La definición de violencia es conocida por todos y es la siguiente:
La violencia se define como todo acto que guarde relación
con la práctica de la fuerza física o verbal sobre otra persona,
animal u objeto originando un daño sobre los mismos de manera voluntaria o
accidental.
El elemento principal dentro de las acciones violentas, es el uso de
la fuerza tanto física como psicológica para el logro de los objetivos, y en
contra de la víctima.
El uso de la violencia tiene por objeto dominar o imponer y es
catalogada según el ámbito en que se use:
Violencia en la comunidad, institucional, familiar, docente, laboral,
feminicida, física, psicológica, patrimonial, económica, sexual...
En la sociedad española del siglo XXI, la violencia debe de ser
siempre censurada y en algunos casos reprimida conforme a ley, no a la razón.
La ley es objetiva, la razón subjetiva. No es lo mismo tener la ley de
tu parte que la razón.
La ley está escrita, aprobada y debatida por los órganos
correspondientes y los jueces deben exclusivamente aplicarla y en los casos que
se determina en la misma graduarla.
La razón, al contrario es subjetiva. Cada uno tiene la suya. Es la materia
prima mejor repartida del universo. Todo el mundo tiene suficiente y si falta, te
cargas de más razones.
La ley debe ser justa,
proporcionada y como fin supremo, facilitar la convivencia social.
La razón tiene como objetivo justificar tus actos, no facilita la
convivencia social y es la desencadenante de acciones violentas.
Llegados a este punto, en la Catalunya de abril de 2018 y con dos
bandos irreconciliables, la violencia política está presente en el día a día. Negarlo
no sería prudente. Pasas, de tener razón, a ser un payaso patético que
desconoce la realidad en que nos movemos.
¿Pero qué tipo de violencia política hay?
Violencia política verbal !Si¡ y ha estado organizada e impulsada.
Y baste un ejemplo: ¡España nos roba!, ¡a por ellos!...
Violencia política Social ¡Si!
Se han aprovechado todo tipo de actos multitudinarios para
descalificar al que no piensa como nosotros.
Violencia política física ¡????!
Aquí se debe tener en cuenta, que para que ésta se de, es imprescindible
que se den primero las anteriores: que el contrario sea denigrado, que la
empatía social en amplias capas de la población desaparezca, que las desgracias
e incapacidades sociales se identifiquen claramente con el adversario, que pasa
a ser enemigo de todos los que nos consideramos ser buenos, que tenemos razón y
además estamos amparados institucionalmente.
Nace la épica, los slogans irreductibles y la violencia física
Aquí debemos tener en cuenta que la violencia ejercida por el estado
no cuenta, al estar amparada por la ley y no debe tener como objetivo opciones
políticas, sino utilizar la violencia para evitar la violencia.
La violencia ejercida individualmente tampoco, al no estar organizada
e impulsada por nadie y ser sus receptores personas individuales y no
colectivos.
La última ley que aprobamos para combatir el terrorismo, no dejo claro
qué tipo de violencia es necesaria para que se den ciertas acusaciones muy
graves.
En otros países, no se deja al juez esta interpretación, sino que
figura en la ley.
Si queremos homologarnos con
ellos, cambiemos la ley, sino entraremos en caminos autárquicos, que tanto nos gustan, porque siempre tenemos
la razón y es más fácil matar al mensajero que recapacitar y enmendar.
Si después de esta chapa reflexiva, en voz alta, no le queda muy claro
esto de la violencia, le invito a ver la película suburbicon, dirigida por
George Clooney e interpretada en sus papeles principales por Matt Damon y
Julianne Moore.
Abstráigase que son negros y blancos y sitúelo en un ejercicio mental,
en una distopía en la Catalunya
actual, con Tabarnia y Tractoria nítidamente definidas.
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