Llevo una temporada rara, agobiada, con poca paciencia.... agotada. Sí, ya sé que acabamos de empezar el trimestre y que se supone que debería estar fresca como una lechuga pero no han sido una navidades típicas ya que he empezado a meterme de lleno en los preparativos de la boda. Queda aún mucho, me digo, pero así y todo no puedo evitar los agobios.
Esta semana ha sido la peor, ya que ha sido ahora cuando nso hemos puesto con los papeles legales. ¡Dichosa "burrocracia!". Luego la iglesia se queja de que cada vez son menos las parejas que se casan por la iglesia y mas´por lo civil.... ¡SI ES QUE TODO SON TRABAS! En nuestro caso la documentación es lo que más quebraderos nos está dando. En principio a lo largo de esta semana nos llegará una información con la que podremos empezar a hacer los trámites para pedir el certificado de bautismo legalizado. Veremos cuánto tardan en mandárnoslo. En fin.... cuestiones "bodiles" a un lado, que me voy del tema.
El caso es que ayer tuve un mal día, y eso que es viernes que es mi día más ligerito en cuanto a preparación de clases se refiere. Bien, en una de ellas el muchacho trabajó.... dejémoslo en que el tiempo cundió poco. Pero la última hora de lae cuento por encima.
Es un chaval que tiene alguna dificultad de aprendizaje, a priori nada demasiado serio que no se pudiese resolver con un apoyo. Apoyo que en lugar de ser ordinario (un profesor que entrase en el aula) le estoy dando yo, dos sesiones semanales fuera de clase, ya que hemos ido viendo que tiene lagunas muy importantes y hay conceptos de cursos anteriores que no tiene bien adquiridos. Además de estas dificultades puramente curriculares tiene actitudes que no le corresponden por edad como por ejemplo agobiarse cuando no sabe hacer algo y llegar al extremo de pedir disculpas por no equivocarse (llorando, por supuesto). Pero....
.... no es eso lo que más me preocupa. Ayer por la tarde fue la gota que colmó el vaso, y es que me di cuenta de que en parte puede ser que yo misma, con mi actitud en clase con él, esté llevando esta ansiedad a un límite en que pronto no va a poder soportar el pobre. Ayer vi hasta qué punto lo pasa mal cuando no sabe hacer algo (incluso cosas que hace un par de semanas sabía hacer a la perfección) así que tomé la decisión de cambiar el chip con él. Sé que me va a costar, sé que más de una vez lo automático va a ser dar una palmada para que se centre (lo que vengo haciendo hasta ahora con él y con otros más cuando veo que se desconectan de lo que les estoy contando), soy consciente de que más de una vez voy a tener unas ganas terribles de levantarle la voz cuando me responda por quinta vez lo mismo sabiendo que la respuesta no es correcta.... simplemente porque no sabe qué otro respuesta darme. Sé que más de un día y de dos la que va a acabar con unas ganas tremendas de llorar voy a ser yo, pero prefiero ser yo la que lo pase mal que él. ¿Por qué? Muy sencillo; como persona adulta que soy considero que tengo más recursos para gestionar esas sensaciones negativas que él, que me ha demostrado que no sabe gestionar la ansiedad que siente cada vez que entra en el colegio.
Por tanto, cambio radical de chip, y cambio radical de planteamiento en mis clases. Obviamente no puedo (ni debo) descuidar la parte curricular, pero en cada una de las sesiones semanales que tengo de trabajo individual con él voy a intentar dedicar un ratito a la gestión de emociones, a la relajación y a trabajas unas habilidades de la que él carece. ¿Cómo voy a hacerlo? Todavía no lo sé, pero confío en mi instinto para hacerlo lo mejor que pueda. Básicamente pretendo que este chaval venga al cole relajado, y que cuando no sepa hacer algo y se equivoque sea consciente de que NO PASA NADA, que todos nos equivocamos, que al cole se viene a aprender cosas que no sabemos, y que por tanto van a costarnos, pero con esfuerzo, un poquito de tranquilidad y un poquito de confianza en un@ mism@ somos capaces de conseguir todo lo que nos propongamos.
Sé que el camino va a ser largo y complicado, tal vez incluso más para mí que para el propio chaval (puesto que mi tarea principal va a ser allanarle el camino en lo posible) pero sé que al final lo conseguiremos. Juntos haremos que la escuela sea un lugar menos hostil para él.
Y una vez puesto en palabras tanta emoción que me corroía de alguna manera creo que voy a leer un rato. Luego me pondré a preparar materiales, que he cambiado el horario de clases y en vez de preparar sólo 9 - 10 van a ser 20 las que tenga que preparar (por supuesto todas ellas diferentes y 100% personalizadas para mis chicos).
Feliz fin de semana. La que viene mejor (aunque sólo sea porque el lunes 30 aquí es fiesta y por tanto el fin de semana más largo).
Abrazos pretos y besicos a puñaos.
P.D.: Si has llegado hasta aquí te has ganado un premio porque la de hoy es una entrada complicada de entender (de hecho ni siquiera la he releído como suelo hacer). Tu premio, unos pellizcos de sabiduría de esos que atesoro. Disfrútalos.
Es mucho más importante que te conozcas a ti mismo que darte a conocer a los demás.(Séneca)La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.(Henry van Dyke)Bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque ellos nunca pararán de divertirse.(Anónimo)Quien no vive de algún modo para los demás, tampoco vive para sí mismo.(Michel Eyquem de Montaigne)