LA NIÑA QUE
RECORRIÓ TIERRA FANTÁSTICA EN UN BARCO HECHO POR ELLA MISMA. CATHERINNE M. VALENTE.
Cómo veis,
mis gustos son muy variados y entre ellos también se encuentra la literatura juvenil fantástica. De vez en
cuando me apetece sumergirme en un mundo fantástico y volver a sentir que soy
una niña, que cualquier historia es posible. Regreso a esos momentos mágicos en
los que me acurrucaba con mi libro y la vivencia de trasladarme a otro mundo
era casi física; era una sensación maravillosa, única, intensa e irrepetible,
no existía ninguna preocupación y el libro era todo, yo era parte del libro, casi,
casi, como en La historia interminable de Ende.
Se me
ocurría también otro libro para el otoño: Para leer al anochecer, de Dickens,
un libro sobre fantasmas, muy propio para Halloween, pero corría el riesgo de
repetirme demasiado con este autor, así que pensé en La niña que recorrió Tierra
Fantástica…
“Septiembre, una niña de doce años
de Nebraska, tiene muchas ganas de vivir aventuras. Así que cuando el Viento
Verde le propone viajar a Tierra Fantástica a lomos de un leopardo, no duda en
aceptar su propuesta ni un segundo (¿no habrías hecho tú lo mismo?). Pero
Tierra Fantástica no pasa por su mejor momento, y Septiembre deberá aliarse con
un dragón amante de los libros y un extraño niño casi humano llamado Sábado
para derrotar a la pérfida Marquesa y restaurar el orden.”
Este libro me recuerda al otoño porque Septiembre, la niña protagonista, en su viaje por Tierra Fantástica, llega a una región en la que es siempre otoño. Me encanta la descripción que la autora hace de esta estación. Los tonos ocres y naranjas te envuelven y casi puedes percibir los olores de esta bonita época del año, te traslada a un paisaje de un cuento otoñal.
“… ningún rojo que hayas visto jamás
podría acercarse al sangrado carmesí de los árboles de aquel lugar. Ningún
roble que se vuelve nudoso y naranja en octubre es ni la mitad de brillante que
las ramas que se doblaban sobre la cabeza de Septiembre, dejando caer sus duras
y dulces bellotas sobre sus rayos giratorios. Pero debes intentar imaginarlo
con todas tus fuerzas. Cierra muy fuerte los ojos, tanto como puedas, y piensa
en todos tus otoños favoritos, crujientes y perfectos, atados como un montón de
cartas. Así es el impresionante y maravilloso brillo de los colores de las
hadas. Intenta oler la madera dura y pálida de la que emana un humo fuerte y
verdoso al aire de la tarde; sentir el sol tenue y dorado en tu piel, más suave,
más agradable y más dorado que la luz de tu rincón de lectura favorito al final
del día.”
Es una
sorprendente y deliciosa lectura para quienes disfrutamos con la fantasía. Está
llena de personajes maravillosos, de aventuras, de descripciones que puedes
sentir, oler, casi tocar…
“ Mentira levantó a Septiembre y la
introdujo en la primera bañera, que era muy parecida a un tonel de roble, como
esos en los que se guarda el vino cuando hay que almacenar una gran cantidad,
pues era enorme. Septiembre metió la cabeza inmediatamente bajo la espesa y
brillante agua dorada. Cuando volvió a aparecer, el olor del agua la envolvía
como una bufanda cálida: su aroma era una mezcla de chimeneas crepitantes,
canela templada y hojas de otoño que crujen bajo los pies. Olía a sidra y a una
tormenta que se anuncia. El agua dorada se le pegó en tiras y montones, y se
rió. Sabía a sirope de caramelo.
- Esta es la bañera para lavar tu
coraje – dijo Mentira con voz uniforme y tranquila como siempre que realizaba
su tarea, dejando de lado su dolor durante el baño.
- ¡No sabía que hubiera que lavar el
coraje! – respondió Septiembre sofocando una exclamación de asombro…”
¿No os
gustaría lavar así vuestro coraje y dejarlo nuevo y reluciente?
Una delicia de
libro…
Quizás esta sea mi próxima lectura, antes de que llegue el invierno, y así cambio un poco de género.
ResponderEliminarGracias Cristi.