Hoy os recomiendo una página que me encanta. Ideal para los amantes de la fotografía, para disfrutar con imágenes diferentes. No hay texto, solo fotografías que se suceden, y hay verdaderos tesoros.
Hoy vamos a hablar de mediados del siglo XIX, en Norteamérica, cuandosurgió un movimiento pictórico sin duda interesante, ya que los artistas de esta escuela dieron un giro a la pintura paisajista.
Por aquel entonces los Estados Unidos era una nación jóven, que se recuperaba después de una durísima Guerra de Secesión. Es por ello que, tras el fin de la Guerra , los pintores del Norte victorioso desearan -consciente o inconscientemente- encontrar en las grandiosas y monumentales escenas naturales la representación ideal de la Nación unida y la Paz duradera tras la batalla. A diferencia del paisaje europeo, en el caso americano, se incluye un nuevo elemento atractivo e inquietante a la vez: a la grandiosidad de la naturaleza se añadía el hecho de que gran parte de ese espacio natural estaba en aquella época todavía inexplorado. ¿Se imaginan?. Son los indios americanos los que vivían libres en esta tierra, por lo que serán un tema recurrente para los paisajistas. No serán figuras humanas protagonistas, sino integradas en la grandiosidad de la naturaleza. El bellísimo valle fluvial del Río Hudson no fue el único paisaje natural protagonista en los pintores de la Escuela. Numerosos monumentos naturales del Noreste pasaron a formar parte de esta particular iconografía natural, tales como el Monte Washington o los Montes Adirondacks. También pintaron marinas, por ejemplo de las costas de Connecticut... Pero la verdadera Meca de este paisajismo, allí donde el paisaje americano se exhibía en su máximo esplendor, era el Oeste americano. La expansión de los colonos hacia el Oeste había manifestado la magnificencia de estas tierras vírgenes, a las que pronto se dirigieron pintores como Herman Herzog, Thomas Hill, y, sobre todos ellos, Albert Bierstadt. Hay que destacar, además, a dos pintores cuya ambición no se conformó con el paisaje americano, ni siquiera con el magnífico Oeste, y viajaron hasta la exótica Sudamérica en busca de exuberantes paisajes.Pero frente a estos paisajes naturales, sean americanos o foráneos, y tal vez relacionado con la idea del paisaje natural, muchos pintores de la Escuela recurrieron con asiduidad al paisaje imaginado, como forma de dotar a la naturaleza de una grandiosidad más allá de la realidad. La importancia de la religión no era ajena a los grandes paisajistas del XIX americano, que ven en la grandiosidad de la naturaleza la mano inconfundible de la divinidad.
THOMAS COLE (1801-1858) es conocido como el fundador de la Escuela del río Hudson. Británico de nacimiento, su familia emigra a América siendo él muy joven (17 años) por lo que puede considerarse un pintor plenamente americano. Cole descubre la belleza del río Hudson en 1825, al emigrar a Nueva York, y comienza a crear sus primeros esbozos y bocetos al aire libre. Aquí pinta algunas de sus obras más famosas, como The falls of Kaaterskill. Su amor por el paisaje americano se demuestra cuando, tras viajar a Europa -especialmente a Italia-, encuentra el paisaje del Viejo Continente frío y desolado.
ASHER BROWN DURAND (1796-1886), aunque mayor que Cole, se introduce en el paisaje tras conocer las obras de éste. Más romántico y menos fiel a la realidad que Cole, sus obras son no obstante más bellas y poéticas.
ALBERT BIERSTADT (1830-1902) emigró de Europa con su familia siendo un niño a Massachusetts. Es uno de los primeros pintores en representar la grandiosidad del Oeste Americano, destacando sus vistas del parque de Yosemite, el valle del río Kern o las White Mountains. Es el más prolífico y posiblemente el más grandilocuente de todos los pintores americanos de su época.
FREDERICK EDWIN CHURCH (1826-1900) es discípulo y admirador de Thomas Cole, a quien dedica muchos de sus obras. Church representa la culminación de la Escuela del río Hudson: posee el amor por el paisaje de Cole, el lirismo romántico de Durand y la grandilocuencia de Bierstadt, siendo más valiente y técnicamente más dotado que cualquiera de ellos. Se trata sin duda de uno de los mejores paisajistas de todos los tiempos, tal vez sólo superado por Turner y algunos impresionistas y postimpresionistas de primera linea como Monet o Cézanne.
En una segunda línea podemos situar a SANFORD ROBINSON GIFFORD (1823-1880), tal vez el más dotado pintor de la segunda generación (Bierstadt y Church al margen), JOHN FREDERICK KENSETT (1816-1872), gran marinista y retratista del Monte WashingtonWILLIAM TROST RICHARDS (1833-1905)WORTHINGTON WHITTREDGE (1820-1910), de formación germana al igual que Bierstadt, JASPER FRANCIS CROPSEY (1823-1900) o MARTIN JOHNSON HEADE (1819-1904), atraído, al igual que Church, por los paisajes exóticos.
Como ya es habitual, les dejo unos vídeos sobre el tema. Y por supuesto, si desean ampliar la información, hay muchísima en Internet solo con teclear los nombres de los pintores anteriormente citados.