sábado, 4 de diciembre de 2010

ES OTOÑO Y NO LLUEVE


MENCION ESPECIAL: TESTIMONIO HISTÓRICO.

Es otoño y no llueve

¿Por qué si todos vivimos bajo el mismo sol, existen lugares donde la tierra abre las puertas al infierno?- Me pregunto una y otra vez cada día de mi breve existencia.

Un desafortunado accidente trajo la tristeza más grande que pudiera existir para enturbiar mi llegada. Mamá me ha tenido sola, mientras mi padre se halla a setecientos metros bajo tierra.

Desde que llegué a la vida hace unos días, tengo una cita en la explanada de la mina. Han instalado un campamento llamado Esperanza.

Se escucha el murmullo del viento. El tiempo pasa lentamente. Y sube el primero. Se oye un gran revuelo de voces. Y van llegando uno detrás de otro, así hasta el número 33. ¡Él! Sí, creo que es mi padre. Mamá me arrulla contra su pecho, y su corazón empieza a latir con fuerza, entonces he creído verte llegar despacio con ese andar de los que están cansados.

Al vernos nos abrazas a todos, hasta mí llega el olor a sudor, a carbón de la vieja mina.

Es una tarde de otoño, esas que los pintores aprovechan para dar luz en una ocasión especial. Y como esperando la luz más adecuada para pintar esa escena, ahí estás tú como el caballero que baja de su caballo para salvar a la dama.

Me coges entre tus brazos y te escucho susurrar mi nombre. “Esperanza”.

En el lienzo el pintor puede dibujar la escena, tus manos encallecidas tomando la mía, como pintado con prisa. Y pienso en cómo se podrá dibujar, cuando la vida te da la oportunidad de vivir de nuevo.

La respuesta viene difuminada a través del humo negro y el polvo que delata al fondo la vieja mina. Hoy no llueve, sin embargo en mi rostro percibo una sensación fría… miro hacia arriba y observo que son las lágrimas de mi padre. ¡Yo también, te doy las gracias por haberte conocido papá!

4 comentarios:

  1. Lucía,
    Un bonito ejercicio. Te ha salido de lo más natural.

    Abrazo

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  2. Gracias por tu comentario. Es un placer saber que alguien me lee y no estoy sola por aquí. Un beso.

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  3. Te confieso que cuando comencé a escribir "La última puerta" dudé con el tema que debía seguir. En un primer momento pensé en hacerlo sobre la mina de Chile, como tú, pero al final me decidí por el que ya concoces. Tu relato me parece muy bonito, ha sido emocionante leerlo.¡Y volvemos a estar juntas! Un beso

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  4. Eso parece Paloma, que acabamos el año con una sonrisa e ilusión para comenzar el año próximo. Un besito.

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