Queridos arrebatadores, estas dos novelas fueron mis últimas lecturas en español de 2014. Os seré sincera. La primera no estuvo mal, pero fue la segunda la que de verdad me dejó embelesada :o)
Entre las encantadoras tapas de LAS HOJAS DE JULIA, de María Jeunet, se esconde una
historia sobre el papel que juega el destino y la autosugestión en la vida de
una mujer. Siendo jovencita, en el mágico entorno de una feria donde una
pitonisa le augura un futuro novio con una marca en el rostro, Julia se guarda
el secreto sin olvidarlo jamás. Mientras estudia su carrera en París, entabla
relaciones pasajeras y encuentra un trabajo en Washington, su mente persigue el
elusivo mito del hombre de sus sueños. Hasta que conoce al hombre perfecto. O
casi, ya que le falta lo más importante: una marca en el rostro.
Este romance moderno y ligero posee algunos aspectos que me
han gustado, pero otros que me han dejado con frustración. Por un lado, la
premisa de la profecía romántica en la feria es un punto de partida juguetón
que anima a buscar su éxito a lo largo de la historia de Julia. Quería que
fuera verdad algo tan esperpéntico e imposible. Así el romance es aún más
predestinado y especial. Ha resultado interesante el tipo de trabajo que
desempeña la protagonista, pues habiendo estudiado Derecho se dedica a redactar
contratos para una empresa que proporciona vacaciones de lujo. Ella tiene que
viajar a París, por ejemplo, para reuniones con los dueños de pisos donde se
alojan los turistas.
Además, la estancia en París junto al imperfecto hombre
perfecto es de lo más bonita y dulce.
Sin embargo, en general, Julia se comporta como una
quinceañera sin experiencia cuando se enfrenta al "amor de un día" de
Will, y eso que ha probado todo tipo de posturas con sus parejas a lo largo de
años y se lo ha contado con pelos y señales a su mejor amiga, Cindy, quien
también tiene sus líos de chicos. Durante gran parte de la novela apenas
transcurre gran cosa, por lo que me daba la sensación de que le faltaba
sustancia a la historia en sí. Habría sido más entretenido si gozara de mayor
fuerza narrativa o humor.
Aproximadamente en las últimas 80 páginas, la trama cobra un
ritmo bastante dinámico. Mejora en todos los sentidos porque se empiezan a atar
los hilos de la curiosa historia de Julia y su amor predestinado. Varios
misterios confluyen en una importante revelación final por parte de Will que
rebosa romanticismo y realismo mágico.
No sólo se queda en el gran gesto, sino que la novela
atraviesa el umbral del "fueron felices y comieron perdices" hasta
redondear las vidas de estos personajes cotidianos y naturales. el epílogo es
un broche precioso y dulce que remata tanto sus futuros como el significado
auténtico, y son siempre claro, e la profecía de la pitonisa.
He de añadir que, aparte de ese satisfactorio final, me ha
gustado bastante que su amiga Cindy y su hermana Nora tengan sus historias
propias, aunque fuera de soslayo. En especial, Nora, ya que estas pistas, por
cierto muy prometedoras, enlazan a la perfección con la siguiente novela de la
autora: LA FOTO DE NORA.
Oh, aquí llega mi propio enamoramiento. ¡ME HA ENCANTADO!
Esta segunda novela ha sido justo lo que deseaba y esperaba desde el principio.
Las primeras 86 páginas son de un perfecto y adictivo romanticismo. La autora
vuelve a jugar con el significado del destino cuando decide enlazar a estos dos
personajes maravillosos. Nora, hermana de Julia, una chica de sólo 18 años cuya
mente privilegiada le conducirá por vericuetos en la vida de lo más ambiciosos
y pintorescos. John, el hombre misterioso por el que arriesgará todo en un
arrebato de apasionada entrega que marcará la vida de ambos para siempre.
Aún más original que en la primera parte, la excusa por la
que esta pareja predestinada se conoce es increíblemente atrayente para mí. A
través de un amigo suyo, Patrick, esta chica descubre a un chico problemático
del que se prendará hasta lo más profundo de su ser. Vivirá con él un idilio
imposible que barre toda sensatez hasta que la realidad corta sus alas de una
forma virulenta y dolorosísima. A partir de aquí, comienza una nueva etapa en
la historia que le da un vuelco de 180o. Curiosamente, se convierte
en una investigación criminal en toda regla.
Me ha parecido que la autora ha trabajado mucho en la trama
que sustenta la relación. No ha optado sólo por un romanticismo facilón sino
que ha planteado duras pruebas a sus personajes y le has hecho sufrir para
alcanzar su paraíso juntos. Además, el argumento de la investigación criminal
resulta interesantísimo. Está muy bien desarrollado para captar el interés
intelectual a la par que obliga a los protagonistas a afrontar el pasado de una
forma realista y sorprendente. Prácticamente en otra vida, Nora y John
reconectan por motivos ajenos a ellos. Desconocen quién es el otro durante un
tiempo, pero les sirve para volver a acercarse y entablar cierto grado de
intimidad emocional. Es un truco genial que funciona para introducir la labor
de ambos a nivel profesional y desplegar las dotes de la autora para hilar la
parte romántica y la parte detectivesca.
La prosa adquiere en
esta ocasión pulso y firmeza para expresar toda clase de sentimientos y, sobre
todo, establecer el misterio en torno a unas muertes, desapariciones y
trapicheos en el mundo del arte con suma eficacia y sagacidad.
Sin importar la distancia o el tiempo, los caminos de Nora y
John se cruzarán porque están destinados a completarse el uno al otro. A pesar
de los sentimientos de desolación y traición, la autenticidad de lo que
sintieron en el pasado sigue palpitante entre ellos. Y caerán en la tentación.
Ha sido tan bonito. Tan emotivo, desesperado y apasionado. He caído rendida
ante la situación que han vivido. Opino que esta novela es original,
inteligente, dinámica y romántica al 100%. Ahora sí, María Jeunet, ¿cuándo vas
a escribir el próximo libro? ;o)
LAS HOJAS DE JULIA
&
LA FOTO DE NORA
MARÍA JEUNET
Tapa flexible con
solapas
264 y 311págs.
Romance contemporáneo
2014
Relación
calidad/precio:
17 pellizcos
Adecuado
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¿Cuál es el último libro que leísteis en 2014, arrebatadores? :o)
Babel guarda sus fotos con mucho cariño.