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martes, 15 de diciembre de 2009

El post 300

Tres años, trescientos posts. Cuando empecé con este blog publicaba dibujos que tenía acumulados en cuadernos de esbozo. El ritmo de publicación era apabullante, para postear me bastaba con escanear algún dibujo que ya tenía hecho. Cuando se me acabaron las reservas de esbozos, seguí publicando contenido en Tintáculo, dibujando ad hoc. Los dibujos eran cada vez más elaborados, la mayoría ya no estaban ejecutados directamente a boli, sino pasados a tinta con un Pilot rollerball sobre algo de lápiz previo, borrado antes de escanear. Si bien los primeros dibujos eran bromas privadas, los nuevos dibujos eran chorreces pensadas para ser entendidas por todo el mundo. La creciente elaboración de los dibujos me ha permitido experimentar con trazos dejados y texturas, mi eterna asignatura pendiente. Cuando dibujo "en serio" con tinta china y plumilla soy muy dado a la línea clara y al trazo cerrado y pulcro, me cuesta salirme de ese esquema. Considero que Tintáculo me ha permitido improvisar, sorprenderme, mejorar, probar cosas nuevas e incorporarlas a mi estilo. Y, sobre todo, divertirme y divertiros a vosotros.

Para conmemorar el post número trescientos, así como para cerrar una etapa, he decidido incluir unos cuantos dibujos que figuraban en mis últimos cuadernos de esbozo y que por algún motivo u otro descarté en su día. Así pues, esto no es un greatest hits, es material inédito. Worst hits, más bien (pero sé que os gusta, pillastres).


* * *


El primer dibujo de la buhardilla. Me gustaba la idea, así que la volví a dibujar con más esmero y la publiqué aquí.
Bajo la buhardilla, un jeroglífico terriblemente chorra y dibujado con cero ganas y cero respeto por la propia parida. ¿Adivináis de qué grupo superbueno se trata?





No acabé de pasar a tinta el siguiente dibujo porque enseguida me di cuenta de que yo era uno de los pocos seres vivos del universo a los que le hacía gracia semejante chorrez de chiste.




Ultraman.




Un esbozo a lápiz de mi amigo Moe en plan Titanic. Por cierto, no he visto Titanic. Tampoco recuerdo de dónde venía la coña de dibujar a Moe así.





Chiste malo de cojones y dibujado con taaaan pocas ganas. Ni siquiera he jugado al videojuego en cuestión.




Sanbernardo con barril al cuello y sanbernardo con coctelera al cuello. No sé por qué no lo pasé a tinta, si no estaba mal.





Intenté dibujar deprisa y corriendo a estos tiroleses. Ni siquiera me molesté en documentarme y el cuerno largo quedó como el culo.



Proyecto de mascota-imagen-logotipo para el grupo de unos amigos, llamado Dr. Crocanti (cuyos enemigos mortales eran Dyango y Jordi Hurtado, si mal no recuerdo).





Un payaso horroroso, de los que dan un miedo del cagarse. La calavera en la tarta no recuerdo a santo de qué venía. ¿Hamlet?



Animales varios. ¡Me gusta dibujar animales! Es la aseveración más infantil del mundo, lo sé, pero en mi caso es cierta. Lo que está encima de la iguana pretendía ser una ameba:




Las piezas del ajedrez en plan jeroglífico. Las dos últimas son prácticamente una broma privada. La penúltima es mi colega Pau Latorre, así que es la torre. Y la última pieza es James Raynor del Starcraft, así que Raynor: "réinor": "reina". ¿No cuela, verdad? Adivinad el resto y sacrificadme, por favor.



Chiste chorra a raiz del videojuego Patapon y el vídeo del enano resentido del Factor X latinoamericano (visualizable aquí).


La idea me gusta, pero el dibujó me quedó feo de cojones, no se puede negar.



Un centauro bragado y otro remilgado. Creo que no lo pasé a tinta por falta de tiempo, por darme palo o por ambas cosas a la vez.




Pajidermo. Al principio no me daba vergüenza colgar dibujos así. A medida que las visitas fueron aumentando y que Tintáculo adquiría una leve notoriedad, me fui haciendo más pudoroso a la hora de colgar cosas de estas.


Un mono dibujado en plan sucio.



Interpretación libre de Paf era un drac màgic, canción infantil que me resultaba tremendamente triste. Yo siempre me sentí más identificado con el dragón que con el niño de la canción. El dibujo me quedó un pelín demasiado moralista, creo que si no lo colgué fue por eso. Ni siquiera borré el lápiz.