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domingo, agosto 09, 2009

El nerd

Nueva entrega de currando con rojos disponible en versión wiki



En aquella época no se empleaba el término nerd, aunque o mais nerd do mundo, Guille Puertas, había alcanzado las mieles del éxito. A pesar de ajustarse bastante a la definición de nerd, no pudimos ponerle ese mote por falta de vocabulario porque en aquel entonces, aunque parezca mentira, NO HABÍA INTERNET. Le apodamos de una forma más cruel y menos cosmopolita: ozono-pino.

Como buen nerd hacía alarde de sus habilidades técnicas y no tenía en absoluto desarrolladas sus habilidades sociales. Conseguía en el primer contacto que perdieras todo el interés en mantener con él la más mínima relación. La primera impresión personal se podría traducir al lenguaje llano a: Pero este gilipollas ¿qué se ha creído?

A su poco saber estar unía un problema de olor corporal, no sé si debido a falta de higiene o a alguna glándula traidora. Todas estas circunstancias hacían de él un loner a la vez que despertaban la curiosidad de los demás desde la lejanía y corrían leyendas urbanas sobre su persona.

Una de las secretarias nos contó que una vez que le saltó una llamada de la madre nerd le preguntó:

- Señorita, ¿a que mi hijo es muy importante en la empresa? ¿a que hace unos trabajos de mucha responsabilidad?

Esto nos dio que pensar que con tal madre el nerd podría ser una nueva versión de Norman Bates, lo que explicaría su comportamiento antisocial.

Dejé de tomar café para evitar la angustia que me producía su presencia. Dadas las reducidas dimensiones de la sala del café, tenía miedo de no comportarme adecuadamente por no controlar la aprensión a su olor a tan corta distancia o por imaginármelo con un cuchillo en mano en su faceta de Norman. Sin embargo, para el lejías, hombre curtido en la mili, esto no significaba ningún impedimento para tomarse sus dosis de café hasta que un día salto la chispa que provocó una explosión de gritos y reproches.

El nerd, coherente con su comportamiento antisocial, solía tomar café pero jamás reponía la cafetera si se tomaba el último café. Un día que el lejías le pilló infraganti dejando la cafetera vacía le recriminó su falta de cooperación. El nerd, en vez de disculparse se puso gallito, lo que desató el lado salvaje del el lejías que le llamó de todo menos bonito. La frase final que pude oír desde el laboratorio fue:

- A VER SI TE LAVAS QUE HUELES FATAL.

Pasados unos días el lejías me dijo:

- ¡Cuanto me arrepiento de decirle que olía mal!, ahora ya no huele a sudor pero en vez de desodorante se ha debido comprar un ambientador de cine y ¡ahora huele a ozono-pino!

Desde ese momento ya tuvo su propio mote, un poquito cruel pero merecido.

¡¡Ni me menees!!

jueves, junio 05, 2008

El petimetre tecnológico

Ayer congelé a un petimetre después de repetir mil veces el mantra "hijo de puta" para expulsar el veneno de la ira de mi alma.

El petimetre de los salones dieciochescos con su pompa, sus rizos y toda su huera humanidad ha derivado en el siglo XXI hacia el intelectualoide en la rama de las letras y al petimetre tecnológico en la rama de las ciencias. Este último ha trocado los salones literarios por los ambientes corporativos de las grandes empresas, muy dados a la literatura de ciencia-ficción.

El petimetre enfoca todos sus esfuerzos en pavonearse ante los demás, luciendo un brillante plumaje de irisados brillos tecnológicos. Agita las plumas de su cola como si fueran un gigantesco mapa tecnológico para disimular sus pies de barro en la praxis de la profesión.

Salvo la lujuria(1) y la ira que le son negadas por falta de vigor, el resto de los pecados capitales campean a sus anchas en su macilenta alma.

La soberbia es su única compañera, la que no le abandona en ningún momento y en la que basa su marca propia (que me perdone Andrés por usar el término para un caso tan negativo). Tiene que demostrar que es más listo, leído e ingenioso que nadie y allí la humildad no tiene cabida.

La avaricia la practica mediante el download. Atesora sus fuentes de conocimiento bajo secreto de sumario. El petimetre nunca tendría un blog ni herramienta alguna para compartir, a lo sumo un Twitter para amplificar sus publicaciones a lo largo y lo ancho de las revistas corporativas en las que repite como un lorito lo que lee en los medios anglosajones. Ha evolucionado del afrancesamiento a la anglofilia.

Su gula es como la gula del norte, más falsa que las pesetas de madera, pero la practica por aquello de la imagen. Más que comer, busca comer con gente importante para luego ir pavoneándose.

La envidia hacia los que han hecho algo productivo en su vida profesional le corroe. Para desahogar este sentimiento se venga de los pobres sujetos envidiados aplicándoles la técnica del ventilador(2) en presencia de los jerarcas para que surta un efecto más contundente.

Su Pereza explica su comportamiento. Huye de la praxis y se echa en brazos de la teoría que cansa menos. Su cintura para esquivar el trabajo es de una técnica muy depurada y el arte de colocar los marrones a terceros es proverbial.

Es una mente insana en un cuerpo insano, demasiado hasta para el satírico Juvenal.


(1) Se ajusta a la teoría de que "el que no folla, jode"
(2) La técnica del ventilador consiste en poner una mierda delante de un ventilador, orientarlo hacia la víctima y encenderlo. Es muy usada por los políticos independientemente de su ideología.

¡¡Ni me menees!!