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Con Humala al 31.3 % y Keiko al 23.2 % las posibilidades de alcanzar los dos tercios de votos nulos y viciados para revocar una elección (según ley) en una segunda vuelta, son prácticamente imposibles. En este negro panorama sólo nos queda elegir entre quien representa el cáncer, el sida y la lepra: Keiko Fujimori; y quien representa a una fiebre de 43 grados, gripe A, cólera, TBC, broncopulmonía fulminante: Ollanta Humala. El voto nulo o viciado en este caso será sólo un acto de honor, una lavada de mano a lo Poncio Pilatos o quizás un acto que los analistoides llaman “corrección política”. Aún así, digan lo que digan (especialmente esos aduladores del sachacapitalismo que a último momento claman desesperados por un voto-protesta para el 5 de junio) ahora más que nunca el no voto o el voto político de rechazo significa también el rechazo a un sistema decadente que no acaba de podrirse.
No obstante, para los que insisten en creer en la trampa democrática y conservar una cabeza de ánfora, hay que recordar que los dos que pasarán a definir quién se queda con el trono de Pizarro (ese inodoro infeccioso acostumbrado a las nalgas del tirano) tienen un voto de resistencia; pero las líneas de fuerza y las cercanías de programas e “ideología” (esta palabrita es sólo un cumplido) hacen prever que los que votaron por PPK, Toledo y Castañeda Lossio endosarán su voto a Keiko, la hija del ladrón asesino, consumando el negro plan de la derecha vendepatria para seguir medrando sobre las espaldas y el trabajo del pueblo, y continuar con el socavamiento histórico y el moledor de carne iniciado hace 500 años.
La posibilidad de que el reptil Alberto Fujimori, a través de su engendro Keiko, vuelva a gobernar este corral de chanchos no sólo significa volver a dispararle a los asesinados en La Cantuta o Barrios Altos, o volver a echarle cal a esas 6 mil fosas comunes (cuyos cadáveres siguen brotando de la tierra señalando con el dedo a sus victimarios) o volver a premiar al grupo Colina o devolver a sus cargos a todos esos homúnculos farsantes que desde esa cloaca congresal decían que los cantuteños se habían autosecuestrado o cuando se les ponía a investigar los chuponajes telefónicos no encontraban nada y nada sabían porque ellos mismos eran parte de toda esa vendetta en que se transformó el país con aquel chinito montado en un tractor que nos prometió honradez-tecnología y trabajo, y nos entregó crímenes de lesa humanidad, corrupción, robo, expoliación de las arcas del Estado, castración masiva, colegios de cartón que se caen a pedazos, y más mierda para seguir nadando en la misma mierda en la que estábamos y en la que estaremos si volvemos a elegir a un Fujimori.
El 5 junio, día de la segunda vuelta, se tendrá que votar con papel higiénico en la mano.
Nosotros seguiremos manteniendo la misma línea.
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