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domingo, marzo 07, 2010

El gestor tenebroso


Continuando el culebrón del Management a petición de Noemí. Una historia aliñada con ambición, suerte, dinero, envidia, odio y traición.


El gestor entusiasta necesitaba en su camino para la gloria dotarse de un ejército de tecnólogos capaces de llevar a cabo sus grandes hazañas. Pronto vio que su discurso se debía reforzar con acciones más contundentes impropias de su carácter y creo un staff acorde a sus necesidades. Dentro de este staff, el gestor tenebroso tuvo un papel primordial y se convirtió en el brazo derecho de su jefe.


Al igual que el gestor entusiasta estaba dotado de inteligencia y de ambición pero suplía el liderazgo y el entusiasmo por fundamentalismo y dureza, complementando así las cualidades de su jefe. La vida le dio oportunidades de poder aplicar sus habilidades a todo el que se cruzó por su camino y las siguientes coplillas de Erwin Foskyto dedicadas a él dan fe de ello:


Yo a los despachos subí
Yo a las maquetas bajé
Y en todas partes dejé
Amarga huella de mí.


También inició su carrera por la vía técnica en el mismo proyecto que el gestor entusiasta. Allí alimentó su soberbia con el sentimiento de orgullo de pertenecer a un proyecto estrella. Cuando su proyecto pasó de estrella a estrellado, no volvió a ser el mismo. Mientras que su jefe salía de la noche oscura mediante un año sabático en San Francisco, el se quedó en la empresa rumiando su desgracia, esperando su revancha, alimentando su rencor a los que habían cerrado el proyecto y su envidia a los que continuaban trabajando en su proyecto sin ser en absoluto estrella.


Cuando retornó el gestor entusiasta con sus nuevas ideas de abandono del I+D a favor de innovar integrando equipos existentes en el mercado, inmediatamente las hizo suyas. Lanzaron un nuevo servicio que tuvo tanta demanda que rápidamente se quedó pequeño. De repente estaba en la cresta de la ola y como un Conde de Montecristo liberado del ostracismo, la venganza se le puso a tiro.


Empezó a reclutar al talento existente en otros proyectos con métodos cercanos al lado oscuro de la fuerza. Llevaba a sus víctimas a su despacho sin que sus jefes lo supieran, les hacía ver que su proyecto no tenía futuro mientras que el suyo iba a crecer muchísimo. Les ofrecía la oportunidad de trabajar para él con la condición de que eligieran la gente de más valía de su proyecto, abandonando al resto a su suerte. Sobra decir la calaña de los reclutados por este método.


Su proyecto creció como la espuma y el éxito continuó aumentando su soberbia. Crecido como estaba, con la fiebre de las start-up siguió a su jefe en su aventura de la Internet móvil que terminó como el rosario de la aurora. Fue uno de los pocos supervivientes del naufragio y encontró refugio en el lado más oscuro de la tecnología: el Departamento de Sistemas de su empresa madre. Desde allí siguió haciendo la vida difícil a los que tenían que sufrir los Sistemas de Información. Reinó durante unos años hasta que una reorganización lo devolvió al mercado laboral con el riñón bien forrado por una indemnización.


Ahora es consultor independiente, no sé muy bien de qué especialidad.

¡¡Ni me menees!!

viernes, febrero 26, 2010

El gestor entusiasta



Esta es la historia de un gestor nacido para triunfar, dotado de inteligencia, entusiasmo, liderazgo, ambición y unas condiciones de entorno favorables. Sus cualidades las fue aplicando según las circunstancias y ha conseguido sobrevivir aunque algunos de los suyos se quedaron por el camino.

Los primeros pasos hacia la gloria los dio por la vía técnica. En aquel tiempo se valoraba el conocimiento técnico y se situó como el jefe de proyecto estrella de la empresa. Durante varios años enfocó todo su entusiasmo a darle brillo a su proyecto creando un sentimiento entre sus colaboradores de orgullo de ser uno de los elegidos. Cuando ya llevaba gastados unos miles de millones de las antiguas pesetas y estaba a punto de implantar su sistema hizo su aparición la política y, desde arriba, se decidió instalar, en su lugar, los equipos de una empresa extranjera.

Este primer golpe le dolió pero no le derrotó. Se tomó un año sabático y se marchó a San Francisco, justo en los años en que Internet empezaba a crear expectativas de negocio. Allí sufrió una transformación radical en su modo de percibir la tecnología, llegando a la conclusión de que "ya está todo hecho" y de que "ya no tenía sentido diseñar HW ni SW", tan solo había que tomar lo que ofrecía el mercado e integrarlo.

Volvió a la empresa con su nuevo mensaje ante la perplejidad de los vivían en el mundo del diseño de HW y SW. Con un puñado de fieles convertidos a su nueva religión innovadora llevaron a la práctica sus teorías y desarrollaron un sistema integrando varios "cacharritos" que fue un éxito total y que marcó un punto de inflexión en el acceso a Internet en España.

Llegaron los años locos de Internet y sus teorías se extendieron por toda la compañía. Los diseñadores HW y SW pasaron a ser unos auténticos dinosaurios. Se terminaron los proyectos a largo plazo, el rigor y la paz de los laboratorios. Empezaron a proliferar los proyectos de tres meses, las prisas, el caos, las betas, pero el dinero fluía en abundancia por estos proyectos.

Cuando el acceso a Internet llegó a los móviles creó una nueva empresa y se llevó con él a un puñado de seguidores que renunciaron a la seguridad de su puesto de trabajo cegados por su entusiasmo y liderazgo. Pero en esta aventura soplaron los malos vientos de la burbuja de Internet y la empresa zozobró. Los que le siguieron sufrieron diferente suerte, quedando la mayoría abandonados a su destino.

Pasó la fiebre de las start-up de Internet dando lugar a negocios con menos humo (y humos). Su siguiente destino fue una consultora de IT, más acorde con los tiempos. Allí intentó reclutar gente de su primera empresa y consiguió llevarse un buen puñado pero no fue tan voluntario como en la anterior aventura. Esta vez no fue vencido ni por la política, ni por las burbujas tecnológicas, fueron las luchas internas con otros departamentos lo que le llevaron a su nuevo destino. Todos los reclutados quedaron también expuestos a la intemperie laboral.

Ahora, desde la China, punto neurálgico para la tecnología de futuro, puede estar preparando su advenimiento. Cualidades y suerte no le faltan.

¡¡Ni me menees!!