La lluvia floja de domingo
nos sorprende en la quietud del día.
Ellos se bañan desnudos en la
lluvia, la primera lluvia de septiembre. Encuentro un silencio exacto en
nuestra casa, como recién remodelada; limpia; impoluta.
Repaso los proyectos que se
avecinan, tanta inutilidad de trabajar continuamente para ser prospero, y así, quedarse
sin la libertad de ser irremediablemente nómada. Buscaba ávidamente este sitio;
mis pensamientos se empiezan a esclarecer conforme lo siento lejos. Lo sabía.
Imitar la vida fue sencillo por un tiempo, pero; no era suficiente. Necesito
soledad. Un solo de trompeta. Casi – estoy- mejor -desde -que no estás. Quisiera
ver este documental en el 2050. Mamá ponía todas las tardes algo como un
solo de trompeta, nos bañaba en el patio de atrás, nos observaba y escribía.
Mamá, bueno, no sabíamos bien si era feliz, pero trataba de hacerlo por
nosotros. Alguna cosa así, desde los labios de un Yosef hermoso, iracundo,
pero leal. Dio s nos impida traumar a nuestros hijos. Quisiera que recordara
esto; hoy fuimos al parque con el sol encima, nunca olvidaré su olor a
bloqueador o el pequeño poro inflamado en su nariz; lo besé, varias veces. La
mejilla, los ojos, el viento ondulaba su cabello. Quisiera que supiera que no
fue Yosef sino a Jaely de quien recuerdo esto. Le puse una blusa blanca. Se cayó
de la sillita amarilla, lloró. Se quedó dormida en los brazos de la abuela. Hacía
tanto calor en la sala de estar; es el año más caluroso del que se tiene registro.
Han pasado 9 años, cariño.
Y yo, Yo no he logrado tener
ganas de verme más al espejo. No sé cómo nombrarme otra vez.
Ofelia. Jazmín. ¿Quién es
esta que habita en mí? Necesito meditación. Necesito Terapia.
Llámame NADIE. Es un camino largo el retorno hacia una misma.
Hago un ejercicio de
reconocimiento; me encuentro en las letras. Me leo con
ternura y devastación. He amado mucho en esta vida. Seguramente más en las otras
vidas. Recuerdo un amor que no puedo pronunciar. Nunca le escribí a mi padre,
sino hasta después de su muerte. Tiré el discurso.
¿O lo enterré?
Quisiera tener la certeza de
a quien escribo esta vez. Pero sólo estamos aquí. Mis hijos duermen y suena un
solo de trompeta.
La brecha aun existe porque
no he logrado llegar a ti.