La construcción del avión de combate Eurofighter
es uno de los proyectos tecnológicos más ilustrativos de lo mucho que
puede aportar la industria europea cuando se une, pero también de lo
zigzagueante que puede resultar el rumbo hasta consolidar el producto en
el siempre atomizado sector de la defensa de la Unión Europea.
Concebido en la actualidad como el gran caza europeo frente a los
estadounidenses de las aeronáuticas Boeing (el F-18 Hornet) o Lockheed
Martin (F-35 Lightning II), el Eurofighter es avión de combate en
servicio en seis ejércitos del Aire: Reino Unido (125 aparatos), Alemania (110), Italia (75), España (50), Austria (15) y Arabia Saudí (42), siendo Omán el próximo nuevo cliente en recibir su primera unidad a partir de 2017.
Francia,
gran protector de su industria militar, se desligó de este proyecto en
los años 80 al querer impulsar independientemente su propio avión de
combate (el Rafale de Dassault Aviation).
Línea de ensamblaje del avión de combate Eurofighter en la fábrica de Manching (Alemania) / AIRBUS DS
La construcción del caza Eurofighter es compartida por tres empresas y cuatro países: Airbus Defence&Space (Alemania
y España), BAE Systems (Reino Unido) y Alenia Aermacchi (Italia). Cada
país ensambla el avión de combate destinado a su Ejército y al país para
el que haya conseguido el contrato de exportación (en esto compiten
unos contra otros), aunque las piezas procedan de los países
constructores por separado. Por ejemplo, la planta española de Airbus DS
de Getafe (Madrid) produce el ala derecha de todos los Eurofighters que
se produzcan, además un borde de un ala izquierda y el morro del avión.
Invitado a una «clase maestra» sobre el Eurofighter,
ABC comprueba en la fábrica de Airbus DS en Manching (Alemania) la
precisión «cirujana» requerida para fabricar el «puro» del avión, es
decir, el fuselaje central de la aeronave que se construye en esta
factoría situada en la región de Baviera y que da empleo a 4.500
trabajadores en una superficie de 880.000 m². Cada avión, cuyo 70% es
fibra de carbono, contiene 30 kilómetros de cableado y más de 15.000
conectores.
Una de las piezas del caza Eurofigther / AIRBUS DS
Berndt Wünsche, jefe de los aviones de combate de Airbus DS, presenta la instalación en la que nos encontramos Berndt Wünsche,
jefe de los aviones de combate de Airbus DS.: «estamos en el centro del
universo para la aviación de combate. Manching está diseñada para la
aviación militar, complementada por Getafe, en España».
Este ejecutivo alemán defiende que desde que se iniciara el proyecto,
el Eurofighter ha generado 100.000 empleos en Europa involucrando a 400
compañías diferentes. En España, además de Airbus DS -filial
dependiente del Grupo Airbus, participado por la SEPI en un 4,20 por
ciento-, otras empresas como Indra, Tecnobit, ITP, CESA o Santa Bárbara Sistemas se han visto beneficiadas de su construcción.
Linea de ensamblaje / AIRBUS DS
«En 80-85 días podemos tener un avión Eurofighter totalmente testado
en la fábrica, siendo entregado en un plazo de 245 al cliente», explica
Niels Michael, jefe de producción de la planta de Manching, quien
reconoce que «en los mejores días de la producción del avión se
ensamblaban 18-19 aviones en la fábrica, mientras que ahora son 10
aviones al año. Hemos ralentizado la producción».
Obviamente, la crisis económica y la consecuente reducción de los
presupuestos de Defensa ha hecho mella en el programa Eurofigther. Sin
ir más lejos España ha visto reducir su presupuesto inicial del
Ministerio de Defensa en un 33 por ciento desde 2009 y ha disminuido el
número de pedidos de aviones Eurofighter de 87 iniciales a 73.
Otros países también se han visto obligados a renunciar a la «tranche
3· del programa. Así, según datos proporcionados por la empresa Airbus
DS, los pedidos finales se cifran en estos momentos así:
Reino Unido con 160 unidades (de los 232 iniciales pedidos); Alemania
con 143 (180); Italia, con 96 (121); España con 73 (87); Arabia Saudí
con 72 (no ha reducido pedidos); Austria con 15 (ya entregados todos); y
Omán con 12 (aún por entregar todos).
Operarios trabajan en la instalación de la parte central / AIRBUS DS
De este modo, al consorcio europeo le restarían aproximadamente unos
163 aviones Eurofighter por entregar. Eso si no llega un ansiado
contrato de exportación que avive la cadena de producción de las
factorías de los cuatro países involucrados. Perdidos los contratos de
cazas de Corea del Sur y la India (ganados por el F-35 y el Rafale), todas las esperanzas están puestas en un nuevo contrato en Oriente Medio.
En este asunto, un ingeniero español es uno de los hombres clave. Domingo Ureña,
máximo responsable de los aviones militares de Airbus DS, se muestra
optimista y prevé «oportunidad de exportación, dada la situación
geoestratégica cambiante».
Unas nuevas variables (Estado Islámico y amenaza de Rusia)
que, por ejemplo, han obligado al despliegue de cuatro aviones de
combate Eurofighter del Ejército del Aire español en una misión de la
OTAN en Estonia este año, a pesar de que estaba programado para 2016. Se
trata de la primera vez que los aviones Eurofighter del Ejército
español se despliegan en una misión en el exterior.
Exhibición del caza Eurofighter en Dubai, Emiratos Árabes Unidos / AIRBUS DS
A preguntas de ABC, Ureña garantiza con los pedidos actuales la producción del avión Eurofighter «hasta finales de 2018»,
aunque mantiene la «esperanza» de exportar: «El mercado más claro es el
del golfo Pérsico, donde hay países con flotas de aviones de combate
muy antiguas y tienen que renovarlas».
Responsable del negocio de otros aviones militares que fabrica Airbus DS como el A400M (transporte militar),
el C-295 (transporte medio), el CN-235 (transporte y patrulla marítima)
o el A330 (cisterna multipropósito), Ureña ve en Europa «una falta de
visión estratégica sobre políticas aeronáuticas y de espacio para los
próximos 20 años. No podemos seguir con la dispersión industrial que
tenemos», asegura.
Linea de montaje en Manching (Alemania) / AIRBUS DS