domingo, 18 de noviembre de 2012
La CUCARACHA color Caca
Érase una vez una cucaracha triste cansada de su color marrón. Un buen día se encontró con una mariposa que como todo el mundo sabe, en el mundo de los insectos son seres mitológicos.
- ¡Dios mío! ¡existe de verdad! No es una ilusión...es de verdad.-dijo emocionada.
La mariposa agitando sus alas le dijo:
- Por admitirlo te concederé un deseo.
La cucaracha sin pensárselo dos veces le pidió que la cambiara de color.
- ¡ Ya estoy cansada de este color caca!-exclamó.
-¿Qué color quieres?- le preguntó amable la mariposa mitológica.
La cucaracha contestó rapidamente:
-Uno cualquiera que sea bonito y colorido.
- De acuerdo- contestó-. Te daré tu deseo.
Se oyó un "riiiinnnnnnnnn" como si todo hubiera cambiado y la cucaracha se miró al espejo y dijo de nuevo:
- ¡ No es una ilusión! ¡He cambiado de color! ¡ Ahora soy celeste con manchas amarillas!
Cuando salió a la calle se encontró con una cucaracha amiga:
-Hola, ¿qué tal?
-Perdona, ¿te conozco?-dijo sorprendida.
-¿Cómo que no me conoces?. ¡Yo soy tu mejor amiga!¡ Soy Rasti!
La otra cuca le explicó que no conocía a ninguna Rasti de color celeste y amarillo y además aprovechó para preguntarle de paso, que qué era. Rasti asustada le explicó lo que le había pasado.
-¡Pero si las mariposas no existen!-. Le contestaban todos con los que se encontraba. Al final se cansó de preguntar.
Llegó a su casa se acostó en su cama y pensó: "nadie me reconoce, quizá hubiese sido mejor quedarme con el color que me había dado la naturaleza". Fue al salón y puso todo lo que atraía a las mariposas, aunque sabía que sólo se podían ver una vez. Gritó:
-¡Ven, por favor! ¡Quiero mi color de antes!- pero la mariposa no vino.
Se fue a dormir triste por no haber conseguido lo que quería y se durmió. Al día siguiente salió a la calle con cara triste y cuando se encontró con su amiga de nuevo, ésta le dijo:
- ¿Qué te pasa Rasti?
- ¿Eh? pero si no me reconocías...-dijo Rasti.
-¿Cómo no te voy a reconocer? ¡Si eres mi mejor amiga!
Rasti empezó a saltar y a gritar contenta con esos grititos que dan las cucarachas. Se fue a su casa. Se miró en el espejo y se dio cuenta de que había vuelto a su naturaleza.
Fin.
Moraleja 1: " Tenemos que aceptar como somos en realidad"
Moraleja 2: "Las hadas siempre nos castigan cuando pedimos un deseo"
Yui (9 años hoy 10))
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarQué lindo! Una moraleja siempre viene bien porque nos hace mejores personas. Gracias Yui y muchas felicidades!!!
ResponderEliminarGracias Fran. Y un beso de Yui y su cucaracha color caca!!!!!
EliminarEs un bicho que, como a la mayoría, me horroriza, pero esta historia hace que el bichito en cuestión no sea tan asqueroso, al menos por unos minutos.
ResponderEliminarEs muy bonito el cuento.
Dale las felicidades a Yui (precioso nombre) y que no deje de escribir.
Un beso apretado para ti.
¡Gracias Malena! Yui, que significa "esencia", "única", te da también un abrazo muy fuerte y quiere que te diga que esa cucaracha, que nos cruzamos las dos un día, tenía una carita muy bonita y que por un momento cambió de color a celeste y amarillo, pero solo un momento.
EliminarUn fuerte abrazo.
Yui y Guada.
Felicidades YUI por tan bonito cuento.
ResponderEliminar¡Gracias Manolo!
ResponderEliminar