esta cuidadosamente descripta y el cuento tiene un desenlace delicioso. ¡Realmente vale la pena! Lo adjunto por si hay algún interesado por esta obra maestra.

El problema de la Celda 13 (Jaques Futrelle): http://bit.ly/P33g70
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