Esta mañana hemos ido Laura y yo al cole, para verlo antes de empezar el curro. Es una monada de colegio.... Éste va a ser el tercer curso que está en marcha, así que todo está súper nuevo. Tienen residencia, piscina, unas aulas monísimas, un jardín impresionante, fisio, tres logopedas, auxiliar en cada clase, y hacen hidroterapia. El director tiene muy buena pinta, así que mañana a ver cómo va la cosa.
Mañana toca claustro, y nos dirán qué grupo nos toca a cada uno, porque nos los asignan de oficio. El dire me ha preguntado qué prefiero, si peques o grandes, y si motóricos o conductuales. Le he dicho que puestos a pedir, pequeños (va a ser que sí, que el grupo de los grandes ya está asignado), y que lo de motóricos lo intentará. Veremos; igual mañana me dicen que me toca el grupo de motóricos mayores. La verdad es que tengo ganicas de empezar, pero me da un miedito.... Eso sí, estoy segura de que la cosa va a ir genial.
Abrazos pretos y besicos a puñaos.
Se venden cachorros
Un tendero estaba clavando sobre la puerta de su tienda un letrero que decía: "Se venden cachorros". Letreros como ése tiene una atracción especial para los niños pequeños y efectivamente, un niño apareció bajo el letrero del tendero.
- ¿Cuánto cuestan los cachorros?- preguntó. - Entre 30 y 50 € -respondió el tendero. El niño metió la mano en su bolsillo y sacó un poco de cambio.
- Tengo 2.37 € -dijo- ¿puedo verlos, por favor? El tendero sonrió y silbó, y de la caseta de los perros salió "Dama", que corrió por él pasillo de la tienda seguida de cinco pequeñitas, diminutas bolas de pelo. Un cachorro se estaba demorando considerablemente. El niño inmediatamente distinguió al cachorro rezagado… ¡era cojo!.- ¿Qué le pasa a ese perrito?- preguntó.
El tendero le explicó que el veterinario había examinado al cachorro y había descubierto que le faltaba una cavidad de la cadera y que cojearía por siempre. Estaría lisiado toda su vida. El niño se entusiasmó.
- Ese es el cachorro que quiero comprar - dijo.
-NO, tu no quieres comprar ese perrito. Si realmente lo quieres, te lo voy a regalar- dijo el tendero. El niño se enfadó mucho. Miro al tendero directo a los ojos, y moviendo el dedo replicó:
- No quiero que me lo regale. Ese perrito vale exactamente tanto como los otros perros y voy a pagar su precio completo. De hecho, ahora mismo voy a dar 2.37 € y luego 50 céntimos al mes hasta terminar de pagarlo. El tendero replicó:
- Realmente no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr, brincar ni jugar contigo como los otros cachorritos.
Al oír esto, el niño se agachó y se subió la pierna del pantalón para mostrar una pierna izquierda gravemente torcida, lisiada, sostenida por un gran aparato ortopédico de metal. Miró al tendero y suavemente le respondió.
- Bueno, pues yo tampoco corro tan bien que digamos, y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda.
Hoy sólo voy a hacer un comentario. Éste es un texto que me encanta, tal vez sea porque soy de Educación Especial, y quizá me haya acordado de él porque este año voy a trabajar con niñ@s como éste, y mucho más afectados. El caso es que es un texto que me toca siempre la fibra, y esta vez no es diferente. Espero que te guste.