Mostrando entradas con la etiqueta humor trabajo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta humor trabajo. Mostrar todas las entradas

viernes, julio 24, 2009

La broma

Nueva entrega de currando con rojos disponible en versión wiki




En aquellos años era costumbre gastar bromas tanto en fechas señaladas como de improviso. Cuando trabajaba con batas y a lo loco adquirí mucha experiencia en todo tipo de bromas, que solían ser del tipo pesadas y no aptas para cardíacos. La primera broma que preparé en el paraíso laboral fue un programita que corría en los MDS-80 bajo el ISIS Operating System y que simulaba formatear uno de los discos duros del servidor central.

Instalé el programa para que se ejecutara en el arranque del sistema el 28 de diciembre. Ese día llegué antes que nadie para controlar las reacciones ante la broma. Estaba merodeando por el laboratorio esperando a que alguien arrancara los sistemas de desarrollo y resultó que dí en la diana: dos de los socios fueron los que arrancaron el sistema.

El programa funcionó a la perfección y comenzó emitiendo una señal sonora antes de aparecer en la pantalla el siguiente aviso:

“Disk error #1, formatting track: 1, 2,...”

Ante este presunto desastre puede escuchar el siguiente diálogo:

- ¡Qué es esto! –comentó uno de los socios palideciendo. -
- No pasa nada nosotros tenemos nuestros programas en el disco #2 –respondió la socia con total frialdad.

Al revuelo llegaron otros compañeros que consternados veían como iban formateándose una a una las pistas del disco duro. Viendo todas las caras de susto de los chicos y que se disponían a apagar malamente el sistema, puse fin a la broma con un <CTRL><C> y quedó todo en risas.

Ahora al recordar esta broma me doy cuenta de que sería inviable trasladarla a estos tiempos. Se ha perdido mucho por el camino, entre otras cosas el humor.

¡¡Ni me menees!!

jueves, junio 11, 2009

El paraíso laboral

Este post forma parte de currando con rojos disponible en versión wiki



Aterricé en el edén laboral el primero de junio. Cuando llegué todos me estaban esperando. Carmela, mi ex compañera de COU, les había puesto al tanto de mi persona humana. Me dieron una vuelta por la empresa y presentaron a todos mis compañeros. Me causó muy buena impresión el ambiente de trabajo.

Así se podría describir cómo era el paraíso laboral en mi primer año currando con rojos:

Ubicación: El espacio, para el que trabajaba

La empresa estaba ubicada la zona de Arturo Soria(1) en un edificio de viviendas con jardín. Ocupábamos la planta baja y el lado derecho del inmueble(2). Los laboratorios, el despacho de los delineantes y la sala de producción se encontraban en la planta baja. En el primer piso estaban los despachos de los ingenieros, en la segunda planta los de los socios de la empresa y en el ático el despacho del director. Los metros cuadrados por persona eran equivalentes salvo el director que tenía un despacho más grande pero con una bañera que le quitaba mucho espacio(3). El mobiliario era igual para todos y todos los puestos de trabajo tenían luz natural.

Clases: Todos proletarios

Allí éramos todos proletarios por lo que no se percibía la opresión de las clases rentistas o hidalgas tan frecuentes en las grandes empresas. El trabajo estaba bien distribuido y todos estábamos ocupados. Tres de los socios que tenían responsabilidades técnicas, mantenían algunos proyectos y se les veía por el laboratorio.

Organización: La célula laboral

No había reuniones. Existía la célula jefe-currito: El jefe te decía lo que se tenía que hacer y el currito podía protestar y blasfemar antes de empezar a hacerlo sin que mediara represalia. Los ingenieros que militaban en el partido entendían mucho mejor el funcionamiento de la célula ya que tenían claro lo que significaba la disciplina.

Relaciones: Hiperconectividad

En las pausas laborales para tomar café o ir a comer se daba asueto a las relaciones sociales. Todos hablaban con todos y nadie se subía a un pedestal para hacerlo. La cafetera estaba en la sala de producción. Allí bajaba todo el que quisiera tomarse un café. La limpieza de la cafetera y la preparación del café correspondía al que la vaciaba. Algunos listillos cuando olían a café recién hecho acudían presto al meeting point antes de que se terminase (4).
Para comer solíamos ir al mismo restaurante y el compañero de mesa era aleatorio y dependía del momento de la llegada. Alguien que observase nuestro comportamiento no sabría distinguir quién era dueño y quién currito.

Actividades extralaborales: La relación más allá del trabajo

Una de las medidas de satisfacción en el trabajo es el índice de relación de las personas cuando finaliza la jornada laboral. Aquí era muy alto: las cuadrillas para tomar tubos, las fiestas en casas de compañeros y todo tipo de reunión que alguno propusiera.
Existía la tradición por parte de la empresa de celebrar una fiesta el 24 de junio. Solo pude asistir a una celebración en mi primer mes de estancia ya al siguiente año se suprimió.
Una verdadera pena porque todas las viandas eran de la pastelería Mallorca y no faltaba el jamón ibérico. Por un día nos sentíamos como satisfechos burgueses.

Tras este escenario de paraíso laboral iré colocando alguno de los personajes que pululaban por allí.

(1) Zona nacional
(2) El lado derecho si se miraba al edificio desde la calle y el lado izquierdo visto desde el jardín. Como siempre hay distintos puntos de vista.
(3) El ático tenía la habítación de matrimonio y cosa de los arquitectos: la bañera estaba colocada dentro de la habitación.
(4) El escaqueo es parte de la condición humana, también se da en los edenes laborales

¡¡Ni me menees!!

miércoles, abril 25, 2007

Risas


Hubo un proyecto en el que me divertía trabajando y en el que siempre teníamos motivos para reírnos. El bajo índice de incompetencia nos hacía muy productivos y el buen humor general limaba muchas tensiones. La mayoría de las crisis terminaban en risas y no dejaban rastro. Cuando nuestro proyecto terminó con gran éxito técnico sufrimos el castigo que se aplica en estos casos y comenzó la diáspora hacia otros proyectos.

Afortunadamente esta diáspora no afectó del todo a nuestros despachos y algunos permanecimos en la misma zona que ocupó nuestro anterior proyecto. Esto nos permitió mantener nuestra relación viva y crear un ecosistema laboral de irreductibles librepensadores. Todas las mañanas tenemos la oportunidad de saludarnos e intercambiar información antes de ponernos a trabajar.

Pero las cosas cambiaron para mal y cada vez se oyen menos risas por nuestro pasillo. En los nuevos proyectos no nos divertimos trabajando y el buen humor, aunque no ha desaparecido, encuentra pocos motivos para manifestarse. Atrás quedaron las bromas del hombre del Calibra diseñadas especialmente para las chicas del proyecto.

Una de las bromas consistía en andar sigilosamente a cuatro patas hasta una mesa de laboratorio en la que alguna chica estaba muy concentrada siguiendo la traza de un proceso y ponerse a ladrar igual que un perro. La víctima pegaba un gran respingo ante las risas del can humano.

Otra broma, de dudoso gusto, consistía en encontrase encima de la mesa un trozo de papel higiénico manchado de una sospechosa sustancia de color marrón. La víctima no sabía a que atenerse y tan solo era capaz de pronunciar epítetos mal sonantes. El hombre del calibra se reía sin decir el secreto de su broma hasta que confesó que la sustancia marrón era nicotina de varias bocanadas de Marlboro expulsadas contra el papel higiénico.

El martes pasado el hombre del Calibra volvió a las andadas y me gastó una broma, pesada, pero broma al fin. Todo empezó cuando a primera hora de la mañana una cucaracha se paseaba por el pasillo, justo en la puerta de mi despacho. El bromista que pasaba por allí me quiso asustar diciéndome ¡Mira, mira tenemos compañía! Como yo no le presté la atención que él esperaba, la cogió de las antenas y la depositó con vida en mi mesa de trabajo. Salí despavorida al pasillo llamándole de todo.

Una vez que se me pasó el susto me dio por reírme. No puedo negar que me agradó ese retorno al espíritu de patio de colegio. Hacía tiempo que no nos reíamos con tantas ganas en el pasillo hacker .

Podrían tomar nota los de Navactiva que van a impartir en breve un Curso de risoterapia .

¡¡Ni me menees!!