Washington detiene los envíos de misiles aéreos
Hellfire a Israel después de saber que esta solicitud de envío fue
aprobada directamente por el Pentágono sin pedir permiso previo al
Departamento de Estado.
Desde el inicio de la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, Tel Aviv solicitó fondos a Estados Unidos para reabastecer su sistema de interceptores de misiles, conocido como Cúpula de Hierro, y el Departamento de Estado lo aprobó sin ningún reparo.
Sin embargo, según denuncia el diario estadounidense, Israel encontró la manera de evitar la burocracia de la Casa Blanca, asegurándose el abastecimiento de munición letal como morteros, obuses y misiles Hellfire, todo ello valorado en más de tres millones de dólares.
El cargamento de armas se envió en varias tandas: el primero con los interceptores que incluyeron la munición de mortero y obuses, y después el segundo con misiles Hellfire. Fue después de que la Casa Blanca supiera que el primer abastecimiento contenía suministros no aprobados cuando retuvo el segundo envío.
Desde entonces se ha abierto una batalla diplomática entre Washington y Tel Aviv, además de la investigación y debates internos que se abrirán dentro la Casa Blanca.
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