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22 diciembre 2017

Cataluña: ¿Y ahora qué?

Ya se han celebrado las elecciones. Ya están los resultados definitivos. ¿Y ahora qué? ¿Qué ha cambiado? Sí, hay cambios cuantitativos importantes si observamos los datos de los distintos partidos. Sin embargo, si el problema mayor era ver si resistía el independentismo, el resultado ha sido claro: SI.

El bloque independentista ha conseguido la mayoría absoluta de escaños, y le sobran dos. Todo ello a pesar de que la CUP ha obtenido un resultado malo, pero JxC y ERC pueden, incluso con la abstención de la CUP, alzarse con la investidura.

¿Dónde están todos aquellos que querían hacer desaparecer de un plumazo a los independentistas? Como muchos otros decíamos la fuerza del independentismo no desaparece con actuaciones represivas, sino dialogando, haciendo política.

Es verdad que ha ganado Ciudadanos con holgura, pero también es verdad que esta candidatura ha sido la que más rechazo ha tenido desde los demás partidos. Y estaba claro que las posibilidades de que Inés Arrimadas fuera Presidenta eran nulas, incluso ganando, como ha ocurrido.

Si después del 155, de la represión del 1 de octubre, de la masiva intervención mediática antiindependentista, de una justicia al servicio del gobierno central que ha encarcelado preventivamente a políticos, de la marcha de las empresas, el independentismo tiene mayoría absoluta, alguien tendría que pensar que las medidas represivas no han servido y habrá que pensar en otras. Aunque no lo reconozcan

Ciudadanos se encuentra en la gloria, y hay que oírles hablar, parece que ya han solucionado el problema del independentismo al haber ganado, absolutamente falso.

Qué decir del PP, que casi desaparece del espectro político catalán, después de estar todo el día diciendo que ha solucionado el problema. El hecho de haber atacado desde el Constitucional, después de aprobado, el Estatut en 2010, haberse pasado siete años mirando a otro lado y sin querer dialogar, y haber aplicado en el último momento medidas represivas que han violentado los derechos humanos, han pasado factura al PP, que, sin embargo, si escuchamos sus declaraciones, parece que no ha pasado nada. No sé si están ciegos o es que la ira les hace estar en el país de Nunca-jamás.

Por cierto es de notar que también ha influido su candidato, el xenófobo Albiol que ha visto cómo el PP ha sido expulsado en las urnas de Cataluña. Baste el ejemplo de que en Badalona, donde el exalcalde obtenía mayoría, en estas elecciones ha sacado un 8%.

El PSC con el efecto Iceta, a pesar de haber subido un escaño, también ha sido comido en parte por Ciudadanos y no ha conseguido poder optar a gobernar.

También CeC ha obtenido malos resultados, tres diputados menos. Y es que en un país donde sólo se hablaba en blanco y negro, los grises han sido sepultados.

Desde luego, el bloque del 155 ha fracasado profundamente, esa intervención no ha servido para nada salvo para demostrar que la represión ha sido una espoleta que ha mantenido las ansias independentistas casi intactas. A lo mejor habría que cambiar de táctica. Aunque con estos actores parece que será difícil.

¿Quién hace sentarse a dialogar a Rajoy, cuando sigue diciendo que sólo se puede actuar dentro la ley? Naturalmente la ley la impone él, que con recovecos se la salta cuando le conviene y que no ha entendido que las leyes hay que cambiarlas de acuerdo a lo que ocurre y no al revés. Está a su servicio. No es capaz de entender que las leyes se cambian cuando los acontecimientos lo requieren, algo casi imposible si Rajoy es el mandamás. Después de estas elecciones se ve más necesario que nunca un referéndum pactado, donde los ciudadanos catalanes se expresen en libertad.


A ver si el PP se entera que la democracia es diálogo y no represión, y que las cuestiones importantes se acuerdan y no se imponen. Aunque me temo lo peor…

Por cierto, como he visto en twitter, hay una nueva empresa que se marcha de Cataluña: el PP (vamos que lo han echado).


Salud y República

15 diciembre 2017

Iceta también baila la yenka

Este hombre bailongo, como ha demostrado, lleva la música en la sangre. Claro que parece no tener preferencias por los distintos géneros, y le da igual un pasodoble que una sardana. Y, sin embargo, últimamente, lo que se le da de miedo es la yenka.

Sí, seguramente los jóvenes que lean esta entrada no conocerán este baile característico de los años 60. Un baile que tuvo su exitazo en aquellos tiempos y que no había guateque donde no se bailara. Y era facilón. Al ritmo de la música bastaba seguir con pasos acertados lo que decía el estribillo: Izquierda, izquierda, derecha, derecha. Adelante, detrás, un, dos, tres.

Pues sí señores, Iceta podría ser nombrado yenkero mayor del reino. Lo que él hace y dice no es sino una versión vintage que le ha permitido moverse, sin rubor, por una ideología ancha y, a menudo, ajena. Bastaba que un día dijera izquierda y al siguiente se corregía y decía derecha. Si un día daba un paso adelante, el otro iba al paso de los
cangrejos.

Y ahí van las pruebas. Todos recordamos como, al unísono con su jefe Sánchez, decía NO, con mayúsculas –así lo dijo--, al 155 en julio, para pasar a un SÍ en dos meses. Y tan campante. Sin los socialistas, el PP no se hubiera atrevido a imponer el 155 y seguramente no habría habido otra solución que sentarse a dialogar. Pero Iceta bailó la yenka y…

A pesar de decir que es de izquierdas, ha aglutinado a herederos de la antigua Unió, como Espadaler, en su lista electoral, con el aval de Durán i Lleida, aquel político claramente de derechas que vivió a la sombra de Pujol durante unos cuantos años.

Después ya en plena campaña, la yenka le ha absorbido el seso, de tal forma que ha sido un campeón en contradecirse. ¿Cómo es posible que se pueda entender la negación de pactar con independentistas y a la vez hablar de que la solución es un gobierno transversal?, o cuando dice que él propondrá el indulto para Junqueras y compañía y, sin embargo, cuando confirmaron su prisión, habló de cumplir la ley, a su pesar.

Es difícil nadar y guardar la ropa. Desde luego, ya me explicará el Sr. Iceta cómo es posible una transversalidad sin incluir a partidos independentistas. Ya verán como después del 21, se desdecirá y dirá aquello de: …lo que yo quería decir…, y si los números lo permiten tratará de pactar con ERC, además de CeC y buscar abstenciones. ¡Al tiempo!

Sí y no. Arriba o abajo. Izquierda o derecha. Negro o blanco, lo importante es que el gato cace ratones (gane elecciones)

La verdad es que le está dando resultados según las encuestas. Claro que también los resultados electorales han favorecido a Rajoy y ya tiene guasa la cosa. Sin embargo, hay que preguntarse si todo vale en política, si mentir es algo natural. O, simplemente, la ética está por encima de los resultados, aunque aplicarla signifique no ganar.


Salud y República

11 diciembre 2017

El papel de ‘Catalunya en Comú – Podem', en las elecciones

Es pronto para sacar conclusiones cerradas, las encuestas no dejan de ser intenciones en un momento determinado, que además pueden esconder votos ocultos.

De cualquier forma, hay cuestiones meridianamente claras. Basta sacar promedios y ver las tendencias que se están produciendo.

No entiendo muy bien cuando se trata de hablar de dos bloques y a uno se le denomina independentista, mientras que al otro se le conoce como constitucionalistas. En el primero se incluyen Junts per Catalunya (JxC: Puigdemont), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC: Oriol) y la Candidatura d’Unitat Popular (C.U.P.) y en el segundo Ciutadans, PSC y PP. Lo que suele dejar a Catalunya en Comú (CeC), la marca podemita, fuera de los dos bloques, como si estuviera en el limbo.

Para empezar es absolutamente interesado que CeC quede fuera del bloque Constitucionalista, puesto que respeta la actual Constitución y la cumple, aunque su propósito sea cambiarla para actualizarla, después de haber constatado que tras casi 40 años ha quedado obsoleta en partes fundamentales y que sólo el 20% de la población actual la votó, en su momento.

Así es que, yo llamaría a los dos bloques formados, para que no haya dudas, el bloque independentista y el bloque del 155. De esta forma queda claro que CeC no está en ninguno de los dos.

Hay algo que se repite en las distintas encuestas. Y, es que, aunque haya variaciones importantes en los distintos partidos, el resultado de los dos bloques parece que será muy parecido a los de las últimas elecciones. Los independentistas sumados, obtendrán entre 65 y 70 diputados, mientras que el bloque del 155 conseguirá entre 55 y 59, quedando CeC entre 8 y 12.


De ser así, como anuncian todas las encuestas la constitución de un nuevo gobierno sólo será clara y fácil si el grupo Independentista llega a los 68 escaños, algo probable. Lo que parece imposible es que, por ejemplo, Inés Arrimada, candidata de C’s pueda ser investida, porque para ello debería contar con los votos de CeC, algo imposible, porque aunque obtuviera los del PSC y del PP no llegaría nunca a los números del otro bloque. Por tanto, C’s parece que podría quedar entre los tres primeros partidos, incluso el primero, pero sin posibilidades de gobernar. CeC nunca puede pactar, ni votar en blanco para hacer president de la Generalitat a nadie del PP ni de C’s. Es el fruto de su política de extrema derecha que está llevando a cabo en Cataluña.

Así es que, de no conseguir los independentistas una mayoría absoluta de escaños –parece que es casi imposible, una mayoría absoluta de votos— sólo podrían gobernar en minoría si el CeC decidiera abstenerse. Algo muy difícil. Hay que recordar que los idearios y la gestión corrupta del partido de Puigdemont es incompatible con CeC, que sería quien podría darles la mayoría absoluta.

Por tanto, sólo quedarían dos posibilidades. Una, la convocatoria de nuevas elecciones –quizá la más probable--, y otra, una vez que ERC haya claramente renunciado a la vía unilateral de Independencia, si los números lo consienten, un tripartito entre ERC, PSC y CeC, cuyo líder se debería acordar.

Queda por tanto, demostrado que la importancia de CeC, más que por su número de diputados, será por su posición centrada entre los dos bloques, lo que puede hacerle jugar de comodín de los acuerdos de investidura y de gobierno.

Nada va a ser fácil el 22 de diciembre si se cumplen los pronósticos. El nuevo o la nueva president, así como la formación del futuro govern es muy complicado. Si alguien pensaba que con unas nuevas elecciones se resolvía el problema, podrá darse cuenta de su error en unos días.

Salga lo que salga, lo más importante es que empiecen a dialogar todos los actores. Es la única forma. Por un lado deberán renunciar a declarar la independencia unilateralmente, y por otro, deberán sentarse de una vez y reconocer que hay una realidad con la que hay que convivir y que no es posible que se soluciones con medidas represoras o haciendo como que los independentistas se van a disolver en un vaso de agua.

Malos tiempos para los partidos intransigentes. Si el PP y C’s no son capaces de abrir una vía de diálogo con los independentistas (supongo que PSC y CeC lo harán sin problemas) y si los Independentistas siguieran con su intento de independizarse de forma unilateral, se volverían a reproducir los mismos hechos. Y, sinceramente, ya estamos hartos, y los experimentos con gaseosa, por favor.

Salud y República


P.D. Por cierto, no sé qué hacen Junqueras, Forn y los Jordis en prisión preventiva, todavía. Llibertat!!