Me preguntaba, entre juguetona y encantada, que en cual de sus manos, que mantenía a su espalda, escondía mi regalo de aniversario. Yo sabía que era algo precioso que había escogido con cuidado y, que seguro sería de mi agrado. Sin embargo sólo podía mantener la mirada en una puntita de cinta roja que se enroscaba caprichosa entre sus muslos desnudos. Quizá enseñándome el camino a sus encantos que, para mí, eran el mejor regalo.
Qué bien te sienta escribir...
ResponderEliminarBesicos
Mi cumple es pronto...me encantan estas sorpresas
ResponderEliminarEstupendamente sensual
ResponderEliminarBien desenvuelto!
ResponderEliminar);-P
Besos al aire.
Lo veo como fragmento, pero un fragmento maravilloso, también te digo.
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