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sábado, 16 de mayo de 2009
la sexualidad en la tercera edad
La sexualidad en la tercera edad va declinando al compás de los años y de las distintas enfermedades. El enlentecimiento de la repuesta sexual ocurre en casi todos los hombres después de los 40 años, aunque no es un signo inminente de impotencia. Muchas mujeres lo consideran conveniente puesto que se reacomodan a una respuesta más lenta propia.
Un proverbio castizo dice: EL HOMBRE MIENTRAS PUEDE Y LA MUJER MIENTRAS QUIERE, la relación mutua del matrimonio cambia con los años, pero permanece hasta edades avanzadas, y se mantiene dentro de los limites que le impone la ética personal.
Patologías que afectan el árbol vascular, como la diabetes o la hipertensión y ciertas demencias como la consecuente al alcoholismo o mal de Alzheimer deterioran también la funcion sexual.
Recordemos un texto de Miguel de Unamuno en sus Obras Completas que dice: CUANDO JOVEN, AL POCO TIEMPO DE CASADOS CADA VEZ QUE MI MANO ROZABA LA PIERNA DE MI MUJER, TODO MI CUERPO VIBRABA. HOY DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS, NO SIENTO PRÁCTICAMENTE NADA CUANDO TOCO SU PIERNA, PERO SI SUFRIERA UNA ENFERMEDAD QUE OBLIGARA A CORTÁRSELA, LO SENTIRIA MÁS QUE SI FUERA MI PROPIA PIERNA.
Asi podemos ver que cuando todo se desintegra alrededor de la pareja de ancianos, la permanencia de esta, ofrece seguridad contra la enfermedad o el desamparo.
El anciano no es un ángel que está en etapa de perfeccionamiento para el más allá, tampoco es un ser carente de sexo, busca el olvido de su soledad en el contacto con el otro, en el amar y sentirse amado.
Mantener una vida plena en este rubro, significa conocer y estar al tanto de los cambios fisiológicos que suceden, aceptar que son cambios y no enfermedad y que son inevitables. La calidad de seductor del anciano/a va disminuyendo con los años, pero no impide que este intente ejercerla con su enfermera o asistente geriátrico. Por su parte el asistente geriátrico debe tomar conciencia e interpretar que ese anciano es una imagen actual de su futuro mediato
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