El niño iba desnudo, no me propongo llamar la atención ni
explicitar lo conmovida que me sentí y lo extremadamente
sensible y buena persona que soy, rechazaré sus palmaditas en la espalda,
tampoco hago
poesía social o de campaña pero
el caso es que el niño iba desnudo, era pequeño tendría unos
dos años y medio o tres,
me tiraba con las manos de la falda y
me pedía dinero o comida en fin,
me giré para mirarle uno siempre
tiene una sonrisa para un niño, o casi siempre.
Tenía los ojos llenos de legañas,
los pies minúsculos y delgados
y yo
me fui corriendo - no podía más
me fui corriendo, no recuerdo haberle
echado unas monedas ni nada parecido, solo recuerdo que
me fuí
corriendo,
que lloré un poco, que después me duché y salí a cenar
a la terraza del hotel, un hotel asqueroso y hablamos de ello
de los niños sobre todo y del olor
del calor abrazándonos como una manta negra.
- es como acercarse a una hoguera -
- es como cuando hace poniente en valencia, pero sin aire-
- es enfermizo- esto hacia el final del viaje
Estábamos aparentemente contentos, compramos
hachís un hachís muy oscuro y divertido,
vimos películas en inglés
hicimos el amor,
hablamos de volver a casa,
yo pensaba en volver
a casa,
en que me sentiría bien al volver a casa,
pero estoy aquí y aunque he cambiado
los muebles de lugar y
tengo todavía quince días de vacaciones para leer,
escribir,
pasear e incluso ir a la playa en bicicleta,
no me siento bien, algo va mal. Realmente
algo
va mal,
y aunque no sabría decir qué es pienso constantemente en
el niño desnudo y pequeño, como una miniaturita viva
agitándose, tintineando con un ruido
como de clavos en una bolsa,
yo voy corriendo
y la bolsa
es mi cabeza.
Cuando el silencio me ahoga, enciendo la radio y me llegan de un planeta lejano voces que apenas comprendo: ese mundo tiene su tiempo, sus horas, sus leyes, su lenguaje, preocupaciones, diversiones que me son radicalmente extraños.
Simone de Beauvoir.
..
El viaje fue para mi un resbalón hacia dentro.
De pronto es, como si me quedara sin sonidos, sólo la cigarra y lo demás
un silencio denso y matemático, un silencio verde de moscas y bocanadas.
Todo lo que recuerdo, después de la enésima calada a un cigarrillo que
no debiera fumar, eres tú y tus ojos llorando en Jaipur
con cuarenta
de fiebre.
El agua en la piscina está
demasiado fría ya en septiembre para alguien como yo,
bostezo y lanzo el cigarrillo contra el césped por cortar,
y todo lo que recuerdo
eres tú caminando por delante de mi,
abriéndote camino entre animales y fosas,
desollándote en el ensordecedor tráfico de Delhi,
salvándome de cien mil atropellos, todo
lo que recuerdo eres tú
y a los niños enfermos, con legañas de colores,
y las estaciones de tren
donde el estómago se daba la vuelta y los urinarios públicos cargados contra
nosotros, al pasar con una aspiración, y es así, lo único,
lo más hermoso, de todo lo que recuerdo, eres tú.
Ahora estoy en el campo, mi padre duerme cerca, un sueño de barrigas y
sobresaltos. No entiende que no quiera
hablar de ello pero es que
quiero olvidarme del viaje.
Claro que, no puedo.
Y no hago más que dar vueltas y más
vueltas y
en la piscina, meto un pie y está helada, helada para gente como yo que
se resfría poco pero cuando lo hace está perdida, que soy fuerte como un roble pero a veces
me vengo abajo y parece demasiado aventurarse y mojarse el pelo
un uno de septiembre, sin saber si mañana
me sentiré mejor, se pasará el mal de estómago, sobreviviré a
mi corazón que pesa con estos mil años de existencia,
sin saber si volverás, si volverás queriendo, y con los perros que ladran y
un gallo cantando a deshora y viendo estas estelas de aviones en el cielo azul con el silencio
tan grande que no deja paso a nada más que no sean mis propios pensamientos
cargados de pieles y barro.
Perdona el mal poema, todo se atropella
y hace tanto
que no escribo...
Por safrika señorita a las 4:21 p. m. 2 pulsaciones
Etiquetas: A partir de hoy
Tormenta de arena
Nos sentamos sobre la arena - hace tanto viento-
había suspendido Paul Weller en el FIB, y nosotros cenábamos calamares
tras un cristal, mientras veíamos la arena deslizarse sobre si.
Después hiciste un comentario sobre el Sahara y la inmensidad,
fumamos algo, abrimos la petaca, yo no bebí porque no
me gusta
el whisky solo.
Con la luz encendida ya en casa, unos chicos que se marchan
del casco viejo miran hacia arriba y acabo de ducharme. Entran aquí con
los ojos y no me importa, mi casa está abierta, mi casa es una gran roca abierta,
- todo va bien, recuperaste la bicicleta robada-
sueño con helicópteros y con escribir en varanasi, una película fina de sudor
en la frente y el escote, es tarde, el viento ha parado,
pienso en Paco y en los astros, en accidentes de avión.
- todo va bien, es viernes y estás más delgada-
no hay enfermedades, no hay pobreza, sólo está este hilo
que te une con el resto, un hilo fino pero resistente, un hilo que estira
de la piel quemada por el sol en vacaciones.
Delhi, Jaipur, Agra, Varanasi. Un hilo y con la gente, Paul Weller no toca
por el viento, ¿qué temes?
- todo va bien, pronto nos fundiremos, hará tanta calor-
-todo va bien, mi amor. No hay nada de lo que
arrepentirse-
sábado, 18 de julio de 2009 | Por safrika señorita a las 2:39 a. m. 7 pulsaciones
Etiquetas: A partir de hoy
A modo de diario fatal.
Yo no sé ser graciosa como Alicia. No tengo esa cosa natural, no tengo mucho sentido del humor. Sigo en mi línea de destruir para construir.
Ahora pretendo adelgazar y bueno, es cierto, he dejado atrás siete kilos y medio, algo equivalente a una garrafa de agua de esas grandes que uno se trae del supermercado, y visto así no es cosa pequeña, pero ahora, en esta noche de viento que viene del mar, ¿hay algo mejor que eso? esta noche, me pregunto, qué hago con este vacío tan vacío y horrible dentro de mi tripa, de mi corazón. La comida siempre ha tenido una función tranquilizadora en mi vida, llamémoslo vía de escape, llamémoslo ansiolítico. Estar sola, una novela que me guste y algo de comer y para qué más, sabes lo que quiero decir. Para qué nada más si esto es la paz, la calma, la perfección del presente extinguido. Ahora que hace un mes que no como nada, absolutamente nada, dulce. Que no como pan, que no como patatas, que no como arroz ni pasta ni nada sabroso, he estado tan contenta de estar más delgada y gritando a los cuatro vientos mis pérdidas, llegando incluso a su anuncio en el facebook (por dios) sin pensar en que, vale, más guapa sí, ¿pero qué vas a hacer con todo este vacío? ¿Lo vas a llenar follando? ¡Ja! ¿Lo vas a llenar haciendo ejercicio y quemándote en un gimnasio? ¿Podrás convertirte en atleta y eso te calmará, te hará sentir un ratito de paz? ¿Crees que alcanzarás cierto estado de relajación si comienzas a practicar la meditación trascendental?¿Podrás, de todas formas, cuando todo esto acabe, terminar? ¡Ohhh! ¡La respuesta querida, es NO! Que no y que no, que esto no va a parar nunca, que pensé que la obsesión por la comida podría sustituirla por la obsesión por la NO COMIDA, esto me parecía algo viable, al principio. Después de treinta y cuatro días mi nivel de frustración va aumentando, esta horrible sensación que no sé de dónde viene, de yonki estremecido y sorprendido en la noche, porque no sabe qué lo que consumía era tan sumamente adictivo y este "me falta algo", que no es exactamente la comida pero que esos momentos engullendo y trangando, podían, de alguna manera, silenciar, y en fin, podría drogarme pero la droga que más me gusta de todas formas da apetito... ¡venga! ¡qué más da! ¡de perdidos al río! pues sí, solo faltaba, encima, dejar de fumar. Un desastre.
Y vengo casa y me lavo la cabeza, una maraña de enredos monumental me pilla desprevenida al extender el champú y después cantidades ingentes de suavizante del bueno. Y no encuentro el famoso peine tenedor que "no te rompe el pelo" y todo es un desastre, yo soy un desastre de mujer, muy desordenada y completamente loca, desquiciada, odio mi trabajo y madrugar y las cosas que se enroscan y odio el aire acondicionado, prefiero sudar, coño, sudar, a eso hemos venido aquí para eso es el puto verano, para sudar, sudarla bien. Qué asco de mundo, joder- le da a uno por gritar cosas así, pero introvertidamente.
Y no me he arrancado la cabeza de milagro con un peine de cerdas microscópicas de abuelo semi-calvo que había por casa y quería arrancarme el pelo y quemarlo todo y he roto el reproductor de cedés del baño por mis santos cojones, con una botella de suavizante de ese verde horrible que venden por litros y que te saca de un apuro, lanzándolo contra el aparato porque total, funcionaba mal y Kiko Veneno (sí, qué pasa!) tartamudeaba contribuyendo a mi locura, y en fin, que a veces todo se tuerce y en realidad la torcida soy yo y necesito un cambio de look un cambio de vida, qué sé yo, un peine nuevo, más orden en mi casa, un pollazo, cualquier cosa que me haga poner los ojos en blanco. Quinientos euros, tal vez una reencarnación.
Luego para colmo moqueando y con las aletas de la nariz en carne viva, expectorando bajo el chorro de aire frío que escupen esos aparatos infernales, he pensado que es muy probable que tenga la gripe A.
domingo, 28 de junio de 2009 | Por safrika señorita a las 11:59 p. m. 6 pulsaciones
Etiquetas: Bitácora
Estaba sonando su teléfono en la habitación de al lado.
Las personas que bailaban trituraban mi energía, mírame, con
una mochila a cuestas, tan cansada de pensar en todo lo que
sale mal.
Por safrika señorita a las 10:30 p. m.
Abandono.
Trece es el número de mi sombra, con los nudillos hechos puré, voy dejándome los puños en las mesas y un astrolabio por muy bien que suene, no es un regalo para mi.
Así que dejaré un reguero de pólvora, todo el camino, hasta
tu casa, con el corazón como explosionando y corriendo una carrera de diminutivos y
heces, hilos pequeños que nos sujetan,
el cuadro con tu rostro- te digo- ahora te pareces más
con el pelo corto, al dibujo.
Tengo miedo y sexo que es rojo y es abierta una nube de algodón para cualquiera
flotan las parejas en el aire con siete brazos y chimeneas negras, las mariposas y
los cabarets se clavan aquí por cuántos años.
Pienso en ti como en arcada y en la nuca el espasmo que se cobra las vidas,
nuestras vidas son risas a medias con los dientes rotos y sin mejillas
sueño que follo con el suicida y que tú mueres en el barro, todas las cosas vuelan en
el aire, un dibujo en el que salimos Rafa y yo, especialmente apreciado, lo veo
alejarse en la tormenta
.
El impulso era reconocer que soy carnívora y soy pedestre, que miro al hombre que
rompía los vasos y qué decir que haría cualquier cosa por, por cinco minutos
borrarte.
Por safrika señorita a las 10:26 p. m. 1 pulsaciones
Etiquetas: A partir de hoy
poesía de irradación del mal. intentos fallidos de recuperación, esquirlas, gilipolleces.
Por ti habría aprendido capoeira, y más cosas.
En el parque un chico que estaba buenísimo la bailaba cerca de mi y pensé en que
por ti habría aprendido capoeira y más cosas.
A veces me siento como un cráter que se invierte, la saliva corre hacia dentro con sus burbujitas. El corazón es un látigo para el brazo derecho,va irrandiándose
por él
como arroz lanzado a puñados.
Mi cuerpo es un extraño con nuevas aficiones, con manías que despiertan y tensión en los músculos cervicales.
Ahora no escribo poesía y no sé que hacer con mis vicios,
fumar y beber,
quedarme despierta hasta tarde y sola, hacérmelo por webcam con cualquiera, retroceder en el tiempo para quedarme entre
los brazos
de Luis.
Todo es ficción que se desmembra, se descuelgan los brazos del teatro que me sujetaba, es como si de pronto
no tuviera otro remedio que ser yo y ya no fuera nadie, el chico cayó por el acantilado, la tierra cedió y Luci se casará, unos van y
otros vienen, mi familia desaparecerá, y Alicia con pancreatitis, y para qué negarlo,
también
me acuerdo de él,
mis piernas se debilitan y el bulto crece inexorable, cuando pienso
en enfermedades, pienso en él y por eso lo recuerdo a menudo,
recuerdo la posición de los labios, la mirada hacia la izquierda, y que dejó
de comerse las uñas porque
yo se lo pedí.
También recuerdo que lo hacíamos sin besarnos, como prostitutas que no acaban
de creerse el amor, y cuando pienso en enfermedades pienso en él,
y pienso bastante en cánceres y úteros y en dolores que se mueven a lo largo y ancho
de mi cuerpo.
Y cuando salen suicidios por la tele, y cuando castran a un gato,
y cuando llueve en vacaciones.
miércoles, 29 de abril de 2009 | Por safrika señorita a las 7:50 p. m. 15 pulsaciones
Etiquetas: Estallido.
Sueño nº 18.723
Otras veces sueño con una enredadera de nombre oriental, y
con los brazos y los ceniceros repletos, me muestro séptica porque
el juicio se me escapa como un melocotón que se pudre, los dedos se
marcan con cierto asco de supermercado, con alquiltran y carros sobre
la fruta,
hay veces que también aparece un hombre bárbaro, y lo vivo con
claustrofobia, una que se piensa, aliviada, pues logré salvarme a tiempo y
sueño con rectángulos y sus manos sobre esos pechos enormes, sus manos
horadando un culo tremendo, mientras una mujer tórtola no jadea, sólo
mira la pared con fotos del viaje pegadas, y él tiene sacos bajo el colchón.
La orientación de mis cosas tiene poco que ver conmigo, ¿qué son estas
prolongaciones falsas? A veces recorro nuestra historia con tan poca
delicadeza, imagino el último día atado con cordeles rojos y papeles, tendrás
que decirme adiós porque una mujer tórtola vuelve de esperarte, y mientras tocas su
culo
yo retrocedo cuatro pasos, sólo cuatro, lo justo para poder volver a
casa, mientras llueve y poner un disco.
Te vas tan rápido, y llegas a tu nuevo
domicilio
(otra mujer, otra decoración)
con los zapatos mojados, pisoteando
las
alfombras.
jueves, 2 de abril de 2009 | Por safrika señorita a las 9:45 p. m. 5 pulsaciones
Etiquetas: Estallido.
Formentera - Fotografías mentales-
La oscuridad negra tan negra como, sí, la boca de un lobo. La mano y la confianza ciega. Fue bonito, un minuto largo y trenzado en el ombligo en busca de la linterna.
Lagartijas verdes cruzándose todo el tiempo en nuestro camino, daba pena caminar por no pisotear las flores y las hileras de hormigas. Cosas que aparecen como por encanto.
La ceja con el destello blanco. El bello gesticular de otro. Los miro como se miran unos bellos ejemplares que proteger de la extinción. El mar de fondo, y nosotros sobre las rocas.
Urbanitas con la tez roja, porque el sol nos ha dado un poco, de pronto tenemos mejor aspecto, parece que todo va a ir bien, que nos iremos lejos y olvidaremos aquello para lo que fuimos programados. El aislamiento en esta lista no tiene nada que ver con lo grave que parece en la ciudad, donde en realida casi nunca te cruzas con alguien.
La puesta de sol y el gran perro negro que nos siguió durante más de una hora. Al galope con , junto a las bicicletas como un enorme caballo salvaje
La puesta de sol verdadera, nada más que eso y nuestro silencio cómplice. El perro jadeando se tumbó sobre la roca, las olas golpeándola. Un barco imprimiendo la silueta negra sobre el mismo sol.
Dormir y no escuchar nada, sólo el leve murmullo de la radio en la otra habitación.
Me gusta recordar el tacto y otras cosas, no puedo sacarme de la cabeza la belleza y el cabello despeinado por la noche viendo una película de terror.
Tan fácil como extender los hilos.
El olor de la perra después de revolcarse en las algas. Los barcos, la ropa ordenada en el armario.
martes, 24 de marzo de 2009 | Por safrika señorita a las 10:30 p. m. 5 pulsaciones
Azucarillos
Yo soy el propio dibujo, emborronándose con la gota y la otra gota, la rabia
es un perro gigante, nuestro amor es viejo y ya no suena a viernes.
El castigo toma formas perennes,
construirme una y otra vez qué hago si no eso,
construirme una y otra vez con retazos que se van, sí, desvaneciendo, con
la gota, con la gota se van.
Las puertas del muro azul abiertas, los vecinos pasan, me gusta mucho estar sola, es decir, no estar rodeada de gente desconocida, prefiero que no pase nadie por la calle estrecha en la que escribo, este bar me encanta, con sus sillitas de madera y sin tráfico, con el árbol gigante cerca, mucha gente viene a tocar su tronco, son muchos años, por cosas de la energía cósmica y demás. Pero afortunadamente pasan rápido, no es necesario mucho más, el tacto de la madera húmeda reconforta en unos segundos, y pese al cabello naranja extremo paso desapercibida, o eso creo, no me importa, de todos modos, estoy de espaldas.
Romperse es sumamente difícil, en realidad lo es tanto como fácil, tal vez se trate solo de que el momento sea el oportuno y todo se vendrá abajo en una catarata marrón y enorme.
En estas fechas, pedir un mínimo de silencio en esta ciudad es imposible, un niño bastardo está tocando no sé qué pito estridente en la plaza, el eco llega hasta aquí.
¿Qué es esto? ¿Una ofrenda a modo de diario? ¿Una pataleta incombustible? Se deshace en mis manos la coherencia y el nudo que tengo vuelve a mi garganta otra vez, siempre parece que quiere quedarse para siempre. Luego es expulsado, o reducido, agazapado en alguna parte va a volver como vuelvo a alimentarme mal por muchos propósitos de enmienda que haga.
Lo de la sangre y los periódicos me enferma sumamente. Lo de la sangre y los periódicos, lo de los hombres empinando el codo en congresos y ferias de restauración. Y las mujeres que son como colchonetas con botas y maquillajes y oro.
El arte es inconmensurable y fugaz, pasó por mi una pluma extraña y azul, pasó y no vuelve, me siento nada. Me siento como nada, nunca hice nada con un propósito, solo el de pasar mejor el día, ahora me encuentro con la imposibilidad de hacer algo nuevo de lo caduco e inverosímil.
Miras a la chica gorda y con turbante (menos gorda que tú en todo caso) te gusta su naturalidad y su dentadura, te gustaría mirarte y ver lo que ella ve. Desgraciadamente, somos ésta, y no otra.
La carne en el asador es lo que haría falta, haría falta eso y follar, follar mirándose a los ojos, lo que se suele llamar hacer el amor pero con palabras guarras y oídos atentos.
La policía nacional ha pasado por aquí con sus motos mientras yo deliraba histriónica hablando por teléfono, gesticulando con un porro en la mano. Estoy de espaldas (ya lo dije) así que no los vi venir. El primero redujo la marcha y se giró, mirando mi mano, que yo seguí de todos modos moviendo, sólo que esta vez con cuidado de que se fijara en la parte marrón de la boquilla donde pongo el cartoncito, una forma como otra cualquiera de hacer porros, pero que pasa a veces por un cigarrillo si no se tiene mucha vista. El policía no tenía mucha vista, o es que ha decidido no tenerla. Escribo, bebo café y fumo en una calle peatonal por la que no pasa casi nadie. Estos paladines de la justicia, estos vigilantes de la ley y el orden, me resultan antipáticos aunque tengan buenos culos. Mi naturalidad manifiesta a la hora de esgrimir mis pequeñas banderitas cotidianas, me ha librado de una multa y del mal trago, que al fin y al cabo lo es.
Mi bulto debería verlo un médico. A veces creo que moriré por indolencia. Es muy probable.
Mi mundo se hace pequeño, muchas veces es una miniatura que chilla sin que nadie la oiga. Soy un garbanzo en el universo, un garbanzo en mi ciudad, un garbanzo de todas formas en mi calle y en mi casa.
Es tarde, las manos se me quedan heladas, estoy esperando que tus labios rocen los míos con algo parecido a la casualidad. El corazón me latía tan rápido en el patio, de verdad pensé que iba a hiperventilar y desmayarme.
jueves, 5 de marzo de 2009 | Por safrika señorita a las 11:43 p. m.
Etiquetas: Estallido.
Divagación.
Necesito sentirme fuerte, utilizo todas esas complicadas contraseñas
para el correo electrónico y páginas de contactos, reordeno las prendas
por tipos y frecuencia de uso, necesito y tú lo sabes
sentirme tan fuerte.
Trato de tener sueños lúcidos, ahora que no escribo apenas
y que lo poco que hago, lo hago pasando de puntillas por el mal.
No sé, no pretendo nada,
necesito reaprender el vahído de la escritura, que me de un poco igual, caer
dentro de ella que
apagues la televisión, que terminen las fiestas, tener las gafas, tal vez este fracaso
se deba también
a una visión deficiente.
A los ángeles les suenan las tripas, nada de viejas arpas,
el abuelo no me mira pero está riéndose con ese hueco
en las encías recostado en el sofá, en la pantalla,
y la primavera está llegando, el amor
flota en el aire como un globo de gas y pulsaciones,
mi memoria es una cadena negra y por las noches sueño también
sin darme cuenta, con palacios de zirconita y peleles con penes pequeños
y contigo, amor, mi legendario amor, en los calabozos de la ciudad, rodando como
ruedan las piedrecitas pequeñas en verano haciendo daño en los pies,
en junio todavía tenemos las plantas
delicadas y siempre hay un dolor,
Ismael tiene varios, nosotros sabemos mucho de las personas, las
vemos venir, y sigo soñando con cráteres y perlas, con chicos que pierden la
cabeza, dilapidan sus fortunas, se despeñan como
cabras montesas y afortunadas, pobres pero aún ilesas
sus ojos saliendo de las órbitas mientras
corren por el arcén de
la nueva autopista.
*
Me siento fuerte con enredaderas
y cosas complicadas que hacen el entramado más
resistente.
Por safrika señorita a las 11:17 p. m.
Etiquetas: Estallido.
Palabras.
Luego está la sangre, de pronto resbalando por el muslo, líquida y rosa, y el cabello de un naranja eléctrico, y él diciéndome que esta tarde puedo ir a comprarme todos los trapitos que quiera. Sonrío y me hago pequeña, en el espejo sólo soy un insecto pedante, los problemas de cervicales hacen que me maree, sobre todo cuando miro hacia arriba, ahí arriba está nuestra colección de cómics. Escribir como ejercicio inútil cuando ya parece que tu vida está precintada, un sueño vago de algún imbécil en algún lugar podría ser más interesante que contar ladrillos en la fachada de enfrente o comprar carne picada y compresas, pretender ir a la inauguración de una librería justo en la calle de atrás, cruzarme con el yonki del brazo roto y saludarle.
Miro su autorretrato justo enfrente de mi, mientras escribo sus ojos bélicos van acariciando mi nariz, podría decirle que en mi enfermedad hay canciones muy bonitas, que harían llorar a las princesas, y también que he desperdiciado mucho tiempo, escribiendo sin contar nada concreto, fotografías mentales deshechas en en palabras, desmenuzadas torpemente, no hay nada más que eso, torpeza, y que me gusta, me gusta la carne cruda, no mentía en aquella entrevista, ¿no es horrible? Que me guste, quiero decir.
Fumo por toda la casa, dejando aquí y allí mi ceniza esparcida como cagadas de paloma, abro las ventanas y hace frío, un frío pequeño y que precede a la primavera.
Hago ejercicios para desatascar el embudo de mis palabras, derrocharlas siempre fue lo mío, no sé qué está pasando.
Por safrika señorita a las 10:03 p. m.
Vertebral
Me sentí ridícula con el vestido retro en ese lugar. Un bar de jazz para puretas y pijos, la banda no estaba mal, de todas formas los temas elegidos no eran de mi agrado. Y sentada en ese taburete tan pequeño... una mujer enorme sentada en una sillita para enanos o viejos entrenados en el gimnasio, o para gente que hace yoga, de estilo espiritual. Yo hice yoga una vez, pero ahora tengo la espalda bastante destrozada, estuve cómoda veinte minutos, el resto fue una tortura china y estúpida. Ahora estoy en casa escuchando música brasileña, fumando. En la calle hay mucho jaleo. Me gustaría estar por ahí, bailando, sentirme bien aunque sea embutida en un vestido retro (que, todo hay que decirlo, habrá sido muy criticado por el ala gay del grupo.) Bien. Me he puesto un cubata con Chivas que es lo que había en casa, restos de la pasada navidad, todo un sacrilegio para puristas de las tonterías. ¿Harán estas cosas que concluya una historia de amor? Mis piernas regordetas y el carmín dolido, estropeado y fugaz. La piel con esquelitas de todos los muertos, el pasadizo de la garganta, vienen de ahí algunos monstruos, muchas zorras y un calor que no es humano, ¿harán estas cosas que se acabe el amor? ¿Somos en realidad tan poco egoístas o barremos todos hacia donde nos conviene?
¿Puede el dolor de espalda destruir una pareja?
Por safrika señorita a las 10:00 p. m.
3.
Cuando aspiras y mantienes el cinturón abrochado, siempre un agujero más
como si sentirse apretado fuera una forma, como otra cualquiera,
de asirse al mundo.
Un regalo en una revista mensual, y saltas con gafas nuevas, te empeñas
en que te interese, de algún modo, la cosmética y la moda, en realidad es
ser otra persona, con la piel lisa y algún modelo apropiado para cada ocasión,
una suerte de famélica hembra, que empieza por hacerse valer en el mundo
de la literatura y los recitales performance.
Después está que no te aclaras, te miras al espejo y ves belleza, y te miras y ves
un monstruo extraño, una cara deformada, un vientre hinchado y la maldad.
Y el asesinato.
Por safrika señorita a las 9:57 p. m.
2.
Juntas las manos mirando a la luz, expones la cara, un somnoliento perro de angustia, van ahí las tardes de lluvia, tú, pensando, estresado, en canciones tristes te revuelves el pelo una mejilla hinchada la resurrección de la carne en tu motor de riego, escampa la luz, sortea un pasillo un vehículo y esta vena, el amor en el aire, un signo de extravagancia, por ejemplo,
sería caer y no
levantarse.
Por safrika señorita a las 9:55 p. m.
1.
La frase preferida de algunos es: ahora no es buen momento. La frase preferida de otros es: todo llegará. El aire aquí es muy caliente. No me gustan los hospitales ni los centros de salud. Se respira cierta gripe, la soledad de los abuelos, las gafas usadas en contenedores de material contaminante.
Hay momentos en que para mi, esto se ha convertido en nada. Quiero decir, es como si hubiera desaparecido la capacidad y también la necesidad de hacerlo. Prefiero fumar y mirar por la ventana, el patio interior con juncos y palmeras donde fuman unas enfermeras. Una da una calada profundísima y se sujeta la chaqueta con la otra mano, cerrándola. Hoy hace más frío.
Por safrika señorita a las 9:50 p. m. 6 pulsaciones
La risa de la chica, que se balancea en un hueco, el diente perdido y el vestido
viernes, 27 de febrero de 2009 | Por safrika señorita a las 8:12 p. m.
Etiquetas: Estallido.
Esta noche
Esta noche
estaría bien
vacíar en la boca el grito
y tal vez
una caja de myolastan con dos
docenas que
guardo
para las
emergencias
emergencias
musculares.
Esta noche
estaría bien
cerrar los ojos y masticarse uno,
reconocerse en alguna estrella
a ser posible
de cine y verse bien en una foto
para
variar.
Esta noche
estaría bien
levantarse de un salto y mirar por la ventana
el mundo encendido,
revolcarse por
última vez en algo más
que en ceniza,
estaría bien acostarse despacio,
en compañía.
Esta noche
estaría bien
dejar de quejarse, ordenar los discos,
repasar mentalmente la belleza,
pero me siento muy solo,
y aunque no es excusa sólo tengo
ganas de
cobrarme
- con malos modos-
todas las deudas que tengo
conmigo mismo.
Por safrika señorita a las 8:02 p. m. 9 pulsaciones
Etiquetas: Estallido.
Es tremendo, cómo llovió este mediodía, corrimos con el periódico bajo el
impermeable, no se nos mojó mucho
el pelo, corrimos, mirábamos al suelo, eso hacen las personas, cuando llueve
mirar
al suelo.
Los adoquines son terribles para estos zapatos tan planos, y es como si
viera una lechuga en tus brazos , en una bolsa de papel marrón y tu pelo
mojado sobre la cara, unos mechones pegados a la frente, esas cosas
como de video clip.
Una gota resbalando, despacio, hasta desprenderse.
Después en casa tuvimos que poner al sol cosas mojadas, que goteaban
hacia la calle y me encantaba pensar en que caía sobre las parejas que
pasaban.
Son tonterías y a veces cosas necias, esta belleza al trasluz cuando es por la
tarde, las motas de polvo y los pelos del gato, conformarse con el estallido
y la paciencia, tener hambre muchas veces, casi siempre.
En la calle ya empieza el sábado con sus megáfonos y
en algún lugar una chica se araña las piernas con hierbajos, algunos viajan en
avión otros hablan al micrófono, dan los goya,
tuve una pataleta hace media hora y voy a hacerme
la cena.
sábado, 31 de enero de 2009 | Por safrika señorita a las 10:51 p. m. 7 pulsaciones
Etiquetas: Estallido.
Por qué no escribo
Cómo era la cosa, ah, era así, nos cogíamos de las manos y
violábamos el azul y el azul y el azul impulsándonos hacia arriba.
Después conseguíamos recordar el salto y su ingravidez sentados
en el sofá cama del salón, bebiendo ron miel comprado en una tienda
de comercio justo pero no nos daba el pecho para tanto.
Recogí los pedazos de todos mis amigos mientras en el piso de arriba
empezaban la mudanza y arrastraban muebles (una pesadilla como otra
cualquiera) - recogí uno a uno los pedazos de ellos y los lancé por el balcón que da
a la plaza del árbol, los lancé como se lanza un sueño triste fuera
cuando has despertado y hace sol pero pese a todo no puedes sacarte de la cabeza
todo ese desbarajuste de medias tintas y recelos.
Escribo poemas muy malos, de todos modos no importa, trato de volver a hacer esto
sintiéndome feliz, trato de recordar mierdas y más mierdas para que aflore pero supongo
que soy feliz y algo falla para mi - no hay literatura con este nivel de endorfinas-
qué le vamos a hacer.
jueves, 29 de enero de 2009 | Por safrika señorita a las 4:42 p. m. 3 pulsaciones
Palabras que no nos gustan.
Dime tus palabras odiadas pinchando aquí, voy añadiendo las que me enviais.
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