Cristiano vs. Messi, segons Roncero
Hace dos meses, mis amigos del Barça (los tengo, no se crean) me hinchaban la cabeza con este mensaje cargado de prepotencia y escaso de análisis: “Verás tras los cuatros Clásicos. Messi se va a merendar a Cristiano y encima va a ganar el Pichichi y la Bota de Oro”. Yo, humilde, callaba y les decía: “Vamos a ver quién ríe el último”. Frase que utilizó el propio Cristiano tras un partido de Liga cuando los agoreros le criticaban por su frenazo en la lista de goleadores. El portugués trabajó en silencio, tiró de orgullo y en Mestalla fue el verdugo del Barça en la final de Copa con un cabezazo que todavía ocupa la pesadilla de muchos culés, empezando por Pinto, el portero que silbaba a los rivales... Messi, en esa final fue un cero patatero. Y en los otros Clásicos, ídem de ídem. Marcó tres goles, pero todos cuando el Madrid estaba con uno menos en el campo. Once contra once, a Messi sólo le vimos tirando un balonazo a la grada del Bernabéu, actitud reprochable e indigna de un Balón de Oro. Si eso lo llega a hacer Cristiano, le habrían obligado a exiliarse de España…
Al final, Cristiano ha llegado a los 40 goles, registro histórico que pulverizó el récord de Hugo y Zarra. Si eso lo llega a hacer Messi, en Canaletas paralizan el tráfico para festejarlo. Pero claro, Messi se ha quedado muy atrás (31) y ahora toda la propaganda culé (la ‘butifarra mediática’ le llamo yo) se está encargando de recordar que Messi “es un jugador de equipo al que le interesan sólo los logros colectivos”. Claro, por eso el día que le dieron el Balón de Oro de forma injusta y lamentable ni se dignó a mirar a la cara a Xavi e Iniesta, que lo habían merecido mil veces antes que él. La realidad es la que es. Cristiano ha hecho historia y ha terminado la temporada como un ciclón. Y es el sexto jugador de la temporada en número de asistencias. ¿No era tan egoísta? Este chico es de oro y su comportamiento ha mejorado tanto este año que ya ni sus mayores enemigos se atreven a discutir su profesionalidad y su actitud intachable en el campo. Se me ocurre un cántico para cerrar este blog. ¡ESE PORTUGUÉS, QUÉ BUENO ES!
Aquesta és l'entrada íntegra del "humilde Tomás Roncero" al seu bloc, del dia 25 de maig de 2011.
Dos dies més tard, Lionel Messi va guanyar a Wembley la seva tercera Champions, va ser proclamat millor jugador de la final i amb el seu gol (2-1) es convertí en pichichi de la competició.
Al final, Cristiano ha llegado a los 40 goles, registro histórico que pulverizó el récord de Hugo y Zarra. Si eso lo llega a hacer Messi, en Canaletas paralizan el tráfico para festejarlo. Pero claro, Messi se ha quedado muy atrás (31) y ahora toda la propaganda culé (la ‘butifarra mediática’ le llamo yo) se está encargando de recordar que Messi “es un jugador de equipo al que le interesan sólo los logros colectivos”. Claro, por eso el día que le dieron el Balón de Oro de forma injusta y lamentable ni se dignó a mirar a la cara a Xavi e Iniesta, que lo habían merecido mil veces antes que él. La realidad es la que es. Cristiano ha hecho historia y ha terminado la temporada como un ciclón. Y es el sexto jugador de la temporada en número de asistencias. ¿No era tan egoísta? Este chico es de oro y su comportamiento ha mejorado tanto este año que ya ni sus mayores enemigos se atreven a discutir su profesionalidad y su actitud intachable en el campo. Se me ocurre un cántico para cerrar este blog. ¡ESE PORTUGUÉS, QUÉ BUENO ES!
Aquesta és l'entrada íntegra del "humilde Tomás Roncero" al seu bloc, del dia 25 de maig de 2011.
Dos dies més tard, Lionel Messi va guanyar a Wembley la seva tercera Champions, va ser proclamat millor jugador de la final i amb el seu gol (2-1) es convertí en pichichi de la competició.
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