Después de unos días alejada de las verdes praderas ,
de las cottages ,de las colinas y del afternoon tea con scones de cereza miro a mi entorno
y me doy cuenta de que quizás no valoro del todo lo que tengo...
Que vivo en un lugar privilegiado donde también hay un cielo con nubes
Pero además hay playas con gaviotas
Y palmeras
Y una iglesia
y la torre de un antiguo convento
Y me puedo ver reflejada en el mar como en un espejo...
Y rincones de postal
Y playas preciosas que te permiten bordear el pueblo sin perder de vista el mar
Al caer la tarde el cielo se tiñe de rosa y violeta
Esta noche soñaré de nuevo con la campiña y desearé estar ahí
pero al amanecer me daré cuenta de que soy afortunada
Me iré al encuentro del mar y disfrutaré del regalo de un nuevo día
Fotos de Antonio Cordero Solís