Pues nosotros, al sentir, nos volatilizamos, ay,
nos disipamos en aliento, hacia fuera: de ascua en ascua
damos más débil olor.
Y a los que son hermosos,
¿quién los retiene?
En su rostro, incesantemente hay apariencia
y se escapa.
Como rocío de la hierba mañanera,
se levanta lo nuestro de nosotros,
como el calor de un plato caliente.
Oh sonrisa, ¿adónde vas?
Mirad ahí arriba:
nueva, tibia ola del corazón que se escapa...;
¡ay de mí!: eso somos sin embargo.
¿Sabe a nosotros el espacio
del mundo en que nos disolvemos?
R.M. Rilke,
domingo, 31 de marzo de 2013
sábado, 30 de marzo de 2013
los verbos incapaces
me encanta este baile de verbos
Ellos conmigo me dices callan
pero ayer no contarán hasta diez,
sino con mil doscientas respiraciones apagando
que van y mato a pocos en verbos
dislocados; la paz dijiste y eran
miedos que se disfrazas de gerundios,
montan los adverbios un círculo vicioso en
las esquinas de la razón pillaste al vuelo
deshojada que no calmó tus piernas
y pensé, su movimiento altera en otras,
visto de lejos tu aspecto multiplico por otros
lo lejano. Yo tenemos pluma,
tú no tiene nada de ti, porque no saben.
¿Vemos? El tiempo sólo existe conjugado
por incapaces cabezas de presente.
Hay un error:
el tiempo no sucedo, somos
quienes amarillean, perdemos pie, caeremos
muertos, extintos de penas no bebidas.
El tiempo era, son, el transcurso de nuestras dimisiones,
consecuencia.
Nada nos pasa, no hay horas asesinas:
mataron la inacción, tus dedos mata inmóviles,
se congelo.
Por eso la música, que siempre me pasó,
rejuvenece.
isabel urueña (poeta y compositora)
Ellos conmigo me dices callan
pero ayer no contarán hasta diez,
sino con mil doscientas respiraciones apagando
que van y mato a pocos en verbos
dislocados; la paz dijiste y eran
miedos que se disfrazas de gerundios,
montan los adverbios un círculo vicioso en
las esquinas de la razón pillaste al vuelo
deshojada que no calmó tus piernas
y pensé, su movimiento altera en otras,
visto de lejos tu aspecto multiplico por otros
lo lejano. Yo tenemos pluma,
tú no tiene nada de ti, porque no saben.
¿Vemos? El tiempo sólo existe conjugado
por incapaces cabezas de presente.
Hay un error:
el tiempo no sucedo, somos
quienes amarillean, perdemos pie, caeremos
muertos, extintos de penas no bebidas.
El tiempo era, son, el transcurso de nuestras dimisiones,
consecuencia.
Nada nos pasa, no hay horas asesinas:
mataron la inacción, tus dedos mata inmóviles,
se congelo.
Por eso la música, que siempre me pasó,
rejuvenece.
isabel urueña (poeta y compositora)
miércoles, 27 de marzo de 2013
un robado
algo
no sé el qué
algo como quien dice casi nada
muy leve
tibio
algo que no me apalabre con la palabra
ni con la huida
ni con el tiempo
apenas algo que acontezca
a la deriva
sin dolor
abriendo un surco en cada cuerpo
transido de opacidad
albaceresrodrigo
no sé el qué
algo como quien dice casi nada
muy leve
tibio
algo que no me apalabre con la palabra
ni con la huida
ni con el tiempo
apenas algo que acontezca
a la deriva
sin dolor
abriendo un surco en cada cuerpo
transido de opacidad
albaceresrodrigo
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