La
primera vez que supe de la existencia del Body
Sushi fue viendo las aventuras de Carrie Bradshaw y sus amigas en Sexo en Nueva York. Recuerdo a Samantha
esperando desnuda sobre la mesa del comedor, únicamente cubierta por las piezas
de sushi que ella misma había preparado, esperando la llegada del rubiales de
su novio. Nunca me pregunté si sólo era una de las locuras del personaje, un
juego erótico entre ella y su pareja, o si verdaderamente era una costumbre
existente en Japón.